3.

1804 Words
Esto era una maldición, no puedo creer que haya accedido a esta mierda. Me lamentaba por dentro mientras ingresaba a la institución y antes de ingresar al salón de clases, pensé en regresar, tirar a la basura el dinero que pagamos por este curso que no me importaba en lo absoluto e ir al grano, tal vez secuestrarlo, hacerlo hablar y hacerlo todo más fácil. Pero era un plan estúpido, más con la red de seguridad que rodeaba a este niño. No había otra forma de acercarse a él, o era con el estúpido plan, en que yo llevaba la peor parte o arriesgarnos a que nos molieran a tiros, sus escoltas, y no lograr nada en absoluto. Sabía que era un mal plan desde el comienzo. No había forma de que me pudiera resistir a hablarle mal, a sentir asco al estar cerca suyo o unas ganas infinitas de hacerle daño. De acorralarlo y hacerlo hablar, pero me sorprendió mi autocontrol y exhalé, antes de entrar y me lo prometí en ese momento. Me controlaría y me apegaría a lo que habíamos acordado. No podía arruinarlo todo. Inhalé hondo antes de entrar. Conté unos segundos, me tranquilicé un poco y abrí la puerta. Aún era temprano, el profesor no había llegado, ni tampoco todos los alumnos. Sólo había unos cinco en total, una chica al fondo y al costado derecho, vi a Juan José y a otros tres chicos junto a él.  Eran básicamente la misma mierda que él.  Uno llevaba una falda escocesa, otro tenía un enorme afro teñido de rosado y el otro, tenía una camisa con lentejuelas y los ojos pintados, al igual que Juan José, quién tenía los ojos pintados como de un tono rosa, o fucsia, no lo sé. Llevaba ropa llamativa como la primera vez que lo vi. Jeans ajustados, rasgados, un suéter de color…¿gris? Usaba también una chaqueta verde, estilo militar, al igual que botas, nada masculinas por cierto, así como nada de lo que llevaba puesto y su cabello, lo teñía de un tono como plateado o gris, no lo sé y era delgado. Por sus facciones de niño o tal vez su cuerpo, no lo sé, se veía muy frágil, hasta delicado y pensé: a este con dos puñetazos lo vuelvo mierda, pero alejé mejor esos pensamientos de hacerle daño, debía contenerme y sentí que los cuatro me miraron, descaradamente y me senté lejos de ellos, detrás, porque no sería tan obvio de acercarme a él de buenas a primeras. Saqué los auriculares y me los puse, en lo que llegaba el profesor. Sabía que él estuvo mirándome de reojo, exactamente como Danilo dijo que sucedería y exhalé. No sé cómo podré tolerar esto. Sabía todo, absolutamente todo, sobre ese niño. Fueron seis meses para llegar a este momento. Desde hace años teníamos bien claro que nos íbamos a acercar a la familia Cabarcas como fuera, pero nos tomó muchos años saber en dónde residían. Hace un par de años fue que recibimos la grata sorpresa de que el sucesor, el flacucho de pelo plateado, residía en Barranquilla por los estudios. Lógicamente en Santa Marta no conseguiría las universidades que aquí había y fue que empezamos a averiguar todo sobre él o bueno, mis hermanos se encargaron de eso. Yo pensaba que era una estupidez acercarse a este niño en vez de directamente a su papá, pero luego le encontré más sentido y fue precisamente cuando Danilo, contactó a su ex compañero de escuela, Cristopher, quién era un ex convicto que estuvo un par de veces en la cárcel por robos hacia entidades bancarias, lo hacía de forma virtual. El tipo era un hacker bueno para unas cosas, idiota para otras, siempre se dejaba atrapar y aunque el tipo de hackeo era siempre hacia entidades financieras, lógicamente para el era pan comido acceder hacia las cuentas de alguien. Entonces, conocimos absolutamente todo, sobre Juan José y nos dimos cuenta de inmediato, que era el eslabón débil. Acercándose a él y ganándose su confianza, se podría acceder no sólo a su papá, convenciéndolo también se podría acceder hasta a la organización como tal y fue que nos dimos cuenta de que había que acercarse era a él. -La verdad es que es mucho huevón.-Dijo Danilo, después de haber leído todo sobre él y nos miramos de reojo. Nos contó lo que habían averiguado. Juan José en ese momento tenía dieciocho años, era cinco años menor que yo y vivía prácticamente solo aquí, en una enorme casa en la zona campestre de la ciudad. Sólo vivían con él las empleadas y los escoltas, que lo seguían a todos lados. Había estudiado en una escuela privada del norte y tuvo notas buenas, pero muy pocas amistades por su forma tan tímida de ser. Se graduó, sin relacionarse mucho, sólo con dos de los chicos que vi que lo rodearon, el de la falda y el del pelo rosado, quiénes eran famosos en internet por videos y fotos que se hacen. Danilo nos dijo que Juan José era gay, aunque bueno, eso era algo muy fácil de deducir y que buscaba, desesperadamente, un novio, una relación seria. Su mundo giraba en torno a encontrar a alguien que se enamorara genuinamente de él y buscaba eso incesantemente. Sea por aplicaciones o lugares que frecuentaba, pero nada de eso funcionó y nos preguntamos porqué esto