Jelena llevaba solo tres días separada de Merlín, y lejos de sentir paz y mejorar su aspecto físico (como creyó que lo haría apenas se separara de su esposo) lo que hizo fue empeorar. Podría haber faltado al trabajo, y muy en el fondo sabía que tenía que hacerlo porque se veía como una muerta viviente, pero no lo hizo. No quería quedarse sola en su apartamento para sentirse más desdichada. Todo le recordaba a Merlín. Ni siquiera se había molestado en quitar las fotos que tenía con él en todos los rincones del apartamento, no era capaz de hacerlo. No había dormido nada. Era la primera vez que tenía que dormir sola en unas cuatro paredes. Y no, no contaba cuando Merlín tenía turnos nocturnos en el hospital, porque al menos hacían videollamadas. Esta ocasión ahora era diferente. Ni un mens