TARAZONA —El cielo es rojo, puede ser que estemos en Marte, de seguro fuimos transportados por el malvado hechicero Portan. —No, maestro, estamos en el llano colombiano, esto es un hermoso atardecer. Por favor, le ruego que se concentre, estamos en una misión muy importante. —Mi querido escudero Sánchez, no tienes de qué preocuparte; yo soy el gran superzona de pasto, el más grande justiciero de este país, además del más fuerte y poderoso, además que las mujeres dicen que soy muy apuesto. —¿Jefe, es apuesto de apostar o de cierto? —Te equivocas, es hermoso, eso he escuchado, ya que un hombre macho no reconoce la belleza de un hombre, ni siquiera la suya propia—. Don Tarazona no paró de caminar mientras se sobaba los tres pelos que tenía por barba. —Esas cosas son de los blancos, en m