Capitulo 6

2693 Words
El sol se asomaba por la ventana, donde dormían dos hombres desnudos en la misma cama. El menor de aquellos hombres fue el primero en despertar observando todo a su alrededor, los recuerdos del día anterior vinieron a su mente como si de una película se tratase. No lo hacía sentir mejor. Chimmae fue abriendo sus ojos de poco a poco y los recuerdos arremetieron con el de la misma forma en que le pasó a Minying. --Joder.--…--Murmuro Chimmae mirando al techo, las sábanas solo le cubría su hombría dejando al descubierto su parte superior y las piernas.--…--Soy un pésimo amigo.— --Y yo un pésimo esposo.--…--Agregó Minying.--…--Bueno, Héctor me engañó primero así que no debería sentirme mal, sin embargo lo hago.--…--Confeso.--…--No me siento nada bien.— --Wow, ¿acaso fui tan malo?--…--Pregunto el mayor.— --No habló del sexo, capitán Jung, sabes a lo que me refiero.--…--Giró su cabeza para ver al mayor mirando el techo.— --Si, lo sé.--…--Ambas miradas se conectaron cuando el mayor le miró.--…--Yo tampoco me siento nada bien.— Minying asintió comprensivo soltando un suspiro. Dos hombres que querían a Kim Héctor se habían acostado. Uno era su esposo y el otro su mejor amigo, uno se dejó llevar por la tentación y el otro por deseos de venganza y rabia. --¿Puedo hacer una llamada?.--…--Preguntó Minying a medida que se levantaba de la cama y con cuidado buscaba su ropa interior para ponérsela. Jung trataba de no mirarlo por lo que prefirió seguir mirando hacia arriba.— --Si, mi celular está en la peinadora.--…--El menor asintió.— Tenía pensado hacer la llamada por el teléfono de casa, pero si Chimmae le ofrecía el suyo no había inconveniente. Luego de ponerse su boxer caminó hasta la peinadora del mayor para agarrar el teléfono de este. Tenía patrón de bloqueo así que se acercó para que Jung desbloqueara el teléfono. Chimmae lo hizo sin rechistar, y luego de un “Gracias” por parte de Minying… Empezó este a marcar el número que por nada del mundo podía olvidar, ni siquiera cuando estuviera agonizando. Colocó el teléfono en su oído y a pasos pesados fue acercándose hasta la ventana admirando el bonito día que empezaba. Un bonito día, un hermoso sol que alumbraba a pecadores con sentimientos de culpa inimaginables. Luego de dos repiques, se escuchó la voz semi gruesa. --Buen día.— --¿Qué tal, padre?— --¡Minying! Hijo mío.--…--Contesto su padre con alegría.--…--Que alegría escucharte ¿Dónde has estado metido eh?, El rabioso de tu esposo ha venido ayer a buscarte.— El corazón de Minying dio un vuelco rápido y doloroso. Héctor había ido a buscarlo a su casa y eso significaba que lo estaría buscando aún. Pero recordó entonces la razón por la que había estado escapando de su esposo, y eso le llevó a no romper en llanto y mantenerse lo más sereno posible. Si su padre se enteraba que Héctor le fue infiel… Le cortaría la cabeza por andar de huevos calientes, y a pesar de todo, Minying no quería a Héctor muerto. --Eh pues… sobre eso yo debo pedirte un favor, padre.--…--Murmura.— --Claro hijo, el que quieras.--…--Respondió animado su padre. De todas formas Minying tenía en mente un plan y sabía que su padre podría colocarlo donde el quisiera, solo por el simple hecho de que era un ministro y él el esposo del famoso y respetado coronel Kim Héctor.