Capítulo 6MIRE, mire! ¡Nunca había visto nada tan hermoso! ¡Es – como un País Encantado! Debido a que Daniela estaba tan entusiasmada y emocionada, el Marqués descubrió que a él también le conmovía la belleza del río. Cuando dejaron atrás Bingen y conforme avanzaban hacia Coblenza, hubo de admitir que aquél era, como decía Daniela, un país encantado. Un castillo sucedía a otro y cada paisaje era más hermoso que el anterior. Era difícil para Daniela saber desde qué parte del yate se disfrutaba de mejor panorama; así que iba inquieta de un lado a otro, temerosa de perderse algo. Con su vivo interés por todo hizo que el Marqués recordara historias en las que no había pensado desde que era niño. Le señaló Lahneck, fortaleza de los Caballeros Templarios, y el Trono del Rey en Konigssthul,