–Un poco más, falta poco, solo tú puedes hacerlo. –Lo dices como si fuera fácil –mencionó Warren. –Estás cerca, vamos, tú puedes. Brad intentaba darle ánimos a Warren, pero lo que no sabía es que tenía suerte que Warren no pudiera alcanzarlo porque de ser así, ya lo hubiera asesinado. Se había instalado unos tubos de hierro especiales para que Warren pudiera comenzar a caminar solo, al principio le tuvo mucho miedo a las muletas, pero al final con algo de ayuda y un poco de presión de mi parte ha logrado andar por la casa, cuando se cansa regresa a la silla y tiene toda la razón, la casa es enorme. La mano de Warren se resbaló al sujetar el tubo, fue como un reflejó que me acerqué a intentar sujetarlo porque venía de mi lado, pero Brad lo sostuvo del otro lado con fuerza y no log