Capitulo 8

2672 Words
La noche había llegado y con ello, el descanso correspondiente de los soldados. Eso también implica el descanso de los coroneles, solo que los coroneles encargados de aquella base hacían todo menos descansar. No dormían, simplemente pensaban más de lo que deberían hacerlo. Minying había estado pensando en ir a la oficina de oficina de Héctor y gritarle, si, gritarle muy fuerte con reclamos pidiéndole que no se vea tan inocente cuando le ha insinuado la infidelidad, Minying nunca creyó que su esposo pudiese verse tan desorientado por un tema que debe tener presente. Pero sus reclamos serían mañana, con más calma y no en la obscuridad de la noche sin ninguna luz encendida por los pasillos. De todas formas, tenía unas cuantas cosas que hacer; debía hacer unas cuantas llamadas. Agarró su teléfono y limpiando sus humedad lágrimas con el dorso de su mano buscó entre sus contactos a su adorado hermano. "Jiu" Repicaba, sabía que era muy tarde y Jiu lo mandaría a volar pero era ahora que necesitaba hablarle. --¿Quien mierdas se atreve a interrumpir mi preciado sueño?--...--Contestó de manera perezosa y cansada, claro, con su rabia a tope.-- --Soy Minying.--...--Se escuchó un suspiro cansado y unas cosas removerse al otro lado de la línea.-- --¿Por qué me llamas tan tarde, eh?--...--Pregunta en un tono más calmado.-- --¿Puedes venir mañana a la base?--...--Preguntó directo mientras se sentaba en el suelo de la oficina.-- --¿Para qué? Más bien estaba esperando verte en casa a penas terminaras tu servicio en la Marina.-- --Héctor me fue infiel.--...--Confesó. A su hermano podía contarle todo porque la confianza fluyó en ellos como el agua de una quebrada, ambos confiaban en el otro.-- --¡¿Qué Héctor qué?!--...--Minying Alejó un poco el teléfono de su oído arrugando su nariz y frunciendo el ceño.--...--¿Cómo se atrevió?-- --Yo tampoco lo podía creer.--...--Dice derrotado.-- --¿Cómo te has enterado?--...--Todo el sueño de le fue a la mierda con esa noticia tan fuerte. Él más que nadie era testigo del amor que se tenía el matrimonio Kim, esto en verdad que nunca se lo esperó.-- --Unas fotos.--...--Dijo en un susurro que fue doloroso hasta para su hermano.--...--El día que salí de la marina me llegó un sobre con unas fotos donde estaba en pleno acto s****l con un... un soldado de la base.--...--Soltó Minying recordando a Jaemin.--…--Pero eso no es lo peor.-- --Por Dios.--...--Dijo para sí mismo apretando su puño por rabia, de imaginarse todo lo que su hermano debió haber sentido con aquellas fotos, no le gustaría estar en su lugar.--...--¿Qué más puede ser peor a que te haya engañado y con un soldado?-- --Me acosté con otro hombre, tenía tanta rabia que quise devolverle el cumplido a Héctor.--…--Confesó.-- Silencio. El menor tenía miedo de que la única persona a la que podía pedir ayuda le abandonara por aquello, se sentía completamente asqueado de sí mismo y lo menos que necesitaba era que Jiu le diera la espalda. Tironea su labio inferior con sus dientes esperando respuesta de su hermano mayor. Lo único que escuchó fue un suspiro. --Bueno, luego de descubrir un engaño así yo hubiera hecho lo mismo.--...--Habló al fin Jisung.--...--O sea, no todos los días te llegan unas fotos de tu esposo teniendo sexo con un soldado y te quedas sin hacer nada.--...--Minying sonríe un poco, se notaba que ambos eran hermanos por sus formas de pensar y actuar. Solo que quizá Jiu se sentiría bien vengándose. Él no lo hace ahora.--...--Héctor sabe de eso?-- Minying niega con la cabeza como si Jiu estuviera mirándole. --No, no creo que deba enterarse.-- --¿Entonces de que te sirve haberlo engañado si él no se enteraría? Ni puta gracia.--...--El menor escuchó como su hermano se tiraba en su cama de nuevo.--...