— Minying no estaba seguro de lo que hacía y si esto era lo correcto, aunque debe cortar esto de raíz para su esposo y su amante. De lo que sí estaba seguro es que podría llevar todo cómo era debido porque aprendió del mejor. (…) Héctor estaba tan desesperado que la idea de informar a las autoridades sobre la desaparición de su esposo fue la más leve de todas las opciones de búsqueda que tenía en mente. Aunque, Chimmae tampoco aparecía por ningún lado. Raramente sospechoso. Ahora estaba alistándose para salir en la búsqueda de su amado esposo, iría a la base marítima, a la casa de Chimmae, recorrería todas las islas si era necesario pero necesitaba saber dónde estaba Minying y ¿A qué se debía su desaparición? Lo que más deseaba en este mundo era poder verlo, frente a frente luego de seis meses sin, escuchar su voz porque estaba cansado de hablar con él una vez al día y en solo pocos minutos. Tétrico, sin duda alguna. Héctor no se interesó mucho que digamos en arreglar su cabello ni planchar su ropa, pero eso no importaba ahora. Bueno, a él se le veía todo bien… Fuera como fuera. Su celular sonó anunciándole que estaban llamando. Con grandes esperanzas de que fuera su adorado esposo, fue corriendo hasta sacar el teléfono del bolsillo de su pantalón y cuando lo tuvo en sus manos no dudó ni un momento en contestar. --Hola.--…--Respondió sin siquiera ver el nombre del contacto.— --Kim Héctor.--…--Su nombre fue pronunciado con un tono sarcástico.--…--El gran Kim Héctor.— -¿Quién es?-…-Pregunto con duda.— --Baekhyun.--…--Ok, Kim debe admitir que esperaba la llamada de cualquiera, menos la de su “queridísimo” suegro (nótese el sarcasmo).--…--Tan rápido olvidas a la personas ¿no?.— --No es como si fuéramos cercanos, suegro.--…--No tenía tiempo para estarlo perdiendo con aquel viejo mientras que Minying estaba ni sabe donde.— --Somos familia a final de cuentas, Olvidarse está mal. Bueno, eso de familia no creo que dure mucho.--…--soltó una risita que hizo a Héctor fruncir el ceño ante lo último dicho.— --¿Qué quiere decir?--…--La conversación estaba tomando un rumbo tenso entre ambos, uno alegre por provocar duda en el coronel, y el otro preocupado porque no sabía nada a lo que se refería aquel adefesio padre del amor de su vida.— ¿Enserio Minying era hijo de aquel viejo estúpido?. Lo ha dudado muchas veces. Minying era tan tolerante, lindo, atento, alegre, comprensivo, piadoso, armonioso, valiente, aguerrido. Simplemente era hermoso en todos los sentidos, nada parecido a su padre. --Nada que tengas que saber ahora.--…--El menor de ambos hizo puños sus mano libre.--…--Lo que si debes saber ahora es que las fuerzas armadas tendrá otro coronel al mando pero solo será por unos meses.— Héctor sintió que un peso se instalaba en su estómago, ¿A qué se debe esto?. --¿Eso por qué?— --Tus servicios ya no estarán a la cabeza de las fuerzas armadas, usted podrá intervenir en entrenamientos pero no será quién dirige la base.--…--Casi pierde el equilibrio y por poco cae al suelo abatido, pero su mano libre se apoyó de la pared haciéndolo que siguiera en pie.--…--Mañana mismo será transferido el nuevo coronel a la base aunque en realidad, no es muy nuevo que digamos.--…--El mayor colgó la llamada y Héctor, a pesar de escuchar los pitidos que le avisaban la culminación de la llamada él seguía con el teléfono pegado a la oreja.— El trabajo de coronel en la base era prácticamente como su pasión más grande, la base era el lugar al que pertenecía. Algunos nacen para gobernar y otros parar ser gobernados y el nunca fue uno de dejarse gobernar, él siempre fue cabecilla de la base, los ataques, los entrenamientos, de los soldados. Eso era para lo que había entrenado por tanto tiempo y no podía aceptar que de la noche a la mañana le fuera arrebatado su lugar, aquel lugar que se ganó a punta de sangre sudor y lágrimas. No era aceptable. Dejando a un lado su shook se puso a pensar ¿Dónde puede estar metido Minying? Estaba muy preocupado. Día siguiente: A Héctor le dolía los dedos de tantos