MARCA.

1639 Words
En ese momento de su vida, Juno Clrethf, maldijo y maldijo en más de una ocasión a todos esos impulsos que lo obligaron a aferrarse a los brazos del alfa, era vergonzoso seguir en su regazo, pero la vergüenza no le impidió seguir frotando su rostro en la glándula olfativa de Aixhad. Su cuerpo parecía estar en su contra y su mente estaba empezando a delirar de tanto placer. Era un placer estar envuelto en las feromonas alfas. “Detente cuerpo inútil” pensó mientras perdía fuerzas en su agarre, la erección en su m*****o empezó a sentirse demasiado bien. ¿Y ahora como salgo de esto? Cómo último llamado pidió a su cuerpo como mínimo detenerse. Esas abrumadoras feromonas empezaron a fluctuar a su alrededor, fue molesto, pero después de unos segundos la promesa de Aixhad se hizo presente. Su cuerpo empezó a relajarse, es como si hubiera tomado todo un frasco de pastillas para dormir. Sus ojos se cerraron dando paso a un sueño o mejor dicho, un “recuerdo” Poseía como mínimo ocho años, fue atacado por un perro salvaje, en tal situación se encontraba junto a Rayan, este estaba golpeado y todo lleno de barro, Juno tenía una mordida que no dejaba de sangrar y un golpe en su cabeza. Al final de su sueño la pregunta de Rayan lo hizo sentirse aún más confundido. “¿Estás bien?” Le pregunto con una esbelta sonrisa. Después de un sueño algo extraño despertó y estaba en la mansión Clrethf, a lo lejos podía escuchar la discusión entre Nos y Rayan. Discutían como si el mundo se estuviera por terminar. La discusión terminó con las palabras de Noa. —¡Una vez que me case, Juno se mudará conmigo!—El silencio de Rayan se hizo presente. Tal vez estaba asombrado de escuchar tal declaración. Juno abrió la puerta con suavidad. Su mente era un caos. Después de tal recuerdo, no había duda de su temor por los perros inicio ese día en concreto, pero lo más extraño es que fue Rayan quien lo protegió ese día. Ya no podía diferenciar si era malo o bueno. ¿Que había entre el verdadero, Juno y Rayan? Ambos lo miraron fijamente, Noa se acercó a él preguntando cómo se sentía. —¡Estoy bien!—Contesto. Desvió su mirada hacia Rayan, quien lo miraba sin decir nada. —¡Quiero hablar con Rayan, a solas!—Dijo después de unos segundos. Noa, se extrañó de escuchar sus palabras, pero quiso confiar en su hermano. Después de unos minutos termino por dejarlos solos. Juno caminó hacia el sillón tomando puesto. Esta vez, dirigió una mirada más feroz hacia Rayan. Estaba cansado de sentirse abrumado por los recuerdos y las feromonas de este hombre. —¿Podemos hablar como personas civilizadas?—Rayan sonrió y dejo de impregnarlo en feromonas. —Estás molesto, por qué me presenté ante la reina sin tu consentimiento, sin embargo, tú no estabas presente y era una orden directa de la reina, no tenía muchas opciones, no es culpa de Noa y tampoco es mi culpa.— Sus palabras aclararon el malentendido que había entre Noa y Rayan. No era muy difícil para Juno, adivinar cuál era la razón detrás del enojo de Rayan, después de que se desmayara en los brazos de Aixhad, este lo llevo personalmente hasta la mansión, por supuesto, Aixhad, lo hizo con las mejores intenciones, al menos así se vio ante los ojos de todos los presentes, pero, al menos Rayan no pudo ignorar el olor que provenía de Juno. Incluso ahora, Juno podía sentir ese espléndido ahora a feromonas. —¡Te desmayaste y tuviste un ataque de pánico!— Esta fue su respuesta para excusar su mal humor. No importa como lo vieran, Juno tenía la razón, incluso si Rayan estuviera presente los resultados hubieran Sido los mismos. —¡Supongo que tuve suerte que el duque Aixhad estuviera presente! El rostro de Rayan se contorsionó. Encaminó hacia Juno, con un rostro que intentaba suprimir al Omega. Sin embargo, Juno se mantuvo firme y en ningún momento bajo su mirada. —¡Entonces! ¿Es cierto, te irás con Noa? Su pregunta fue algo confusa, pero el Omega solo confirmo con un "sí” esta vez el rostro del alfa se relajó dando paso un rostro más delirante, una mezcla entre enojo y tristeza. Juno alzó sus manos sosteniendo el rostro del alfa con sus manos. Por alguna razón que no entendía su cuerpo se sintió deprimido, su Omega interior quería borrar ese angustia y llenarlo de alegría. El alfa, asombrado, siguió mirándolo fijamente, ese alfa dominante y orgulloso, que suele angustiarlo, parecía un esclavo ante él. Juno lo rodeo con sus brazos dándole un fuerte abrazo. Por supuesto, esto fue más un impulso obligatorio de su cuerpo. —¡Juno!—Dijo la voz de Rayan volviéndose un susurro. —¡Todavía tenemos tiempos!