Cuidado con lo que deseas!

5. Cariño pronto llegaremos

Capítulo 5. Cariño pronto llegaremos y ahí podrás quitarme todo lo que quieras.

Sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo apenas escuche su voz, oír la voz de un hombre tan cerca de mí ya era algo increíble, estar en la posición que estaba también, pero esa voz tan ronca, varonil y seductora tan cerca de mí casi me paralizó el corazón y al levantar mi rostro me encontré a un hombre al que mi increíble borrachera no me dejó distinguir bien, estoy tan ebria que parpadeo por unos segundos, pero no logró distinguir su cara, solo me imagino que debe ser hermoso, con esa voz definitivamente debe serlo, o eso es lo que quiero pensar, pero recuerdo muy bien las palabras de las chicas, la aventura perfecta es el que no recuerdas al chico día siguiente y con este tipo esa regla se cumplirá a la perfección, así que sonrío pegándome a él de manera coqueta e imagino que es el chico más guapo que pueda existir en este lugar.

Alto, con un cuerpo definitivamente de infarto, esos que solo puedo ver en las revistas para chicas que las muchachas llevan escondidas a la facultad. Sé que me esta mirando, pero no le prestó atención, al contrario, del resto de chicos a los que había sentido observándome, este chico se pinta mejor, ahora solo debo imaginar que es más lindo que todos los que me enviaron sus bebidas de regalo, además, si tenía que escoger a uno para perder mi virginidad, definitivamente este desconocido sería el elegido, porque ¡huele tan bien!

Comencé a frotar todo mi cuerpo contra el suyo, tal y como las chicas comentaban que lo hacían, utilice todas las tácticas de seducción que ellas decían conocer y que comentaban cada noche en su habitación de la facultad, oler su perfume me embriagaba más, se me hizo demasiado fácil parecer una de ellas, sin duda ese perfume es esos que deben costar carísimo y que volverían loca a cualquiera como lo está haciendo conmigo, me acerco a su cuello para poder oler mejor, siento como mis labios rozan su piel paso mi lengua intentando probar el sabor de su perfume, siento un hormigueo en mi cuerpo que me deja sin aliento, escucho un gemido de excitación salir de sus labios y me siento toda una ganadora, él se acerca mucho más, aunque ya no sé qué más puede pegarse a mi cuerpo, estoy sintiendo sus huesos prácticamente incrustarse en mi trasero y no voy a negar que esa sensación me encanta, para ser una novata siento que lo estoy haciendo demasiado bien, podría graduarme con honores si sigo así.

De pronto me parece oír un susurro, no logró escuchar muy bien así si dijo algo, pero aprovecho para acercar mi rostro un poco más a él, pegué mi oído a sus labios y ahora si logré escucharlo mejor,

-- ¿Per tutti? – me dice y en mi borrachera recuerdo claramente que es el nombre del lugar donde estamos, esta zona privada donde estoy desde que llegue tiene un hermoso letrero encendido con esas palabras, intento buscarlo, pero la verdad no recuerdo a donde esta y tampoco me interesa mucho, así que sonrió y muevo la cabeza hacia arriba y hacia abajo, y solo repito feliz,

-- ¡Per tutti! – y así fue cuando tomó mi mano y juntos desaparecimos entre las sombras de las personas que continuaban bailando en el lugar, fue tan rápido que nunca supe como no tropezamos con nadie.

Me deje guiar por ese desconocido, iba feliz a donde él me lleve, no me importaba conocer su nombre, porque sé que si me lo dice probablemente mañana no lo recuerde, con la borrachera que traigo encima, así que camine feliz. Llegamos al estacionamiento y subí en su auto él que, si logré ver bien, al menos noté que era nuevo y de esos bastante lujosos, esos de los que salen en las revistas de economía, algo que a veces Emi lleva para leer.

