Había ido a dejarle la cena a Warren por la noche, no había sido nada raro… Tal vez un poco, pero luego señalé algún libro y él comenzó a hablar sobre lo que había leído de eso, una vez que empezaba seguía sin parar, hablando de cada uno de sus libros, tenía bastante habilidad para saltar de uno a otro recordando su similitud, sus ojos fijos sobre la librera en la pared señalando cada uno diciendo “Tienes que leerlo”. Yo me había perdido en la tercera palabra que decía, pero aceptaba cada vez que lo escuchaba, me miraba un instante y luego volvía a los libros.
Me fui cuando ya había pasado demasiado tiempo y había dejado a Michelle con Sarita, la lleve a dormir y me quedé dormida con ella; aún estaba cansada.
Por la mañana la señorita Hilary nos sorprendió con su llegada.
–De saber q
