Inuyasha
Abro los ojos y un indescriptible dolor de cabeza me azota, estoy en mi despacho y no recuerdo que mierda hice ayer. Toco mi cabeza, la cual palpita del dolor y me siento mareado. Joder, no vuelvo a beber como un loco jamás en la vida. Respiro hondo tratando de que el dolor se calme, pero el aroma de Kagome se filtra en mis fosas nasales, ya estoy loco. Camino fuera encontrando a todos los empleados, ignoro todo olímpicamente y me dirijo a mi coche para ir a mi casa. El dolor de cabeza no da tregua, pero también el constante pensamiento de que olvido algo muy importante.
Entro e inmediatamente subo a mi dormitorio, me quito la ropa y me entro a duchar. ¿Por qué percibo que anoche tuve sexo y no recuerdo?, cierro los ojos, pero el pensamiento de Kagome llega a mi mente, alejo esos pensamientos cuando toman un rumbo perverso. Suspiro mientras enjabono todo mi cuerpo, siento la mano tibia de alguien por lo que me doy la vuelta y Kikyo está parada frente a mí. La miro en silencio y ella solo me sonríe coqueta, sus manos abrazan mi cuerpo y me tenso de inmediato.
—Te extrañé estos días Inu—su voz chillona solo causa que mi cabeza duela más.
—¿Puedes conseguirme un calmante?, la cabeza me duele a horrores—murmuro ignorando el hecho de que ella está desnuda frente a mí.
—Está bien—rueda los ojos y sale enojada, termino de ducharme y salgo colocándome un bóxer. Ella entra con una bata y me mira pasándome el calmante. Lo tomo y bebo agua, me dejo caer en la cama cerrando los ojos.
—¿Cómo te fue en el viaje Kikyo?—pregunto con los ojos aún cerrados.
—¡De maravilla!—chilla y mis tímpanos duelen—fue magnífico—narra todo lo que hizo y yo simplemente asiento a lo que dice.
Cierro los ojos y me duermo, sé que ella se enfadara, pero necesito dormir, cuando abro los ojos nuevamente Kikyo esta desnuda a mi lado. Miro la causa de no estar dormido todavía y es mi celular. Lo tomo y el nombre de mi mejor amigo aparece en él.
—Espero que sea algo sumamente importante como para despertarme—le digo al descolgar.
—Estoy sentado tomando café con tu Kagome—me levanto de golpe y frunzo el ceño.
—¿Por qué estás con ella?, y ella no es mi Kagome—pregunto mientras aclaro.
—Me iba a atropellar—me alarmo enseguida y me levanto buscando ropa, me pongo unos jeans y una camiseta.
—¿Por qué lo haría?—pregunto terminado de cambiarme, bajo corriendo las escaleras hasta mi auto—¿dónde estás?—pregunto mientras conduzco. Él me da la dirección y cuelgo.
¿Por qué Kagome trataría de matar a mi mejor amigo?, ¿parte de su venganza?, no lo dudo. Rápidamente llego al lugar indicado y bajo como alma que lleva el diablo. Veo a Jinenji sentado y corro hasta él.
—¿Estás bien?—pregunto llegando a su lado. Mi mirada se dirige a su acompañante y me congelo. Kagome totalmente hermosa y esplendida se encuentra frente al él y me mira petrificada—hola Higurashi—saludo solo por cortesía.
—Estoy bien Inuyasha—mi amigo rueda los ojos y suspiro aliviado.
—Yo me marcho Jinenji—comenta su dulce voz y eso hace que le preste atención.
—No... No te vayas, toma asiento Inuyasha, Kagome me comentaba algo muy interesante—tomo asiento al lado de mi amigo y Kagome se ve incómoda.
—¿Qué era eso?—su rostro se torna rojizo mientras que evita mi mirada.
—Solo... no era nada la verdad—sonríe, pero esa sonrisa no llega a sus ojos.
—¿Por qué siempre mientes?—no puedo evitar que la pregunta deje mis labios. Ella me mira en silencio y sus facciones son neutras, solo que mantiene sus labios en una firme línea recta.
—¡Deja de juzgarme como si jamás hubieras cometido un maldito error!—me toma por sorpresa su arrebato—me he humillado por ti solo porque de verdad te amo, es fácil juzgarme. Si, casi te mato, pero no es razón suficiente para que me detestes de esa manera, odio sentirme tan vulnerable a ti Inuyasha, ¿sabes por qué?, porque siempre termino llorando a causa tuya. Prefiero mil veces que el dolor sea físico y no que este clavado en mi interior como una daga que me apuñala cada vez que tu estas cerca—una lágrima cae de manera dolorosa por sus ojos—al principio si, fuiste solo una pieza para mi venganza, pero luego todo fue real, me enamore de ti Inuyasha, te entregue todo de mí en cada instante, la noche de bodas fue lo más sincero y puro que he dado. No solo te entregué mi cuerpo, puse en tus manos mi corazón... Mi alma, deja ya de hacerme sentir tan miserable, sabes perfectamente que no te hace sentir mejor el hecho de que me lastimes—se levanta, pero Jinenji la toma sutilmente de las manos y ella se sienta.
—Tu deja de creer que debo de recibir tu perdón solo porque te arrepientes, ¿tu perdonarías tan fácilmente el hecho de que la persona que amas te mintió, jugo contigo de la peor manera, que sólo fuiste una pieza para todo el mal que tenía planeado?—ella se queda en silencio—no quieras hacerte la víctima Kagome, ese papel ya lo perdiste hace tiempo, deja de querer hacerte la mártir, ya tu tiempo pasó—ella me mira furiosa y aunque es una discusión desagradable me excita verla de ese modo. Sus mejillas rojas de la furia, esa mirada de querer destrozar todo a su alrededor.
—¿Sabes qué?—pregunta enojada—solo eres un maldito estúpido que no sale de un agujero pasajero, estas con mujeres tratando de olvidarme cuando en realidad no lo quieres hacer—mi boca se abre y ahora soy yo el enojado—es por eso que no me olvidas—vuelve a decir—porque en verdad tu no quieres hacerlo—doy un golpe en la mesa furioso.
—Tú no sabes nada Kagome, deja ya de verte tan ridícula—la mesa queda en silencio y ella se levanta y yo junto a ella.
—Vete a coger por el culo, veamos si un hombre puede hacer que me olvides—camina hacia la salida y yo la sigo tomándola de la muñeca.
—Eres una...
Mis palabras se pierden al momento que la figura de alguien se para justamente a mi lado.
—Kagome...
Ella se tensa y sus ojos se vuelven fríos, mierda, ¿quién es este tipo?