Ya en el auto mis manos comenzaron a tener vida propia y comencé a acariciar su cuerpo tratando de ver su rostro, le toqué los brazos mientras los mantenía aferrados al timón pude sentir sus músculos y sonreí imaginando la cara de las chicas cuando les cuente mi aventura, su camisa estaba con algunos botones sueltos arriba, así que continué con lo que él mismo había comenzado, desabotonar uno a uno los demás botones, tal y como las chicas lo habían mencionado, despacio y sensual tratando de volverlo loco, esa era la manera de seducirlo, quería demostrar que no era una jovencita virginal y estaba por buen camino, poco después senti como bajo la velocidad, y todo se oscureció en el auto, estábamos ingresando al sótano del hotel, vi el letrero cuando tuvo que dar una vuelta antes de ingresar, no voy a negar que tuve mis dudas, por un segundo sentí miedo de mi decisión, pero ahora todo estaba bien,

-- Cariño ya pronto llegaremos y ahí podrás quitarme todo lo que quieras – me dice, pero yo no quería parar, quería tocar su piel, sentir su cuerpo en mis manos, y me metí entre sus brazos para besar su cuello mientras lo veía tragar saliva conduciendo con dificultad. Estoy segura de lo que deseo y este chico, es todo lo que deseo en este momento. El auto se detuvo en el estacionamiento.

Estábamos en la cochera subterránea de algún hotel cercano albar, de eso estaba segura por la distancia que recorrimos, pero eso era lo último que me importaba es ese momento, quería sentir los labios de este hermoso sobre los míos, sin importar las consecuencias que tendría que soportar más adelante. Cuando lo veo actuar nervioso, no sabe cómo salir ahora que estoy sobre él, y sonrío mordiendo mis labios, para volver a mi lugar y dejarlo bajar, lo sigo con la mirada mientras bordea el auto para abrirme la puerta del copiloto y cuando lo hace me lanzó sobre él de lo ansiosa y borracha que estaba, me abrazo a su cuello para no terminar en el suelo.

Él me mira y yo le robo un beso apasionado, mi primer beso, dulce, apasionado y demandante, nunca me he comportado así, pero está era mi noche, mañana será otro día y estoy segura de que esto no lo recordaré…

Ja, eso era lo que pensaba yo, pero las cosas no resultaron como las esperaba y lo que pensé sería la mejor noche de mi vida, resultó siendo la peor noche de mi vida. Al día siguiente volví a la universidad y tuve que seguir con mi solicitaría, triste y aburrida vida, aunque debía estar feliz porque solo faltaba un día para comenzar a trabajar en el mejor Estudio de Abogados del país.

Leandro

Estoy agotado de tantos casos sobre malos abogados, no comprendo cómo pueden aceptar sobornos y pretender salir ilesos, soy blanco de muchos enemigos por eso. Justo ahora estoy detrás de uno de los mejores bufetes, sé que el mío es el mejor y el más prestigioso del país, pero este también tiene buenos contactos en la ciudad y al parecer sus abogados no son del todo decentes.

-- ¿Leandro nos vamos? – me dice Simón mi asistente, asiento y me levanto del sillón. Necesito beber unos tragos y debo pasar a visitar a uno de mis mejores clientes, él es dueño del varios hoteles en la ciudad y tiene el bar de moda también, el lugar más importante de la ciudad porque es donde siempre consigo alguna amiga con quien pasar un buen rato, todos sus clientes son socios exclusivos, siempre se reservan el derecho de admisión y sé que es un lugar donde siempre estaremos seguros.

-- Señor Coppola bienvenido – me saluda el administrador y paso a la oficina, hablo lo que tengo que hablar con él, parece que Francisco su jefe no pudo llegar a tiempo y siento lastima por haber perdido el mío, pero ya estoy ahí y necesito beber un trago, no he podido dejar de pensar en la muchacha del vestido rosa que detuvo el tránsito, algo inusual en mí, cualquiera que me viera pensaría que fueron mis padres quienes la enviaron a hechizarme.

Salgo intentando encontrar a alguien con quien pasarla bien, hoy no escatimaré en nada, así que no pienso mucho y voy directo a la zona “Per Tutti” ahí es donde puedes encontrar a todas las mujeres dispuestas a todo, no necesitas decir tu nombre, menos tu edad ni quién eres, estas ahí para pasarla bien y punto, simplemente dices lo que quieres hacer y si consigues con quien te vas, así de fácil, algo que un abogado serio como yo necesita de vez en cuando…