-Esto es precioso, bello, inmaculado.-Dijo Jason fingiendo limpiar sus lágrimas.
-Lo sé, lo es.-Comenté al sostener el periódico en mi mano.
-Segunda masacre del mes, ¿atacan a la élite Barranquillera?-Leyó Moritz y reímos.
Sí, ya habíamos llevado a cabo, el segundo ataque y fue precisamente en el mismo mes, cerca de diez días después del anterior.
Esta vez fuimos por alguien que jamás habrían creído que era parte muy directa de la organización, alguien que no solo tenía una finca privada donde se reunía con los jefes paramilitares o se sacaba fotos con ellos, privadas por supuesto, no. Era alguien que no conforme a esto, no obtuvo su dinero por la música o por las publicidades en que participaba. Lo obtuvo por su madre, quién era íntima de esta organización, incluso amiga de estas personas. Su familia, los De la rosa, se habían enriquecido igual que todas las personas que teníamos en la mira, gracias al narcotráfico y paramilitarismo, aunque en su caso, era peor porque eran íntimos de estas personas, los financiaban, les daban ordenes de los pueblos a atacar, de los comerciantes a extorsionar. Sí, como sucedió con mi familia, fue por gente como estos. Esta vez fuimos por “Samy”, o dejando a un lado su nombre artístico, Samuel De la rosa, cantante de reguetón muy conocido en la costa, así como a nivel de Latinoamérica.
Esta vez, hicimos las cosas de manera diferente. Él tenía un concierto en el estadio metropolitano, en el cual, las cámaras de seguridad son de pésima calidad, lo sabíamos gracias a Emanuel. Este era el modus operandis que llevaríamos durante todo el tiempo en que lleváramos a cabo el plan, hasta el momento de la culminación. Ver a la víctima, antes de su deceso.
Fuimos al susodicho concierto, pero sólo por verlo en pleno apogeo antes de su deceso, porque su música, era una grosería auditiva. Es que el problema no era en este caso, el género en sí, que también era una grosería, es porque su música, aparte de carecer de buena letra, ser una completa vulgaridad y hablar solamente sobre fornicación, era la falta de talento. Como era de esperarse, este tipo, quién era de la edad de Jason, carecía de talento alguno, usaba su dinero en arreglos musicales, la disquera cambiaba por completo su voz y es que, si lo escucharan en vivo y sin efectos, les daría diarrea a todos los presentes.
-Hoy comí frijoles, espero que use autotune, porque si no, me cago aquí mismo.-Dijo Jason y lo miré. Ese maldito, siempre está mal del estómago, no lo decía en broma. Todo lo irrita y siempre que intento usar el baño cuando voy tarde a algún lugar, no puedo hacerlo porque el infeliz de nuevo, tiene diarrea. Es una porquería todo su ser.-Explotaré, como una olla a presión.
-Mire, cállese la boca, degenerado. Me va a hacer coger asco, malparido.-Se quejó Danilo.
Escuchamos al susodicho empezar a hablar, saludar a la gente y nos miramos entre sí. No entiendo cómo los presentes, podían disfrutar tanto el “espectáculo” que estaba dando este hombre. No sé si es que yo esté muy mayor, tengo sólo veintitrés, pero sé que soy bastante anticuado. Escuchamos todas sus canciones, que se me hicieron eternas e insufribles. Tuvimos que beber mucho para poder soportar todo el espectáculo y al acabar, nos miramos entre sí porque sabíamos lo que iba a ocurrir. Había llegado la hora, era excitante de solo pensar.
Salimos junto a la gente y gracias a la demora, por la tremenda cantidad de gente que se amontonó al finalizar el evento, nos perdimos del espectáculo. Tan sólo unos quince minutos después de que finalizara el espectáculo, escuchamos el fuerte estruendo de la explosión, así sin más, sin previo aviso. Maldición. Todos entraron en pánico y nos alejamos, al ver a todos correr aterrados al escuchar la explosión. Hubo todo un caos en el lugar, la gente corría y se empujaban entre sí, tratando de salir. Los fuertes gritos, el miedo en general, fue algo que teníamos contemplado, pero a nadie le iba a suceder nada. No habría ninguna explosión dentro del lugar, pero no había forma de que la ellos lo supieran.
