CAPÍTULO 36

1263 Words
SOPHIE Antes de poder discutir con Israel, él me pidió perdón por el desastre en la casa y prometió que la próxima vez limpiara todo antes de que yo llegue, así que me tranquilice un poco, le comenté que tenía un trabajo que hacer y me ofreció su despacho y su laptop para que lo hiciera así que le tome la palabra y después de cenar me retire al despacho. Ya en el despacho tome la laptop de Israel y comencé a hacer mi trabajo, estuve en eso un par de horas y en cuanto termine me quede revisándolo una última vez, aunque no pude terminar de revisarlo porque la puerta del despacho se abrió. Israel entró y se sirvió un trago, yo lo observé en silencio desde donde me encontraba sentada y luego de que él se tomara todo su trago de un solo golpe se sirvió otro y camino hasta mí. Cerro la laptop y la dejo de un lado, luego me tomo a mí, me sentó sobre el escritorio y él se sentó en la silla donde yo me encontraba y me abrazo con fuerza por la cintura. Yo por supuesto no me negué a estar así con él, sé que en el fondo Israel sigue siendo el niño de diez años a que sus padres lastimaron, él a pesar de que se muestra rudo y fuerte, busca que lo amen y lo consientan. —Bella se irá al internado en dos días contigo —me informa Israel mientras me atrae hacia él y yo quedo sobre su regazo con las piernas abiertas, luego comienza a besarme de la manera más deliciosa del mundo. —Eso es lo que querías, ¿no? —no entendía por qué él está actuando de esa manera, creí que quería a Bella fuera de la casa —Sí, pero tú tampoco volverás, pues debes quedarte a cuidarla en el internado —me responde mientras quita mi blusa y saca uno de mis pechos de mi sujetador —Israel, quisiera quedarme, pero aún no es el momento, necesitamos arreglar todos nuestros problemas, para poder estar juntos, además mi tía y su esposo aún me buscan —respondí ya con mi respiración acelerada, cuando el término de quitar mi sujetador y dejo mis pechos al aire para disfrutarlos a sus anchas —Lo sé, pero te aseguro que los he de encontrar y tú serás libre, mi garrapatita nadie podrá lastimarte mientras yo viva —responde Israel. Ya más que duro, pues puedo sentir entre mis piernas como su amigo está listo para hacerme disfrutar, solo lo detiene su pantalón y el mío. —Yo únicamente quiero que me prometas que mientras estemos separados te vas a cuidar mucho tú y tu salud, por favor prométeme que lo harás —Supliqué y el me sentó nuevamente en el escritorio y comenzó a besarme —Te lo prometo, mi hermosa garrapatita —sonreí ante su promesa y luego fui yo la que le quite su camiseta y el se quitó su pantalón con todo y bóxer Y luego me ayudo a quitar los míos con todo y ropa interior, hasta mis zapatos quito juntos a mi pantalón, me sentó nuevamente sobre el escritorio con las piernas abiertas y se sentó quedando a la altura perfecta para jugar entre mis piernas con su boca. Cuando lo sentí pasar su lengua por mi húmeda intimidad me estremecía, se sentía tan bien y placentero que los gemidos no podía detenerlo, sentirlo succionar y jugar con su lengua me enloquecía. Cerré mis ojos tratando de contenerme lo más posible, pero el comenzó a usar sus dedos también y ahora si no podía resistirme. —Vamos hermosa, déjame, probarte, déjame saborear tus jugos —Israel me pide y yo obedezco ante la invasión de sus dedos y su lengua, llegué al mejor, orgasmos que e tenía hasta ahora, el recibió todos mis jugos en sí boca y luego me beso. Sus besos sabía algo salado, el sabor de mi intimidad estaba en su boca, pero no me importaba. —La noche recién comienza mi hermosa niña —me informa Israel y entra en mí de una sola estocada y no pude evitar gritar ante su invasión —aaaa —me sujeté de sus hombros y el sonreía con malicia —mañana no podrás caminar hermosa —me beso y luego comenzó con unas embestidas muy fuertes, sentía que me iba a partir en dos, pero lo estaba disfrutando. Con cada embestida suya yo sentía micho placer, mis gemidos cada vez eran más fuertes y cuando estaba por tener mi segundo orgasmo se detuvo y salió de mí. —¿Qué pasa? —pregunte agitada —Aún no quiero que te corras —el me beso y yo lo mordí por dejarme con las ganas —Así me gusta mi amor, sé salvaje —Israel me dio la vuelta y me apoyo contra el escritorio, me dio un par de nalgadas en mi trasero y luego se introdujo nuevamente en mi intimidad de una sola estocada y comenzó a embestir con fuerza y a darme una que otra nalgada ene el proceso. En ese momento el escritorio era mi único apoyo porque yo sentía que en cualquier momento mis piernas iban a fallarme y caería, pero después de varias gloriosas embestidas de parte de mi hombre, ambos llegamos a la cima de nuestro placer e Israel y yo nos quedamos rendidos uno arriba del otro, sudados sobre el escritorio. Yo no podía ni hablar, disfrute cada cosa que el me hizo, tanto que no había notado que el me dejó más marcas en mi cuerpo, cuando salió de mí me estremecí nuevamente y luego se atrajo y me hizo sentarme sobre sus piernas aún desnudos los dos. —De seguro me voy a ir al infierno mi hermosa niña, pero te has convertido en mi adicción más grande —expresa, Israel, mientras vuelve a besar todo mi cuerpo y siento como su amigo aún no se ha saciado y la verdad, aunque estoy un poco cansada quiero seguir disfrutando con el. Israel me llevó al sofá de despacho, donde no dudo en entrar nuevamente en mí, atar mis manos encima de mi cabeza y hacerme suya con mucha pasión y deseos, yo solamente rogaba pro que Bella no despertara y arruinara este momento. Al llegar a mi tercer orgasmo, Israel no se detuvo y me dio la vuelta en el sofá del despacho y volvió a hacerme suya en esa posición, yo disfruté cada posición en al que el me coloco, dejé que me hiciera suya a su antojo, pues lo estaba disfrutando. Cuando por fin ambos quedamos satisfechos, me estaba quedando dormida en su pecho y sentí como me cargo y me llevo escaleras arriba, abrí los ojos cuando entramos a la ducha y sentí el agua caer sobre mi cuerpo. —No hagas ruido, hay una pequeña polizonte en nuestra habitación — el eso y al parecer me equivoqué, el no se había saciado de mí y me hizo suya nuevamente bajo la ducha, solamente que ahí tuve que contener mis gemidos, pues, Bella se infiltró a la habitación y podría escucharnos. Cuando al fin Israel me dejó salir de la ducha me coloqué mi ropa interior y una pijama y me arrastre hasta acostarme en la cama al lado de Bella y con tan solo tocar la cama me quedé dormida, estaba agotada y no sabía como iría Al internado al día siguiente, Israel me quiere matar de placer definitivamente.
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