mensajes que le mando a Chimmae, además que no había dormido bien por andarle dando vueltas al asunto de que ya no era más el Coronel al mando de la base. Ahora estaba llegando a la base; estacionó su camioneta en el estacionamiento y asegurándose de cubrirse bien salió del auto con sus labios temblando levemente por el descomunal frío. Eran más o menos las ocho de la mañana y todo parecía igual. ¿Ya habrá llegado su reemplazo? A paso firme y decidido entró a la base gracias a que el portero al verle, de inmediato abrió la puerta principal. Una vez dentro, los soldados conversaban animadamente pero a decir verdad estaban gritando como locos y eso de verdad que le molestó bastante. --¡Soldados!.--…--Gritó, todos quedaron en seco sin pronunciar una soldados palabra. Giraron su cabeza hasta ver al coronel Kim parado en la entrada, cubierto con grandes chaquetas y ceño fruncido.--…--¡¿Se puede saber a qué se debe tanto escándalo?! Me voy un jodido día y ya se les olvida lo que se les ha enseñado. ¡INACEPTABLE!-- --Inaceptable es que venga a dar órdenes donde no le compete, coronel.--…--Todos giraron su cabeza hacia el frente donde se acercaba aquel hombre de baja estatura ocupando el uniforme de coronel principal. Mismo uniforme que Héctor portaba día a día.— El comedor seguía en silencio y todos parecían notar la tensión. --¿Minying?--…--Al fin, después de seis meses estaba viendo a su esposo. Sus ojos brillaron de emoción y no le importó que todos los soldados le miraran, él se acercó o bueno, prácticamente corrió hasta donde estaba su esposo para abrazarlo y llenarlo de besos pero… --Guarde su distancia, coronel.--…--Colocó una mano en el pecho fuerte de su esposo, aquel pecho que el adoraba más que ningún otro existente. El toque de su pequeña mano y el pecho de su esposo tapado por aquellas telas cubriéndolo del frío hicieron que parpadeara varias veces hasta salir de su trance y mantenerle la mirada al castaño.--…--Y para usted; soy el coronel Lee Minying.--…--Trató de sonar lo más tranquilo posible.— Héctor no sabía que era lo que estaba pasando. ¿Por qué Minying le pedía que le llamara por su apellido antiguo? ¿Por qué se comportaba así? ¿Por qué utilizaba el uniforme con las mismas características al suyo? ¿Coronel? Minying era teniente coronel, no coronel. --¿Tú eres el nuevo coronel encargado?--…--Solo quería que esta broma llegara a su final porque era una de muy mal gusto.— Minying asintió. Héctor intentó acercarse y agarrarle de los hombros pero este se alejó tan rápido como pudo, sus brazos estaban cruzados sobre su pecho. Minying tenía su control ante lo exterior …pero por dentro, tenía un sinfín de emociones y griteríos que le rogaban por lanzarse encima a su alto y apuesto esposo, que le brindaba calor hasta con el tiempo mas frio que pudiese haber. Un pelinegro miraba aquella escena fascinado, si aquel nuevo coronel se comportaba de esta manera con el coronel Héctor…eso quiere decir que si recibió las fotos. Sin duda fue un excelente plan. --Fui asignado por el ministerio.--…--El mayor escuchaba atento.--…--Al parecer; querían a alguien más Joven.--…--Minying paseo su vista por el cuerpo del mayor y arrugó la nariz por un intento en hacer mueca de asco pero no se la creía ni el mismo-…-Para dirigir a los soldados.— Jaemin tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro. Minying estaba paseando su vista por todos los soldados mientras Héctor seguía sin poder creer lo que acababa de ocurrir. Para mala suerte de Jaemin y buena suerte de Minying… Ambos encontraron sus miradas. Jaemin se encogió un poco ante la amenazadora mirada del mayor. --Maldito.