Capitulo 9

2414 Words
Un piel pálida iba cabeceando en la parte trasera de un taxi. Eran casi las seis de la mañana y estaba levantado yendo a la casa del capitán Kim Chimmae . Si no quisiera tanto a Minying no estuviera haciendo esto. El taxi se detuvo por lo que bajó de este y entregando la paga. El taxi se fue y a medida que Jisung acercaba a la puerta de aquella bella casa y tocó el timbre varias veces pensó francamente en comprarse un auto. No es que no tuviera dinero para comprárselo, solo que le daba pereza. Si, a él todo le daba pereza. Pero mejor no, luego por dormirse en el auto capaz y se accidentaba. Ya se veía apareciendo en las noticias: “Park Jisung, ex soldado de las fuerzas armadas ha sido encontrado muerto dentro de su auto al haberlo chocado, la causa de eso: se quedó dormido” Nah, no era algo muy digno. Estaba sonriendo así que ni siquiera notó como frente de él ya estaba un pecho fornido marcado, de piel dorada con unas pocas y casi visibles cicatrices. Dejó de sonreír. Joder, el desconocido estaba prácticamente desnudo; portando una delgada pantaloneta que le llegaba más arriba de las rodillas y sus pies estaban descalzos. Pasó saliva. --Casi las seis de la mañana y me encuentro con un desconocido tocando el timbre de mi casa, mide igual que un crío de quince años y, que para variar, sonríe como psicópata. ¿Vienes a matarme? Porque si es así no estoy disponible hoy.--…--Talla su ojo derecho con su mano antes de intentar cerrar la puerta pero el pie del más bajo impidió aquella acción.--…--¿Ahora qué?— Jiu colocó su mayor expresión fría. Olvidó que el tipo aquel estaba casi desnudo. --Soy el hermano de Minying, Park Jisung así que déjate de boberías. No vengo a matarte ni nada parecido, aunque si vuelves a decir algo respecto a mi estatura correteare tu trasero hasta meterle unas buenas balas ¿Entendido?--…--A Chim se le quitó el sueño.--…--Vengo porque Minying me dijo que tenías unas fotos suyas así que debo llevárselas. Tráelas.— --Wow, wow wow.--…--Movió sus manos de lado a lado.--…--No sabía que Minying tenía un hermano tan arisco.— --Eso es lo de menos.--…--Le resta importancia.--…--Yo no sabía que Minying podría acostarse con un idiota.--…--Agrega.— --¡Hey!--…--Se queja.--…--Un momento. Tú sabes que Minying y yo…-- --Si lo se todo así que de mi depende que Héctor no te vuelve la cabeza y que Minying no se quede divorciado y sin haber adoptado aún, por lo que necesito esas jodidas fotos ahora mismo.— Chim asiente un poco consternado por toda la situación. Se dio la vuelta y se dirigió a la habitación corriendo, dejando a Jiu en la puerta esperando. El piel pálida en serio no podía creer que alguien tan ido de el mundo pudiera ser capitán de la Marina. Pasaron más o menos unos cinco minutos y el pelinegro llegó de nuevo hasta la puerta completamente vestido y con un pequeño sobre en sus manos que Jisung dedujo, eran las jodidas fotos. Esas fotos le han traído mucho dolor de cabeza así que si no fuera porque eran muy importantes… Ya las hubiera roto pero algo que le llamo la atención fue que el más alto llego vestido y agarró una chaqueta grande que estaba tumbada en uno de los muebles. --Vamos.--…--Dice el mayor saliendo y cerrando la puerta a su espalda.— --¿Vamos?--…--Pregunta ceñudo.— --Si, yo voy contigo.--…--Dice obvio.— --Perdona desilusionarte, pero no estás invitado a esta pachanga.--…--Alarga su brazo intentando tomar el sobre, pero Chimmae lo alza evitando aquello- --Esto también tiene que ver mucho conmigo, déjame decirte que tengo más derecho de ir que tu, bonito.--…--Enarcó una ceja.— Jiu se sonrojo por aquel piropo ya que no estaba acostumbrado a que le dijeran esas cosas así como así, mucho menos un tipo como Park Chimmae; Capitán de la marina, rico, pero sobre todo muy muy guapo. Porque a pesar de ser un idiota no podía negar que el hombre estaba como le daba la gana. Chim se colocó unas gafas y caminó hasta el estacionamiento para seguido sacar su auto, dentro de el mismo se estiró hasta abrir la puerta del copiloto esperando por qué el menor subiera. Jiu subió a regañadientes. jiu empezó a escribir un mensaje para decirle a Minying que estaba de camino hasta la base y que para completar… Tenía compañía. --Toma esto.--…--Le lanzó una grande y peluda chaqueta junto con unos guantes y una bufanda.--…--Hace mucho frío en la nueva base así que debes estar muy bien abrigado.--…--Enciende el auto.