--Si yo fuera tú me pasaría por sus narices de mano agarrada con mi amante, me lo besaría a cada rato y tuviera sexo frente a mi infiel esposo.-- --No es mi amante... Jisung, solo me acosté con el una noche, fue algo raro y difícil de explicar.-- --Eres aburrido.--...--Bufa.-- --Soy realista.-- --¿Lo conozco?--...--Se refería a aquel con quién su hermano tuvo sexo.-- --Si, se llama Park Chimmae.--…--Dice lentamente.--...--Me acosté con el.--...--Hace una mueca.-- --Espera.--...--Jiu meditó por unos segundos.--...--¿El capitán de la marina?-- --Si.-- --¿El que fue tu capitán mientras servías de Marín?-- --Si.-- --¿El amigo de tu esposo?-- --Si.-- --Estás jodido.-- --¡Hey!-- --Ok, ok, pero es que te acostaste con su amigo quien es tu capitán.-- --Eso lo sé, y créeme que no me siento ni un poco bien. Pensaba que lo haría pero no fue así. Estoy arrepentido.--...--Sus ojos se humedecen.--...--No tengo ningún sentimiento hacia Chim yo amo a Héctor a pesar de su infidelidad. Lo amo.-- Jiu suspira. --Esto sí que se ha vuelto difícil ¿no?--...--Sonríe ladino.-- --No tienes idea.-- --¿Para qué quieres que vaya mañana a la base? Desde hace tiempo que no he hecho nada de entrenamiento y créeme que no lo extraño para nada.--...--Ambos ríen.-- --Eres un flojo.-- --Nunca lo he negado.-- Otra risa por parte de ambos. --Quiero que vayas a la casa de Chimmae, el tiene las fotos; Quiero que las traigas.--...--Minying debe tener esas fotos y aquella maldita carta para dejar la infidelidad ajena al descubierto. Al parecer Héctor no lo amaba como pensaba, no lo sabe, lo que si sabe es que él si se siente mal pero no puede regresar el tiempo y aún si pudiera hacerlo no cree poder detenerse en el tiempo en que entró en esa ducha porque estaría siendo empujado por la misma fuerza de rabia y venganza. Su razón en aquel momento se sintió tan poderosa que lo que pasará después el valió muy poco. Le daba risa aquello.--...--Mañana mismo.-- --Mhm.--...--Jiu no era un hombre de hacer muchas cosas pero tampoco era como si le agradara mucho la idea de estar en la calle.--...--Está bien.-- Ya, ¿Qué podía hacer? Si, ayudar a su hermano. Minying le dio la dirección de la casa de Chimmae a lo que Jiu la anotó en un papel. Mañana iría a buscar las tan famosas fotos y las llevaría hasta las manos de su dolido hermano menor. Luego de que ambos terminaron de hablar, Minying colgó la llamas y procedió a ir a su habitación acomodándose en la cama. Mañana sería un día muy largo... Lo presentía. Algo dentro suyo le decía que esto no tendría salvación. Había hecho mal, y aún su arrepentimiento no arreglaba nada pero no podía cambiar el pasado así que sólo le quedaba continuar con todo. Se puso a imaginar un futuro son su esposo y fue realmente una mierda. Desde que se casó con Héctor se había vuelto demasiado dependiente de el. Visitaba a sus padres de vez en cuando, no tenía muchos amigos porque no creía necesitarlos a estas alturas de su vida y con lo que había vivido y entrenado no todos se sienten cómodos siendo amigos de un teniente coronel (en el pasado) por lo que simplemente eran el y su esposo... la casa sólo era habitada por ambos, iban a todas partes juntos trabajaban juntos y conocían los gustos del otro. Minying ya no sabe que va a hacer ahora. (...) Enfurecido, consternado y alterado. Dolido y roto. Así estaba Kim Héctor en estos momentos. . Flashback: Héctor estaba decaído como nunca, de seguro su esposo dejó de amarlo y gracias a ello se debía su comportamiento. ¿Por qué Minying tuvo que dejar de quererlo tan de repente? No podía creer que en seis meses el amor que le tenía se fuera al carajo. Quizás nunca lo amo realmente cómo el lo hizo. Era irritante. Había recibido a unos cuantos soldados nuevos y preparó su entrenamiento él mismo al llegar, fue cansado... Tenía que entretener su mente para no ponerse a pensar demasiado en una