--…--Siseo Minying y el arma que tenia guardaba en la parte de su espalda fue sacada, agarrada cómo era debido y apuntar justo a la cabeza de Lee. El menor estaba desarmado, Minying se fue acercando con su brazo alzada y el arma apuntando justo en medio de las cejas de aquel hombre.— El amante de su esposo. Todos mantenían su atención en Minying que era un gran amante de la paz, respeto y la justicia …pero hoy había perdido solemnemente los estribos de una forma alarmante. Claro, que esto no era sin ningún motivo pues, Minying y Lim sabían cual era. Minying estaba decidido a matar a aquel infeliz, quitó el seguro del arma y Jaemin cerró sus ojos frunciéndolos tímidamente. Lo mataría, Minying se había prometido a sí mismo seguir la ideal de Héctor: no matar a alguien inocente o que no fuera algún enemigo que atentara contra la paz de la nación. Pero este chico frente a el se metió con su tesoro más preciado y de una manera tan mal. Debía matarlo. ¿Decidido? Por supuesto, solo que no contaba con que alguien más grande que él se pusiera enfrente, pegando su pecho al anillo del arma impidiéndole aquel anhelado disparo. --No se que jodida mierdas te ha pasado, Minying.--…--Soltó Héctor con expresión dura.--…--Pero no puedes venir aquí y reemplazarme como si nada. Fuera de lo personal tengo un rango más alto que tú y me debes respeto.— --Muévete.--…--Exigió Minying empujando el arma un poco hacia adelante. Los demás soldados no sabía que era lo que pasaba con el matrimonio Kim. Pero con ellos no se sabía nunca ¿Sería un tipo de entrenamiento?, no estaba muy descabellado pensar aquello cuando el coronel Kim no dejaba pasar nada para darles una lección de entrenamiento.— --Ni lo sueñes.--…--Negó.--…--Tampoco puedes venir aquí ha querer matar a un soldado solo porque se te antoje.--…--Héctor estaba molesto y aquello alarmó un poco a Minying… Pero igual no lo demostraría.— Minying bajó el arma pero no se movió de donde estaba. ¿Héctor estaba defendiendo a su amante tan descaradamente? Ya luego lo mataría. Jaemin más que asustado por su vida, estaba alegre de que Héctor lo estuviera defendiendo. --En primer lugar; tú más que nadie debería saber lo que me pasa, segundo; no es que pueda reemplazarte, ya lo hice.--…--Sonrió con auto eficiencia.--…--Tercero; gracias a que estuve ejerciendo como Marín y ya tenia tiempo siendo teniente coronel fui asignado a coronel y pese a mi corta edad. Me dieron el cargo.— Eso no era mentira el cargo lógicamente llegaría muy pronto a él pero Minying apresuró aquello con ayuda de su padre. Baek le entregó el mando de aquella base. Héctor parecía estar en otro mundo, escuchando a Minying pero en otro mundo. Jaemin no era así. ¿Qué clase de faceta despiadada era esta? ¿Acaso los genes de su padre Baek habían hecho presencia en su bello esposo luego de muchos años? El menor se giró y se dirigió a todos los soldados. --¡Yo, Lee Minying desde hoy soy el nuevo coronel de esta base y nada se hace sin mi permiso! ¡No salgan, no hablen, no entrenan es más, ni respiran sin mi permiso! todo lo que ocurra se me debe ser informado, me obedecen a mí! ¡No quiero holgazanes en esta base! Así que no tolerare fallas, son soldados bajó mi mando desde ahora.--…--Volvió su vista al mayor.--…--¡¿Entendido?!— --¡Entendido coronel!.--…--Gritaron todos al unísono.— --Bien.--…--Suspira complacido.--…--Oh, y yo no mato cucarachas porque se me antoje.--…--Buscó la mirada de Jaemin detrás del cuerpo de su esposo.--…--No sin una razón.— Le dedicó una última mirada al mayor para luego irse caminando por los pasillos hacia la oficina de Héctor. Sólo que a partir de ahora era su oficina.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD