Tan pronto como Rayan cerró la puerta de su casa, su expresión reveló toda la molestia que tenía interiormente y que se había visto obligado a ocultar por el estúpido bien de la misión. —Ugh, ¿por qué tienes esa expresión en tu rostro? ¿Te has vuelto a encontrar con Henry? —preguntó Alana tan pronto como lo vio al salir del baño. —Afortunadamente hoy no me encontré con él, o así como estoy habría hecho algo más que solo mandarlo a la mierda sutilmente —expresó, entrando en la sala de estar para dejarse caer en uno de los sofás. —Sí, suena a que algo malo te ha pasado —pronunció acercándose—. ¿Tiene que ver con el tipo que supuestamente te está vigilando a escondidas? —preguntó, tomando asiento en un sofá individual. —El tipo en sí no es el problema, sino lo que provocó el que me siguie