CAPÍTULO 16 —Buenos días —saluda el mismo hombre encargado de subir mis maletas el día de ayer. Me hallo abrumada por experimentar nuevas emociones de un día a otro. Jamás había intercambiado tanto con un hombre cómo lo hice con mi jefe, ni siquiera había dado mi primer beso en mis veinticinco años de vida. Como un huracán arrasando con todo llega Donovick para cambiarlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Seré ingenua e inexperta, pero sé que los hombres así jamás querrían estar con una mujer como yo. El enojo, la rabia y furia son cosas que jamás había sentido antes con frecuencia y el nivel de enojo que tengo es increíble. —Buenos días —saludo de vuelta al hombre que me abre la puerta. Me siento en la parte trasera de la camioneta pensando en si tendré el coraje de decirle tres co