CAPÍTULO 43

1349 Words
ISRAEL Dormir por horas y aunque durante ese tiempo abrí los ojos varias veces no tenía fuerzas para levantarme, mi cuerpo se sentía pesado y mi alma estaba cansada, mi cuerpo ya no aguantaba tanta presión, me sentía exhausto. Estaba cansado de sufrir, cansado de perseguir a esos criminales, cansado de perseguir la justicia que nunca me fue brindada, ya mi cuerpo y mi mente no podían más, y creía que lo mejor era rendirme y dejar de respirar, así no vería la cara de decepción en los ojos de mi tío, ni el sufrimiento en los hermosos ojos color verdes esmeralda que tanto amo. Lamento tanto no haberle dicho que la amo, pero creo que es lo mejor, ella es joven, alegre, hermosa, se merece ser feliz y no esperar por una persona como yo que ya no tiene nada que ofrecerle y que ya se dio por vencido. Pensé que despertaría en prisión, pero no fue así cuando por fin pude despertar, observe únicamente paredes blancas y grises a mi alrededor, una puerta de hierro y un silencio profundo, un silencio que me lleva a pensar tantas cosas. Y a recordar una y otra vez mi infancia, el infierno que viví, tanto dolor, sufrimiento, para al final ver morir a mi pobre hermana sin poder hacer nada, Isabel era la más inocente en esa casa, ella merecía vivir, quizás hubiera sido mejor si moría yo esa noche, porque así, hoy no le estuviera causando este dolor a mi tío. Porque supongo que a estar alturas él ya sabe que estoy encerrado, y porque, llevo días aquí, no sé exactamente cuantos, pero sé que han pasado por lo menos tres días, la comida acumulada en el suelo me lo dice, pues cada que traen comida no retiran la bandeja anterior y hay doce bandejas en el suelo. Sí, ya no siento hambre, por lo tanto, no toco la comida que me traen, creo que ya no tengo razones para seguridad, hice justicia por mi hermana, pero también sé que decepcione la las personas que me aman, a mi garrapatita no la voy a volver a ver y a mi tío no quiero verle la decepción en el rostro así que lo mejor es que yo muera aquí encerrado. La puerta de hierro se abrió y entraron dos oficiales, me levantaron a la fuerza y me llevaron a una sala de interrogatorios, lo sé porque en mi carrera he estado en muchas, me dejaron sentado en una silla frente a una mesa y no moví ni un solo músculo, pues no tenía deseos de hacer nada, además estaba muy débil para moverme. La puerta de la sala de interrogatorio se abrió y entró Evans, con una carpeta en su mano y se puso de pie frente a mí, después de mantenernos la mirada como si nos retáramos, el tomo la silla frente a él y se sentó frente a mí. —Luchaste tanto por hacerle justicia a tu hermana y ahora te rindes, qué débil eres, te creí más fuerte —hablo Evans mirándome con desprecio, la verdad su opinión es lo que menos me importa, él no significa nada, para mí, es únicamente un psicópata detrás de esa fachada de psicólogo del FBI sigue siendo el mismo asesino caníbal que la prensa publicó hace algunos años. —Tu hermana era una niña hermosa, que pensaría ella si te ve así —El malnacido colocó una foto de Isabel frente a mí y automáticamente mis ojos se llenaron de lágrimas, esa foto fue tomada días antes de su muerte, estábamos en casa de mi tío y ahí celebramos sus cinco años. Permanecí en silencio, pero con mis puños apretados no sé qué es lo que pretende, mi hermana ya no está y es mi culpa porque no pude hacer nada por ella, no pude salvarla y eso me ha dolido toda mi vida. —Veo que tu hermana no te importa, peroquéue hay de ella? —Evans coloca una foto de Sophie encima de la mesa y sintió un terrible dolor en mi corazón, como si estuvieran clavando estacas en él. —Sabes, es hermosa, tiene un gran cuerpo y unos ojos hermosos y ni que decir de su sonrisa y simpatía, sabes cuantos pervertidos hay en este país y no que decir del mundo, muchos querrán llevarla a la cama, tocarla llenar ese cuerpo hermoso de besos y hacerla gritar de placer, unos pedirás su consentimiento y otros querrán tomarla a la fuerza, y quien podría culpables si es hermosa y además está sola, no tiene a sus padres, su tía resultó ser una ambiciosa que tú asesinaste, y tú te rendiste como el cobarde que eres, así que no tiene a nadie que la pueda cuidar, está totalmente sola en el mundo —las palabras de Evans me llena de ira. Comencé a respirar con dificultad, trataba de controlarme, pero Evans, no ayuda en nada, Con tan solo pensar en que cualquiera pueda lastimar a mi Sophie, me enoja muchísimo, quiero matar a alguien y el único frente a mí es el imbécil de Evans. —Como ella no te importa, que tal esta hermosura, ya fue violada por su padre, tú la salvaste y ahora la abandonas, según tus estados financieros la pequeña Isabella tiene sus estudios pagados hasta su universidad, pero quien te garantiza que vaya a llegar a la universidad, sabes cuantos trabajadores hay en un internado, cualquiera de ellos podría aprovecharse de ella es tan solo una bebe quien la protegerá ahora que tú te has dado por vencido, quieres que le diga a ellas y a tu tío que ahora eres un cobarde llorón bueno para nada que los dejo solos y prefirió morir antes de enfrentarlos —Escupe Evans y ya no pude soportarlo más, fue un error que no me esposaran a la silla y dejarán mis manos libres. —Cállate maldito — grité con fuerza, tomé a Evans del cuello y lo apreté con fuerza contra la pared. —Tú no sabes nada, aléjate de ellas o te juro que te mato —Estaba por asfixiarlo con mis propias manos cuando sentí un pinchazo en mi hombro, cuando volteó a ver que se trata, Taylor está detrás de mí con una aguja que enterró en mi hombro vi todo borroso y luego todo que completamente oscuro para mí. NARRADOR La misión de Demian Evans, no era otra que hablar con Israel para tratar de reclutarlo para el FBI, por esa razón en la prensa no salió nada sobre su arresto, lo único que se supo fue que capturaron al vengador entre las sobras que es como la prensa llamaba a aquel que mataba los peores criminales de la ciudad cuando la policía los dejaba libre. Así que al ver el estado de Israel, quería saber si él en verdad ya no tenía razones para vivir o simplemente había que recordarle que si las tenía para que quisiera vivir —Te tardaste demasiado imbécil —comenta Damián con la vos ronca, pues, unos minutos más y ya estaría muerto. —No seas llorón, tanto tiempo lejos de Rachel ya te volvieron cobarde, y dime ¿qué hago?, los jefes me presionan, llevamos días aquí y Santana no habla, no come, los jefes mayores lo quieren para una misión especial —Taylor molesto se burla de Evans —Dale una razón para vivir, convencerla a ella y tendrás a Santana —Evans sale sujetando su cuello y deja a Taylor ahí con la foto de Sophie entre sus manos. —Una razón para vivir —Taylor sonríe y se burla, pues como no pensó en eso antes, él dejaría todo por su hechicera, al igual que Evans daría todo por su tablita, por supuesto que Santana, daría todo por su mujer. —Simón Taylor, parece que te vuelves lento con el paso del tiempo, o la falta de mi hechicera me tiene desconcertado, creo que iré a casa unos días —habló en vos alta Taylor mientras negaba con la cabeza.
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