"No es nada grave"

1638 Words

La espera se nos hizo eterna, e incluso “eterna” no era la mejor palabra para definir el momento. El padre de Fernanda nos prometió avisar en cuanto tuviera el expediente de Cristina en sus manos, por lo que nos quedamos en mi casa mientras esperábamos una respuesta. Mis nervios aumentaban con el transcurso de los minutos, porque miles de enfermedades llegaban a mi mente y rogaba porque mi amiga no tuviese ninguna de ellas. Estuve al borde del pánico, hasta que el teléfono de Fernanda sonó. —¿Sí? ¿Averiguaste algo? —preguntó ella. Vi cómo movía su cabeza a modo de afirmación y luego hacía una mueca con los labios. Cortó la llamada y se quedó unos segundos en silencio, unos segundos en lo que ninguna fue capaz de hablar. Helen se levantó de la cama y caminó de un lado a otro, en

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