SANCHO El sol parecía que extendiera su manto dorado sobre la manada, haciendo que los pelajes brillaran, a la vez que los soldados empezaban a retirarse, suponiendo que la información de que un gran capo se encontraba. En ese sector. —Retirada, muchachos, falsa alarma, —ordenó el Capitán encargado, solo que dos extraños sujetos le interrumpieron su discurso. —¿Ustedes quiénes son? Al mismo tiempo, en la orilla del caño, el ambiente de desconcierto y sosiego parecía una melodía muda que rasgaba el viento. El viejo Sancho, inmerso en sus pensamientos, repasaba todos los eventos para encontrar la falla de su ritual. “Sé que el ritual lo realicé bien, no considero que me faltó algo, tal vez es que faltó energía, eso es.” Sancho analizó en su mente y de nuevo instó a que todos se juntaran