-Mierda, el caos es peor de lo que habíamos anticipado.-Dijo Moritz sorprendido, al ver el pánico presente en el lugar. Era cierto, fue peor de lo que pensamos.
-Bueno, al menos fue con justa causa. Ese pirobo, ya debe estar tocando el timbre en el infierno.-Dijo Danilo entre risas y encendió un cigarrillo.
Sí, Samuel de la rosa acababa de morir. Rafael, horas antes (el policía que estaba en nuestra organización), exigió hacer una requisa, a la camioneta blindada en que llegó Samuel. Esto no les pareció extraño, era algo rutinario, pero él, aprovechó y de forma meticulosa y, sobre todo, rápida, instaló los explosivos, debajo de la camioneta. Todo esto fue planeado con mucha anticipación, ¿cómo volar en pedazos una camioneta blindada? Ese tipo de vehículo, el metal tiene mayor grosor, lo que lo hace mucho más complicado si se quiere estallar y es por eso, que no se podía utilizar cualquier tipo de explosivos o incluso, una granada como sugirió Adrián. De inmediato pensamos en usar algún explosivo plástico de uso bélico, pero que fuera letal y muy fuerte. Usamos el C-4, el cual es muy confiable, seguro y lo más importante, no había forma de que no volara en pedazos ese vehículo. Se usa normalmente para demoler edificios o puentes, ahora ese tipo de vehículo, lo haría sin ningún problema.
Al salir, no pudimos acercarnos mucho para ver, porque la gente estaba amontonada, viendo la escena y los policías no dejaban que nadie se acercara. Esa noche murió él, junto a su guardaespaldas, quién claramente, tenía más de diez muertos encima e historial de violencia de género. Esto claramente fue noticia, los medios estaban a punto de reventar y no conforme a esto, sólo 48 horas después, hubo otra noticia aún más impactante que la muerte de un cantante de quinta que era reconocido. Su familia se había reunido en un cementerio en las afueras de Barranquilla, para hacer una ceremonia íntima y por supuesto, alejada de medios, para el Samuel. Originalmente pensamos en instalar explosivos de la misma calidad en el lugar, pero si hacíamos eso, morirían todos los presentes y no, no era la idea. En esa familia, no todos hacían parte del narcotráfico y las extorsiones, por lo cual, no podíamos volar el lugar. Era nuestra primera regla, ningún inocente debía morir, eso bajo ninguna circunstancia. Entonces meditamos mucho tiempo en lo que debíamos hacer, ¿cómo lograr asesinar a unas seis personas del lugar y no a las otras diez presentes? Al final, decidimos ir a lo clásico, un método infalible. ¿Sabían que la sucesión de los emperadores romanos se hacía gracias al veneno? Entonces, esto fue justo lo que hicimos. Adrián y Fausto, ingresaron a la ceremonia que hicieron luego del entierro, en un salón de este, donde comerían algo y brindarían en honor a la vida de esa porquería. Ambos, vestidos de meseros, repartieron champagne, entregando las copas minuciosamente a cada presente, no podían cometer ningún error y al terminar, salieron sin llamar la atención y huyeron. Tardaron solo minutos en morir, las seis personas exactas delante de todos, causando pánico y terror. El veneno que se utilizó, fue la toxina producida por el Botox, que es 100.000 veces más letal que el cianuro. Lógicamente no saldrían vivos, a menos que tuvieran poderes especiales.
Así, acabamos con cada m*****o del narcotráfico de la familia de la rosa y esto, fue noticia en todos lados. Ya empezaban a correr rumores, de que estaban atacando a la élite barranquillera, pero no teníamos idea de las repercusiones que esto traería, de la magnitud que alcanzarían nuestras acciones.