ISRAEL Serví dos tazas de café y en cuanto la pequeña llegó le hice señas para qué se sentará, coloque el café y un sándwich frente a ella y me senté justo en la silla del frente observándola mientras tomo mi café. —¿Cómo está el señor Ilias? —preguntó Sophie con esa timidez que provoca que quiera quitarle todo rastro de esa inocencia —Mejor, estará en el hospital unos días —respondí analizando a la chica frente a mí —¿De qué quiere hablar conmigo? —indagó y alzó su mirada para verme directamente a los ojos, mire esos hermosos ojos color verde esmeralda tratando de descifrar a esa niña y porque simplemente no puedo sacarla de mi vida o matarla —¿Por qué tu tía no te deja en paz?, ¿por qué se arriesgó para llevarte de vuelta? —Interrogue y ella bajo su mirada por unos segundo y si