12.

1653 Words
Juan José’s POV -Vaya, vaya. ¿Por qué la cara de satisfacción?-Preguntó Sasha mientras bebía de su cóctel. Nos encontrábamos los cuatro, en un bar al aire libre que a veces frecuentábamos. Yo nunca bebía nada con alcohol, hoy bebía un cóctel a prueba de niños y creo que se notaba en mi rostro, el buen ánimo en que me encontraba. -Mmm.-Lo pensé unos segundos, haciéndolos enojar adredemente. Ellos no soportan que me guarde algo y más, si es importante o relacionado con… Sebastián. Los tres sabían que algo estaba sucediendo entre nosotros, pero yo no les dije nunca nada por más que lo pidieron. Era divertido hacerlo y, además, no sabía qué decirles porque nada había sucedido, no quería joder las cosas hablando anticipadamente, cuando no sabía si entre nosotros se estaba formando una amistad o algo más… no sabía nada, no quería ilusionarme, pero luego de esa tarde en mi casa, no tuve ninguna duda.-No sé si deba decir nada, conociéndolos como son, van a ponerse pesados con él. -¿Con él? Vaya, vaya, vaya.-Se burló Santiago y supe que hablé de más.-Nunca mencionamos que tu sonrisa se tratase de un hombre. -¡Ah! Se hacen los maricas. Es obvio que la sonrisita es relacionada con el Sebastián.-Dijo Fer y me sonrojé hasta las orejas. En verdad soy muy tonto, ¿cómo es que tan sólo con escuchar su nombre, me pongo de esta manera? -Sí, siempre que estamos contigo te llegan veinticinco o treinta mensajes de él. ¿De qué tanto hablan?-Preguntó Sasha esta vez. Era cierto, nos escribíamos todo el tiempo, todos los días desde temprano por la mañana y era él, la última persona en escribirme antes de dormir, cada noche. No sé aún cómo esto empezó a ocurrir, es que no parece real, como cambió todo de un momento a otro. Creo que fue desde el día en que el fue a mi casa por las tutorías de inglés, desde ahí algo cambió entre nosotros. Sé que fui un poco evidente al hacer que se sentara todos los días a mi lado, ni sé por qué hacía esto si me había prometido a mí mismo no ilusionarme, no cagar las cosas haciendo esto. Nunca quise pensar nada de más, solo que nos estábamos llevando bien y que eso se sentía… bien, pero luego de que una mañana, como cualquier otra, despierto temprano antes de clase y lo primero que veo en mi teléfono es un mensaje suyo que decía: Buenos días, niño. Dios, juro que después de ese mensaje… caí, no lo pude evitar. Empezamos a hablar sin parar cada día sin falta y me llegué a acostumbrar tanto a él, a despertar y ver un mensaje suyo, a las largas charlas, a que me llamara: “Niño”, nadie me había llamado de esa manera antes y es por eso que me hacía sentir tan especial. Claro está, siempre estuve a la defensiva, deseando con todas mis fuerzas que Sebastián no fuera como todos, que no a los dos días, me pidiera tener sexo o algo así, pero no, jamás lo hizo y han pasado varias semanas, en que sólo nos hemos dedicado a conocernos, sin buscar algo más, pero en definitiva lo que me dio completa seguridad, fue el día en que apareció en mi casa. Nunca nadie había ido a verme antes que no fuese uno de mis amigos, nunca ninguno de los hombres con quienes hablé, se preocupó tanto por mi ausencia y menos, nunca estuve solo con un hombre y que este, no me hiciera ningún tipo de insinuaciones. Sebastián ese día y a pesar de su mirada aterradora usual, me demostró mucho de su forma de ser con decir poco. Nunca lo vi intentar acercarse a mí más de lo necesario, nunca me lanzó una mirada lasciva, ni mucho menos hizo algo que me incomodara. Por el contrario, había venido a verme, de sorpresa y su reclamo, fue tan tierno. Se le notaba que en verdad se había molestado porque no le respondiera. No puedo evitar sonreír como tonto al recordar cómo acarició mi cabello… de una forma tan dulce, tan tierna que… dios, lo sabía. Sabía que era lo que estaba sintiendo, pero aún no quería decir nada. No me apresuraré, dejaré que las cosas fluyan. Por otro lado, me pareció completamente extraña su reacción al llegar mis padres. Pareció enojarse o no lo sé, no sé qué les habrá dicho a mis padres, pero a ellos, Sebastián no les agradó en lo absoluto y me dijeron que no querían verme con alguien como él, que no les daba buena espina y no entendía por qué decían algo como eso. -¿Por una simple impresión me piden que me aleje de él?-Pregunté y papá chasqueó la lengua. -No, nada más con la mirada que nos echó el pendejito ese, por poco nos incinera.-Se quejó. -Si es por la mirada.-Reí.