— --Tu casi no llevas nada para abrigarte.--…--Min se empieza a colocar las prendas.— --Estoy acostumbrado.— --Ah, creo que la única persona que conozco que ha sido capaz de aguantar tanto el frío ha sido el coronel Kim Héctor y supongo que es porque él fue entrenado de esas formas tan… Extremas.--…--Niega varias veces porque de imaginarse aquel entrenamiento se le pone la piel de gallina.--…--Tu no.— --Te equivocas, Héctor y yo fuimos entrenados en la misma base, por el mismo coronel y de la misma manera.--…--Min lo mira sorprendido.--…--De tantos soldados alistados aquel año, solo salieron victoriosos diez en los cuales Héctor y yo estamos ahí.--…--Acomoda sus gafas con sus dedos.--…--Lo que no lo mata a él no me mata a mí.— Sonrió ladino. Jiu envío el mensaje. Ninguno dijo nada más en el transcurso del viaje. (…) Héctor estaba ahora mismo en el baño mirándose el cuello. Tenía tantas marcas que de seguro un sádico sentiría excitación con solo verle. Bueno, Jaemin aprovechó de hacerle el mayor número de marcas posibles, se fío de que estaba borracho y todo aquello para hacer de las suyas en el cuerpo del castaño. Se duchó, vistió y salió del cuarto, pues Lee apenas lo vio entrar al baño de forma casi desesperada se fue antes de que sus compañeros despertaran. No debería sentirse mal por haberse acostado con otro, de todas formas esto marcaba prácticamente la ruptura de su matrimonio. Minying era un jodido infiel. Mentiroso. Traicionero. Idiota. Hermoso. Bello. Amoroso. Cariñoso. Comprensivo. Perseverante. Sexy. Atento. Si, la lista tenía mucha diferencia en ambos lados. Llegó a la puerta de la base y miró como Minying ponía a los soldados a entrenar en aquel campo cubierto de nieve y trampas muy altas. --A ver, A ver holgazanes ya saben lo que tienen que hacer; Quiero ese pañuelo rojo en mis manos y quien me lo traiga tendrá su recompensa.— Héctor sonrió inconscientemente viendo a su esposo dar las instituciones, pues lo daba prácticamente de la forma suya. Aprendió bien el soldado Minying. Bueno, ahora era el coronel Minying. Jaemin se alistó con los demás soldados. El coronel Minying no le apartaba la mirada de encima y sabía que este podría matarlo en cualquier momento pero el soldado solo le dedicó una amplia sonrisa porque recordó lo que había pasado esa noche. Se sentía victorioso. Minying sacó su pistola y dio un disparo al aire, cerrando sus ojos en pleno proceso porque a pesar de estar mejor de la fobia, esas reacciones no desaparecerían nunca. Todos los soldados corrieron por todo el lugar esquivando las trampas de forma ágil. Jaemin estaba empatado junto al soldado nuevo llamado Daniel. Ambos eran buenos y no se les negaría. Minying sintió que tocaban su hombro por la parte de atrás por lo cual se giró. Eran jiu y Chimmae. A pesar de estar viendo a Park el creía que solo era un broma de su hermano aquello de que el capitán viniera pero no fue ninguna broma. Aquí estaba Park. No lo creía tan arriesgado para meterse a la cueva del lobo. --Hermanito, hermanito, hermanito.--…--Cantarruñeo Jiu.--…--Haciendo de coronel ¿no?— Minying sonrió avergonzado. --Es una larga historia.--…--Se encoge de hombros.--…--Hola, Chimmae.— --Hola Minying.--…--Lo saluda agitando su mano y manteniendo la distancia.— Héctor los miraba desde lejos. No podía creer el descaro que tenía Minying al estar con Chimmae en la misma base y estando él ahí. --Acá está lo que me pediste.--…--Jiu agitó su mano con el sobre.— --Genial.--…--Lo agarró analizándolo y luego lo dejo bajo su brazo.--…--Gracias.— --Si, si no hay de que.— En eso llegaron dos soldados corriendo y jadeando de puro cansancio. Jaemin y Daniel tenían en sus manos un trozo de aquel pañuelo rojo por el que todos los soldados se peleaban. Al parecer no pudieron ponerse de acuerdo en quién llegaría primero y saldría victorioso. --Aquí tiene.--…--Dijeron ambos al unísono entregando el pedazo de pañuelo que ambos tenían.— Minying miró a Lee con asco, luego decidió dejar su atención en el chico nuevo cabello corto y castaño. Los ojos eran brillosos e inocentes, era un hombre pero los ojos decían lo contrario. --¿Qué ocurrió?--…--Le pregunta señalando el pañuelo por la mitad.— Chimmae solo observaba. Uno de los soldados le pareció muy conocido, lo había visto en alguna parte. Al otro soldado al cual Minying le hacia las preguntas simplemente le pareció hermoso. Jiu solo estaba frotando sus manos de sus brazos a causa de frío. --N-nosotros, nosotros llegamos al mismo tiempo y al agarrar el pañuelo, se rompió.