le sucedía. Bueno, ninguno de nosotros era homosexual, lo teníamos en claro, pero Juan José no era feo ni nada similar a eso, lo podíamos notar y empezamos a indagar en porqué esto le sucedía. El que se acercara a él, de los cuatro, no debía cometer los mismos errores que todos los que se acercaron a él en el pasado. Debía funcionar, pero debíamos hallar el problema, cómo es que no había salido nunca con nadie siendo joven, llamativo y con más dinero de la mayoría de la gente junta que he conocido. Entonces, Danilo siguió hackeando todas sus r************* , por un par de meses y fue que pudimos llegar a varias conclusiones. La primera y la más obvia y entendible, es que así como hay personas heterosexuales promiscuas, con las homosexuales también ocurre, pero es muchísimo más frecuente y él, odiaba eso, se quejaba constantemente con sus amigos por mensajes, de que sólo lo buscaban para tener sexo y nada más. Tal vez se debía a su físico llamativo o tal vez, a las fotos que se hacía.  Él quería ser modelo y se tomaba fotos todas las semanas, con ropa de diseñador o incluso, a veces con ropa de mujer o algo así, y deducimos que, con este tipo de fotos, tenían una imagen errada de él, que era un chico extravagante, con experiencia, extrovertido, cuando era absolutamente todo lo contrario. La segunda conclusión costó mucho de llegarla a deducir, pero pudimos hacerlo, al haber estudiado todos los mensajes que enviaba a sus amistades cercanas. Juan José era, extremadamente complicado en su forma de ser. Buscaba un “amor” de telenovela, del tipo cursi, que lo quieran sobre todas las cosas, que el que esté con él, su mundo gire en torno al suyo, pero esto no sucedía, y sacaba a flote su forma de ser. Era muy delicado, cualquier cosa que le dijeran lo hacía entristecer al máximo y más, si sentía algo hacia esa persona. Podía llegar a ser extremadamente sentimental, necesitado de atención, muy celoso, complicado. Básicamente un niño grande que quería que alguien lo quisiera. En pocas palabras, su sueño era encontrar al tipo ideal, con quién casarse y demás. No sé quién en pleno 2015 piensa de esa manera, en “casarse y ser felices por siempre”, es ridículo y no conforme a eso, Juan José tenía muy baja autoestima, antecedentes de depresión y ansiedad. Tal vez eso se deba a que creció solo, sin sus papás o a que nunca nadie se ha enamorado de él, me inclino más por esta última parte. Así, teniendo todo el perfil sobre su persona, sabíamos cómo acceder a él, pero quedaba un inconveniente. ¿Quién de los cuatro se acercaría a él? -Fue tu idea, así que tú.-Le dije a Danilo y me fulminó con la mirada. -Cállese, no diga eso ni en broma. -Mi novia me mataría.-Dijo Jason y asentí. Era cierto, su novia, la de hace años, Tatiana, era la mujer más celosa que había visto jamás. Quiere matarlo cuando desaparece unas horas, ahora no imagino si empieza a frecuentar a otra persona. -Después de estudiar las posibilidades, la única forma de acercarse a él, es ingresando a la institución privada en que estudiará inglés y a la de Dios, que todo salga bien y que él, confíe plenamente en quién se acerque a él. Va a estudiar de mañana, así que él único que tiene ese horario libre eres tú, Sebastián, porque entras al restaurante al mediodía. Nosotros trabajamos todo el día. -Que mierda.-Exhalé, enojado.-Esto es como prostitución. Follarse al niño a cambio de algo. -Mire, usted no tiene que hacer nada. Sólo gáneselo. Cómo el tiene tan idealizado el amor, le hace creer que usted va a la antigua, que tendrán sexo sólo cuando se casen y con eso, dos pájaros de un tiro. Se le derrite el man y no tiene que hacer nada con él.-Dijo Danilo y lo pensé un segundo, podría resultar, pero sabía que era un pésimo plan, aunque la única forma de acceder a esa familia y no había de otra. Jamás olvidaría lo que nos hicieron, los Rosales no perdonamos y no olvidamos. -Listo, ya tenemos todo armado. Es mejor que se le acerque usted, ya vimos que a él le gustan los tipos altos, con un tipo de cara como la suya y le aseguro que usted le va a gustar apenas lo vea.-Rodé los ojos.-Marica, usted es más feo que un perro con sarna, pero a él le gustará. Chasqueé la lengua y escuché sus risas. -Sólo me queda una duda.-Dijo Moritz.-Luego de que el Sebastián logre dar con la ubicación de los papás del niño, ¿qué sucederá con él? ¿le termina y ya o…? -Ni mierda.-Me miró fijamente y me acomodé sobre la silla.-Luego de todo, morirá. -Exactamente. Ningún ser vivo de esa familia, quedará en pie.-Añadió Jason y Moritz desvió la mirada, incómodo. Salí de mis pensamientos cuando escuché la voz de la profesora al presentarse y me quité los auriculares. Me enderecé un poco y miré fijamente a Juan José. En ese momento, me tracé una meta personal, mi propio plan. Me daría un plazo de dos meses máximo, para enamorar por completo a ese niño, lograr mi objetivo y luego, sabemos cuál será el desenlace. En dos meses, tú dejarás de existir.
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