Cuando Benjamín llegó a buscarme, casi le tiro mi ropa interior por la cabeza, casi. ¿Por qué nunca me había fijado en lo atractivo que era? Mis amigas ya se habían adelantado en el auto de Cristina, por lo que yo iría sola con Benjamín y eso no ayudaba nada a mis nervios. —Wow… te ves increíble —me dijo. Sonreí con nerviosismo ante su halago y tomé mis cosas para salir de casa. —G-gracias… —dije apenas en un susurro. ¿Por qué me ponía tan estúpida para hablar? —¿Tus amigas irán con nosotros? —miró por sobre mi hombro, buscándolas con la mirada. —No, ya se fueron. Él solo asintió con la cabeza y me guio hasta su automóvil estacionado frente a mi casa. Subimos en completo silencio y emprendimos marcha hacia la fiesta. —¿Ya no estás con Adam? Abrí la boca con asombro ante su pre