-Esa es su mirada en general, no puede hacer mucho al respecto. -Mmm, no bebé. Hay algo que no nos gusta de él. Incluso las cosas que nos dijo, fueron muy confusas, parecía que nos lanzara indirectas nada sutiles.-Dijo mamá y los miré confundido. -¿Qué les dijo Sebastián?-Pregunté. -No sé si dio a entender que ustedes están saliendo, pero no parecía feliz al respecto.-Respondió mamá, y vi al viejo incomodarse por completo. Papá sabe que soy gay, ni siquiera tuve que decirlo. No me afecta en nada aceptar que se nota mi sexualidad, pero sé que a él la idea no le gusta en lo absoluto y aunque trata de no decirme nada, no puede evitar incomodarse o poner mala cara. Creo que lo ha hecho tolerarlo es el hecho de que yo no haya salido con nadie hasta ahora, sé que piensa que aún puedo corregirme, cambiar, pero eso sí, varias veces me ha dicho cosas muy feas cuando está enojado. Sé que se avergüenza de mí, trata de no decirlo, pero cuando lo hace… puede ser muy cruel y me duele que sea de esa manera. Yo no hago nada mal, no sé por qué el no puede entenderlo. Lo que dijo mamá, me dejó más confundido aún. -Mamá, ¿Sebastián acaso… les dijo que yo le gustaba?-Me sonrojé y al verla negar con la cabeza, me lamenté de inmediato por ser tan tonto. Lógicamente no les diría algo como eso, cuando ni a mí me lo ha dicho y… mierda, tampoco es que esté 100% seguro al respecto. -No, es que… no recuerdo en palabras textuales, pero hizo extrañas insinuaciones. En fin, no nos gustó nada, es muy grosero y arrogante. Además, se ve mayor que tú y no solo en edad hijo. -¿Por la estatura?-Pregunté anonadado. El no me lleva tantos años, no sé por qué piensan de esa manera. -Se ve mayor que tú tanto físicamente, es más grande, se le nota mucho más maduro en muchos aspectos y, además, parece ser cocinero o una cosa así, por la pinta que traía puesta. Es un horror, Juan José. -Mamá, no me vengan de nuevo con sus temas clasistas. Eso ya ni está de moda, por favor.-Me quejé, enojado porque vieran de esa manera a Sebastián. No voy a tolerar que lo menosprecien por su profesión ni mucho menos por su estrato económico. Es una mierda pensar de esa manera. -Mira tú. Sabes que yo no estoy de acuerdo con que salgas con hombres, ninguno, pero sí que mucho menos vas a salir con un cocinero, esa otra vergüenza no me la vas a dar.-Se quejó papá y entendí a qué se refería. La otra vergüenza claramente se refiere al hecho de que yo sea homosexual. -Papá. -Te estoy hablando en serio Juan José. Bajo ningún concepto, te quiero ver saliendo con ese tipo, que parece que te llevara como diez años y sí, no nos da ni un poco buena espina. -Mmm. No respondí, no había forma de que me dieran la razón y claro está, que no por lo que me dijeran, dejaría de hablarle. No podría hacerlo, aunque quisiera, me gusta hablar con él, me gusta la forma en que me hace sentir y que alguien como él se interese sin intenciones secundarias conmigo, me hace ilusionarme, creer que no todos son malas personas. Quiero creer, me entusiasma pensar en las cosas que podrían ocurrir entre nosotros. -A ver, ¡Reacciona! ¿te moriste o qué?-Preguntó Santiago sacudiéndome y lo fulminé con la mirada. -Disculpen, me distraje. -Ahora sí, nos debes contar todo, con detalles. ¿Están saliendo? ¿ya tuvieron sexo anal?-Preguntó Fer y reímos, el siempre es tan explícito, que roza la ordinariez. -No, nada de eso, ni me ha dicho que se siente atraído por mí ni nada, pero hablamos todo el tiempo, cada día y… tan sólo el otro día en que no le contesté, veinte minutos después apareció en mi casa, molesto y me pidió explicaciones del por qué no le contestaba.-Sonreí y sus burlas, sabía que no pararían de crecer. -No, pero qué psicópata nos salió el rubianes.-Dijo Sasha.-Imagina de novios, si no me contestas las llamadas, te liquido.-Imitó su voz. -¿Apareció veinte minutos después?-Preguntó Santiago y asentí.-Creo que sí está interesado en ti y es genial, pero ten cuidado. Piensa siempre de forma realista y trata de no ilusionarte de inmediato, trata de contenerte un poco antes de enamorarte, ver que va en serio. -Sí… Siguieron con el tema un rato más y me limité a asentir. Sé que tenían la razón, no podía entregarle todos mis sentimientos a alguien que acaba de conocer, como siempre hacía, pero… siento que ahora es diferente y el estar seguro de esto, me aterra porque no sé cómo será si me llega a gustar en serio. 
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