Ver partir a Lorenzo, como cada mañana me estaba empezando a costar, como cada mañana, un poco más, sabía que estaba cansado, que estaba durmiendo mal, que la comida del lugar no era precisamente de su agrado y que aún faltaban al menos 3 semanas más aquí. Pero ver la forma tan tierna y tan dedicada con la que se esforzaba por acompañarme y por demostrarme que no estaba sola en todo esto, solo me inspiro para hacer algo lindo con él. Aunque no fuese la gran cosa tenía que hacer que su estancia fuese tan agradable para él que dejara de sentirse cansado de alguna manera. Estaba empezando a llamar a la casa, para organizar con la ama de llaves todo lo que iba a necesita, cuando la puerta de mi habitación se abrió delicadamente, como siempre y cada mañana, luego de que Lorenzo se marchaba.
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