ISRAEL Saber que no la veré por mucho tiempo, me volvió loco, quería tener a Sophie conmigo siempre, aunque sé que lo mejor para ella es que esté lejos de mí, por eso no pude contenerme y la fui a buscar al espacio, donde con la ayuda de dos tragos no me detuve y la hice mía hasta cansarme. Su cuerpo me encanta, su carita cuando se acerca el orgasmo me mata, verla disfrutar es lo mejor del mundo, me he vuelto adicta a ella y ya no puedo negarlo. Cuando termine de disfrutarla en el despacho, pretendía seguir en la habitación, pero cuando entré con ella en mis brazos vi a una pequeña polizonte en la cama, así que sonreí y en silencio llevé a Sophie a la ducha donde despertó por el agua y le dije que guardará silencio o nos escucharían. Ella se contuvo bajo la ducha, pero sé que se moría