esquina. Deseaba estar con Minying. Abrazarlo, besarlo, acariciarlo y llenarlo de todo el amor que le tenía. Con su pantaloneta negra que le llegaba más arriba de las rodillas y con solo una chaqueta salió de la habitación para ir hacia la d pelinegro. No se daría por vencido fácilmente, él amaba a Kim Minying y no debía dejarlo ir. ¡Joder! era su esposo. Caminó por el pasillo alumbrando con la linterna de su teléfono ya que no quería encender las luces, llegó frente la puerta de la habitación de su esposo para abrir la puerta sin que Minying lo notara, solo que fue tan silencioso que en verdad no lo escuchó para nada. Minying estaba sentado en el suelo a unos cuatro metros de distancia hablando por teléfono. Esperaría a que terminara de hablar para entrar definitivamente porque se merecía una explicación. -No, no creo que deba enterarse- Nunca fue un chismoso o algo parecido pero se trataba de su esposo y en cierta forma tenía curiosidad. -No es mi amante... Jiu, solo me acosté con el una noche, fue algo raro y difícil de explicar- Sus ojos se abrieron abruptamente y un jadeo silencioso salió de sus labios. Minying había pasado la noche con otro, lo más probable era que se enamoró de aquel hombre . -Soy realista- Si, eso explicaría su comportamiento tan cortante y a la defensiva. -Si, se llama Park Chimmae-...-Dice lentamente-...-Me acosté con él-...-Hace una mueca- El mundo de Héctor se vino abajo en cuestión de segundos, ¿su amigo y su esposo juntos? Era de lo peor y tan solo imaginárselo se le revolvió el estómago de forma dolorosa. -Si-  lo amaba, se juraron amarse por siempre. -Si- Héctor se alejaba rápidamente de aquella puerta, Minying estaba hablando con su hermano y de seguro hablaban de lo bien que la pasó con Chim . ¿Por qué con su amigo? ¿Por qué? -Si- Se apoyaba de las paredes con sus manos, a pesar de ser fuerte podía caer ahora mismo por el shook. Seguramente esos dos tenían algo desde hace tiempo, Minying entró a la marina y le vieron la cara por seis meses donde él solo se preocupó por el bien de su esposo y añorando su regreso. Eran unos desgraciados. Fin del flashback (...) * A veces planeamos las cosas muy bien y suelen salir como queremos, pero a veces no. Cuando nada sale como esperamos es debido a una fuerza inmanejable para nosotros. ¿Creen en las jugarretas del destino? * (...) Jaemin no podía dormir ya que tenía un frío del demonio y las sábanas que tenía no lo mantenían lo suficientemente caliente. Iría a los cuartos de provisiones y tomaría una sábana para cubrirse. Salió de su cama con cuidado de no despertar a sus compañeros de cuarto y caminó por los pasillos en sumo silencio. Cuando tenía por fin la sábana en sus manos escuchó unas cosas caerse, a lo lejos... Los toscos ruidos provenían del cuarto de la esquina. En pocas palabras el nuevo cuarto que ocupaba el coronel Kim Héctor ya que su antiguo cuarto que era al mismo tiempo oficina... Era ahora de Kim Minying. Curiosidad, curiosidad y más curiosidad lo arropó hasta que se vio a si mismo caminar en dirección al cuarto del guapo coronel. "¿Estará entrenando?" se preguntaba. A él le encantaba ver al coronel ejercitarse... así que iría a echar un vistazo, quizás así se calentaba un poco. Abrió poco a poco la puerta hasta tener su cabeza asomada viendo al coronel pateando todo a su paso, en su mano tenía una botella de whisky. Héctor se balanceaba un poco por la bebida porque a pesar de tener fuerza en su cuerpo... La visión era borrosa. --E-eres un idiota Minying.--...--Jaemin vio las lágrimas en los ojos del mayor y como estas poco a poco salían llenando su hermoso rostro.--...--Yo te amaba.--...--Lloraba más y Jaemin nunca pensó que aquel hombre de hierro fuese capaz de derramar lágrimas.-- Entró por completo al cuarto . --Coronel Kim.--...--Habló mientras abrazaba la sábana.