Merlín sintió la humedad de la boca de Jelena en su m*****o, y con los ojos aun cerrados disfrutaba también de la obscena imagen que ella aun proyectaba en su mente de él follandose a Vlad. Por supuesto que Jelena era inexperta en el sexo oral, pero a él no le molestó que ella solo lograra llegar hasta la mitad de su m*****o y que tuviera arcadas debido al mal olor apenas normal de su cuerpo y en especial de esa zona. A él incluso le dio pena no haberse dado una ducha apenas llegó a casa, pero a Jelena no pareció molestarle y siguió moviendo su cabeza, mientras que con sus manos acariciaba los portentosos muslos de Merlín. Le gustaba lo que veía en la proyección mental. No es que tuviese ganas de follarse a Vlad, por supuesto que no, pero era algo así como ver pornografía. Te da placer v