Love Bites

10.

Me levanté temprano ese miércoles, pero no, no asistiría a clases. Debía ir a un evento de un político importante del partido liberal. Yo era el encargado de la comida del evento, no era la primera vez que hacía algo así, tenía eventos como estos de vez en cuando y como siempre, llevé a mi equipo completo de confianza. Mis cuatro ayudantes.

Me distraje por completo ese día, no tuve tiempo libre en ningún momento y cuando llegó la hora de comer, tuve que hacerlo mientras picaba unas cosas y hacía otras dos tareas a la vez. Puede sonar complejo, pero estaba acostumbrado a trabajar bajo presión. Entonces, cuando se hizo de noche y regresé a casa, vi que tenía tres mensajes, todos del niño y exhalé. ¿Por qué eres tan intenso Juan José? Y lo peor de todo, es que ni era culpa suya la intensidad, ni el que me enviara varios mensajes o la nueva, ilusión. Todo fue por culpa del maldito inútil de Jason, que no hace nada bien en la vida.

El día de ayer, domingo, nos levantamos temprano todos para ir a la playa. María Camila llegaría a Santa Verónica, donde nos reuniríamos, la acompañaría su hermana, pero antes de salir, cuando desayunábamos, comía en la mesa mientras veía las noticias en la televisión. Danilo y Mortiz también comían, y se me hizo muy extraño el no ver a Jason sentado en la mesa, siendo que es el más hambriento de los cuatro. Ese ser, siempre tiene hambre y que no estuviera en la mesa, cuando la comida estaba servida, era muy extraño y a la vez, sospechoso, por lo que me puse de pie y fui a su habitación, pero no estaba allí, tampoco en el baño ni en la de Danilo o Moritz, por lo que fui a la mía y vaya sorpresa encontrarlo a él, extendido en mi cama con las botas puestas, riéndose alegremente mientras hurgaba en mi teléfono.

-Maldita sea Jason, ¿quieres morir hoy?-Se alteró al ser descubierto y se puso de pie de inmediato. Me miró con los ojos muy abiertos y cuando me acerqué para quitarle mi teléfono, trepó por la cama hacia el otro lado, huyendo cínicamente y resoplé. No entiendo cómo es que a sus veintiocho años, sigue siendo un bebé grande y detestable.-Ah, ¿de verdad vas a ponerte en esas?

-Mmm, tal vez sí, tal vez no.-Se burló e intenté atraparlo, pero el muy inútil huyó y empezó a correr por la sala.

-Maldita sea.-Corrí y lo escuché gritar.

-¡Sebas, yo no hice nada!

-¡Pero te vi!

-¡Ese no era yo! ¡te lo juro!-Lo perseguí y él, tiró muchas cosas a su alrededor intentando detenerme, pero lo agarré junto al comedor y le hice una llave en su cuello para inmovilizarlo.

-Dame mi teléfono, es muy temprano para pegarle a una porquería como tú.

-Jamás.-Lo apreté aún más y Danilo, tranquilamente le quitó mi teléfono y empezó a revisarlo. Así que lo solté y Jason, me miró haciendo mofas y caras espantosas. Es un imbécil, de eso no tengo duda.

-No parce, ahora sí que se tiró el plan.-Se quejó y Moritz, de inmediato se levantó y miró algo en mi teléfono.

-¡Ah! ¿pero qué carajos Jason? ¿le mandaste porno gay al niño?

-¿Qué?-Me alteré y les quité mi teléfono. Maldición. Jason no sólo se le insinuó descaradamente a Juan José fingiendo ser yo, si no que le dijo que me interesaba, sexualmente para ser exactos y hasta le dio una dirección de un motel para que fuéramos a “replicar” el video explícito que le envió.

-No, es que de verdad usted es bien bruto. ¿Qué es esa grosería con el niño? Seguro ya le habrá bloqueado los mensajes al Sebastián, y todo por usted, malparido.-Rezongó Danilo y de inmediato, sentí cómo me empezaba una fuerte migraña. Puede que el niño me caiga como una patada en el culo, pero una mala imagen, eso jamás doy. No toleraba la idea de que él ni nadie, tuviesen una imagen errada sobre mí. Debe estar pensando que soy un degenerado.

-¡Ah! ¿sabes qué? desaparécete antes de que te rompa toda la cara.-Comenté y él, prefirió irse antes de que cumpliera con mi amenaza.

Me senté en la sala y luego de leer de nuevo, esos mensajes tan ordinarios, decidí escribirle con la verdad.

-Oye tú, esos mensajes no los envié yo, si no mi hermano mayor cuando dejé olvidado mi teléfono en la sala, ignora eso.-Lo envié y cerca de medio minuto después, contestó.

-¿De verdad no fuiste tú?

-¡No! ¿crees que soy un degenerado?

-No :D ya decía yo que era muy extraño. Pero, ¿por qué tu hermano me escribió?

-Es un inútil, inmaduro y no sirve para nada. Sólo ignóralo, ah y perdón por el enlace hacia esa página pornográfica.

-Casi me indigesto al ver que tú me habías enviado algo como eso. Me desilusioné.

-¿Qué?-No entendí por qué decía eso de que se desilusionó. A veces me cuesta comprender muchas de las cosas que el niño quería decir. Acepto que soy un poco lento a veces y que no ando mucho en la moda de hoy en día. No pillo muchas veces las indirectas, sátiras, el sarcasmo o cuando me hablan de cierta red social o tema del momento. No uso ninguna red social y muchos temas, me cuesta comprenderlos, pero de verdad lo intento, pero con él no es sencillo porque puedo deducir por lo que hemos hablado, que él sabe mucho de tecnología y de temas actuales, cosa que yo no sé y mis hermanos muchas veces tampoco. Creo que en esto influyó nuestra extraña crianza, apartados del mundo y ya de adultos, esas cosas no se nos daban.

Entonces, me sentí un poco incómodo de escribirle después de algo semejante como eso y preferí hacerlo al día siguiente mejor en que se me pasara la incomodidad. Es que no es la primera vez que Jason hacía cosas como esas, con mis hermanos también les ha hecho cosas semejantes y a mí, con María Camila, muchas veces le dijo fingiendo ser yo, que mejor dejáramos las cosas así, porque me “dedicaría a ser gay”, como si eso fuese una profesión. No sé ni cómo aún vive, cómo no lo hemos asesinado antes.

Cómo no le respondí más ese día, por vergüenza, al día siguiente, decidí escribirle temprano, ni sé bien por qué le escribí antes de ir a clases, a eso de las 6am, siendo que lo vería después. Entonces, con ese simple mensaje, fue que comenzaría la serie de miles de mensajes que nos escribiríamos con el pasar del tiempo. Es que es increíble pensar que todo empezó con un simple: Buenos días, niño.

Justo allí empezaría, la necesidad.