-- El mayor se giró para ver al soldado Lee frente a el con una sábana pegada a su pecho. Ese soldado le hacía recordar mucho a Minying en los inicios como soldado; el soldado de baja estatura que solía resaltar de sus compañeros por cierto misterio que rodeada su persona. Pero obviamente la comparación era realmente tonta e insípida debido a que Minying era... Minying, con sólo nombrarlo Héctor sentía su pecho calentarse. Lim solo era un soldado con ojos brillosos y casi inocentes, bonitos, nada más. Hubo un largo silencio. Jaemin miraba las mejillas del mayor húmedas, sus ojos brillosos, el cabello que le llegaba hasta la nuca iba desordenado, su nariz rojiza por el llanto. Era muy tétrico. El castaño llevó el pico de la botella hasta su boca dándole un largo trago que le quemaba más y más la garganta. No dejaba de mirar al menor. Jaemin se sentía intimidado por aquella mirada que nunca le había dedicado el coronel, pero no mentira que se sentía feliz. Más que feliz. Héctor dejó la botella a un lado y se fue acercando al menor lentamente hasta estar frente a frente (inclinando un poco su cabeza por la diferencia de estatura) su mano derecha fue alzada y sus dedos tocaron aquel cabello lacio n***o. Recordó tanto a su esposo cuando llegó a la base hace siete años atrás, que demostraba ser fuerte a pesar de necesitar entrenamiento para lograr serlo. Recordó también lo pequeño que era, su cuerpo delicado, cuando se encargó de hacerle la vida imposible dentro de las Fuerzas Armadas, cuando lo odió, cuando terminó amándolo. Cuando reaccionó de aquellos recuerdos yacía encima de un cuerpo más pequeño que el suyo, ambos en la cama y el se encargaba de devorar su boca con desesperación. A Jaemin le faltaba la respiración pero no quería parar, quería seguir siendo besado de esa forma tan demandante con el beso a sabor a whisky en unos labios expertos y delgados. Aprovecharía. Los besos del coronel eran demasiado estupendos, estaba obsesionándose cada vez más con este hombre. No pasó mucho para que ambos quedaran sin ropa sin decir nada, sólo actuando por instinto. Kim se instaló en el cuello ajeno mordisqueando la piel dorada, no era lechosa como la de su esposo. El castaño tuvo ciertas imágenes en su cabeza creadas por su imaginación desastrosa donde la boca de su esposo se apegaba a la de Chimmae... como se tocaban. Jaemin gimió de dolor cuando Héctor chupo fuerte, era un chupetón que descargaba rabia y disconformidad. Héctor había marcado su cuello de forma tétrica al igual que su pecho. Héctor quería tanto poder tener a aquel soldado consigo; Minying, su tierno y amable Minying. Lo amaba tanto. Alzó la cabeza buscando con sus ojos borrosos el rostro de su esposo pero no estaba ahí y dejó de moverse cuando su cabeza dio un chispazo que le gritó: "No es Minying, imbécil. No es tu arisco esposo, sólo es Lim Jaemin uno de tus soldados". --No puedo.--...--Dijo con voz apagada y ojos somnolientos antes de dejar que su cabeza cayera en aquel delgado pecho.-- Jaemin sólo se quedó ahí con el cuerpo desnudo del coronel encima del suyo. (...) Héctor despertó con un fuerte dolor de cabeza, el entrenamiento con los nuevos soldados había sido muy agotador. Solo recuerda que había tomado mucho para relajarse y terminó besando a cierto chico de baja estatura y linda cara. Un soldado tan obediente y ágil que tenía su admiración desde la primera vez que lo vio. Y todo llego a su cabeza como una película siendo reproducida. Unas manos suaves acariciaron su espalda. De seguro solo era una pesadilla, si, todo lo que recordaba era un sueño y nada de eso estaba pasando. --Héctor... Pero no, no era ningún sueño... todo era real. Héctor se giró encontrándose con el rostro de aquel chico que no amaba. --Jaemin.--
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