Juan José’s POV
Después de lo que ocurrió, lógicamente no entramos a clases. Habíamos demorado muchísimo tiempo allí y la profesora, conociéndola, nos mataría antes que dejarnos ingresar tan tarde. Fuimos a comer algo en la cafetería y yo, me sentía tan, tan bien. Estuve consciente en ese momento, cuando nos sentamos juntos en la mesa y él me preguntó igual que siempre, sobre lo que yo quería comer, que era la primera vez en mi vida, que era feliz. Esa sensación, de felicidad, podía sentirla por todo mi cuerpo y creo que incluso en mi rostro, se podía notar lo bien que me sentía.
-Oye, tú.-Se quejó Sebastián.-Tienes una mirada muy perturbadora, me das miedo.
-¿No puedes dejarme ser feliz?
-Bueno, si tu felicidad implica poner cara de desquiciado, allá tú.-Dijo y lo abracé, tan fuerte que por poco lo estripo y vi a mis amigos a lo lejos, les hice señas de que vinieran. Sí, lo iba a pregonar por los cuatro vientos, no lo contendría. No podía creer que Sebastián y yo fuéramos novios, parecía un sueño, es que… dios, ¡estaba feliz! ¡feliz! ¡feliz!
Se sentaron en frente a nosotros y vi que los tres, me quedaron mirando fijamente y me intimidé. No me gusta cuando eso sucede, me intimido muy fácilmente.
-Ya veo que se arreglaron.-Dijo Fer enarcando una ceja y conteniendo la risa. ¿Qué carajos? ¿había algo chistoso en mi cara? ¿o mi expresión, lo hacía evidente?
-Y vaya que se arreglaron.-Dijo Santiago y Sebastián, los fulminó con la mirada.
-¿Por qué las caras de burla? ¿nunca les han pegado un martes a las 9:45 am?
-Pero, ¿cómo no vamos a estar riéndonos con tremenda marca que tienes en el cuello?-Dijo Sasha y los tres, rompieron en risas. Sebastián de inmediato, me miró y, rodó los ojos, avergonzado.-¿Tienes complejo de vampiro o qué?
-Me tengo que ir a trabajar.-Dijo y se alejó de inmediato. Reí, lo conocía, era obvio que huiría en un momento así.
-¡Oye!-Grité antes de que se alejara más, volteó a mirarme.-Recuerda lo que me prometiste.
-No voy a desaparecer de nuevo.-Contestó. Sonrió y lo vi alejarse, suspiré.
-Bueno, ya está como bueno la cara de marica esa que pones, ya quítala que me harás arrancarme los ojos.-Se quejó Fer y reí, sí, no podía evitar sonreír como tonto.
-¿Por qué son tan crueles con mi persona? ¿no ven que estoy feliz?
-Sí, pero puedes poner otra cara, me empalagas.-Dijo Santiago y reímos.-Después de todo, ¿por qué exactamente estás tan feliz?
-Mmm.-Quise poner suspenso, pero empezaron a desesperarse y me sacudieron, rompí en risas.-Quedamos en ser novios…-Admití y bajé la mirada, nervioso y ellos me molestaron por mucho tiempo, pero estaban felices por mí. Me exigieron detalles de lo que había pasado, pero por supuesto no les diría nada, eso es privado. Jamás les contaría lo que hicimos o las futuras cosas que hagamos. Dios… me da tanta felicidad recordar cómo me besaba con tantas ganas, con tanto deseo. Nunca en mi vida había sentido algo así antes, que él me besaba con tanto deseo y… amor. Dios, creo que tanta felicidad no cabe en mi pecho, no creo poder dormir hoy.
Más tarde, cuando ya estaba en casa y me había llamado una de las empleadas para que almorzara, antes de ir a la academia, le envié un mensaje a Sebastián y… sí me respondió. Sonreí, sé que me mataría por esto, pero volví a cambiar su contacto en mi teléfono, ahora lo tenía cómo: Mi novio.