—Juno, no entendía sus palabras, ¿Qué estaba intentando decir? —¡Sé que dije que era imposible, pero ahora mismo estoy dispuesto a pagar las consecuencias! ¿Qué estaba diciendo este hombre? ¿Consecuencias? ¿De qué? Sea lo que sea que paso entre ellos en ahora mismo, nada de esas palabras representan algún tipo de sentimientos para él, se apretó del agarre del alfa y dijo con voz firme. —¡Lo lamento! Pero, ahora nada de eso me interesa, ya no soy ese Juno, olvida cualquier promesa que te hice en el pasado. El rostro de Rayan se diluyo a un suspiro doloroso, supongo que esta conversación, ya la habían tenido antes, pero por alguna razón es un recuerdo que él no podría recordar. Antes de retirarse del lugar, exigió su derecho. —¡Al final de la temporada social solo hay dos opciones para mí! ¡Casarme o me mudaré con Noa! Salió estrellando la puerta, su cuerpo se sentía pesado, cansado y deprimido, ciertamente Rayan sabía cómo controlar su cuerpo, pero al mismo tiempo, se sintió aliviado, hablar y dejar las cosas claras, era lo mejor que pudo hacer. Encaminó a su habitación con deseos de recostarse y dormir un rato. —¡Oh, olvide informarle sobre la propuesta de la reina!—Pensó en voz alta. —¿Qué propuesta?—Dijo la voz de Aixhad. Se giró solo para ver a un alfa alto y bello, por alguna razón su cuerpo se estremeció de asombro. ¿Qué me pasa? Pensó avergonzado. Aixhad seguía mirándolo fijamente. —¿Te sientes mejor?—Le pregunto. Al escuchar las palabras reaccionó y confirmo estar bien y también le agradeció por haberlo ayudado. —¿Espera que haces aquí?—Pregunto, extrañado de verlo en la mansión. Antes de que Aixhad, pudiera responder, Noa, bajo por las escaleras, respondiendo que vino por él. ¿Es una cita? Supuso internamente. No quería admitirlo, pero se sintió enojado de la idea. Sin deseo de examinar por qué le molestaba tanto la idea de ver a Noa, cerca del duque Aixhad, camino hacia las escaleras, dándoles su bendición. —¡Espera!—Dijo Noa, sujetando su brazo. Le pidió que sirviera como chaperón. Se negó rotundamente, ya de por sí era extraño sentir celos por su hermano mayor, ahora, ¿Como reaccionaria si tenía que soportar verlos juntos? Noa, insistió tanto que no tuvo más opción que aceptar. Se alistó y salieron rumbo al parque morac. El parque morac, era un lugar transcurrido normalmente por parejas, se utiliza para recorridos o pícnics. El inmenso lago también servía para la caza de peces. Una vez llegaron, Juno, se arrepintió de haber aceptado acompañarlos. El paraje estaba lleno de personas y el aroma mezclado era incluso desagradable. Noa y Aixhad, entablaron en más de una ocasión conversación con los presentes. Mientras él seguía estando aburrido, como siempre, hubo varios alfas que se acercaron a él, pero con indulgencia rechazo su cortejo con la excusa de que el día de hoy se encontraba como acompañante. —¡Si sigues con ese mal humor, nunca te casarás!—Espetó Aixhad entre sarcasmo. —¡No me parece una mala idea!—Sinceramente Juno, tenía deseos de todo menos de contraer matrimonio. Tomo puesto en uno de los bancos. Los cordones de sus zapatos estaban sueltos. Se agachó para amarrarlos, dejando su nuca expuesta a la vista de otros. Aixhad miro la marca ya casi desvanecida. Posó sus nudillos sobre la marca. El cuerpo de Juno se estremeció dando paso a la piel de gallina. Rápidamente, cubrió su nuca con sus manos. Miro a Aixhad con un rostro asustado. Demonios, él vio la marca, el rostro de Aixhad estaba algo opaco, después de unos segundos, Aixhad relajo sus facciones y tomo puesto a su lado. —¿Cómo se llamaba?—Pregunto con una voz ronca. —¿Disculpa?—Juno seguía asombrado sin poder entender. —¡Tu alfa, el que te marco!—El rostro de Juno se paralizó, maldición entonces si sabe sobre la marca. Se sintió levemente avergonzado, sus mejillas se pusieron rojas. No sabía cómo responder, lo único que pudo decir fue “¡No es de tu incumbencia!” Aixhad sonrió ante sus palabras y se levantó del lugar sin decir más. Juno se levantó detrás de él, sosteniendo su brazo con fuerza. —¡No le puedes decir de esto a nadie!—Espetó con un rostro asustado. Tenía sentido que fuera un secreto, Rayan es alguien estricto con sus hermanos omegas, sin mencionar el tema del honor, Era obvio que fue una relación oculta. Por alguna razón no podía simplemente imaginar a un Omega como Juno sucumbir ante un alfa, la pregunta es ¿Cómo es posible que con su carácter tan agrio terminara por dejarse marcar? CONTINUARÁ...
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