CAPÍTULO VIEl Duque se despidió del último de sus invitados y, mientras los carruajes se alejaban por el sendero, le dijo al mayordomo: —Ordena que preparen a Samson inmediatamente. Veinte minutos más tarde, mientras galopaba a través del parque, sintió tal impresión de libertad, que le parecía haber salido de una prisión. Los últimos tres días habían sido casi insoportables. Odiaba todo tipo de subterfugios y le disgustaba tener que hacer papel de hipócrita. Pero tuvo que aparentar sorpresa el viernes por la mañana al saludar a Lord Wantage y, durante todo el fin de semana, eludió con gran habilidad a su esposa, para evitar una escena con ella. Como todas las mujeres, Hetty Wantage hubiera deseado hablar sobre lo ocurrido, justificar su ignorancia acerca de los propósitos de su marid