--…--Explicaba el castaño poniéndose erguido frente al coronel y aquellos desconocidos.— Daniel tenía sus mejillas sonrojadas a causa del entrenamiento, sus labios temblaban a causa del frío. Notó como el más alto de aquellos tres lo miraba raro, y fue muy vergonzoso porque si, aquel hombre era muy guapo al igual que aquel chico de piel como la nieve que estaba a su lado. Los dos eran muy hermosos. Daniel no podía decidirse a cual mirar más. --Supongo que ambos llegaron.--…--Minying hizo una mueca de desagrado, obviamente porque Jaemin era uno de ellos.--…--Tienen dos horas de descanso así que aproveche más.— Los soldados asintieron cansados colocándose firmes y al sonar sus zapatos seguían con su camino. --Vaya Minying, tienes soldados muy guapos.--…--Habló el capitán mirando a Daniel irse.— Jiu aclaró su garganta y Minying rio. --Vinimos aquí para algo importante no para estar coqueteando señor.--…--Dijo Park.-- --Es cierto, debo entrar y hablar con Héctor.— --Espera, Minying.--…--Agarró su brazo. Héctor a lo lejos chasqueo sus labios.--…--Héctor …¿Héctor no sabe lo que tú y yo…?.— --No.--…--Apuro a decir.--…--Y espero que nunca lo sepa.— Héctor no podía escuchar lo que hablaban pero le molestaba enormemente que su esposo estuviera tan cerca de Chimmae. Ya nada se podía ver de otra manera al descubrir que son amantes. Se alejó y empezó a caminar hacia una de las mesas en el comedor, las cosas estaban peor de lo que imaginaba y la situación ameritaba un papel con motivo de divorcio. Si Minying no le amaba las cosas no tenían solución. --Coronel Kim.--…--Jaemin colocó su mano en su frente firme, mostrando respeto. Héctor lo miró de pies a cabeza.— --¿Qué se te ofrece, soldado?--…--Desvío su vista hacia sus manos juntas. Era muy raro que hace apenas unas horas estaba enrollado en las mismas sábanas que las de este soldado. El alcohol a veces te juega pasadas muy locas.--…--So-sobre lo de anoche …yo.— --Lo de anoche fue… Héctor tenía pensado hablar con Jaemin sobre eso y dejar en claro que todo había sido un error, solo eso porque ya las cosas consigo mismo no eran como antes (hablando de su sexualidad) respetaba las relaciones homosexuales porque él mismo estaba casado con un hombre y, pese a haber dicho por un micrófono que era gay él realmente no lo era y Jaemin salió anoche con su boca siendo besada a causa del dolor, un impulso, lo tocó imaginando que era su esposo. Todo fue un gran error. Pero las palabras correctas quedaron atascados en su garganta cuando vio a Minying entrando con Chimmae al comedor y este revolvía el cabello azabache de su esposo. Hizo puños con sus manos, las venas de su cuello se hicieron notorias. Jaemin no sabía el por qué de su reacción, ¿Acaso preguntar había sido una mala idea? Kim tenía ganas de matar a Chimmae en ese mismo momento. Agarró la mano de Jaemin y lo acercó hasta que quedó sentado en su regazo y sin aviso beso sus labios. Minying, Jiu y Chimmae quedaron helados en frente de aquella escena. Minying había visto aquellas fotos del engaño de su esposo pero nada se comparaba a la realidad de ahora. Quemaba como el infierno en su interior. Héctor se separó de Jaemin agarrando su mano y entrelazando sus dedos. Lee se dio cuenta de la razón por la cual Kim lo había besado; fue para darle celos a su esposo pero de igual forma no se sintió mal ni nada de eso. Si era por Kim Héctor, podía volverse un títere. Minying tenía sus ojos aguados, hizo contacto visual con su esposo y Héctor no tenía ni una pizca de arrepentimiento. Su mirada se pasó por el cuello de su esposo observando los tantos moretones, chupetones que durarían días en borrarse. Los mayores de los cuatro se miraron retantes. Héctor le dedicó una mirada que nunca le había dado, entonces Chim comprendió que era más allá de solo simple molestia. Héctor podría matarlo ahora mismo si quisiera. Minying ríe con amargura empujando el sobre con la carta sobre el pecho de Chimmae y se fue sin decir nada. El capitán le siguió llamándole pero Minying no daba tregua a sus pies rápidos ansiosos por escapar y encerrarse a llorar con libertad. Por lo que cuando llegó a su lejana oficina cubrió su rostro con sus manos mojándolas con sus lágrimas. Todo estaba perdido y no había manera de reparar los daños causados.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD