UNA DANZA A LA LUNA

3778 Words
NARRA JIA —¿Por qué no solo le aceptas una salida a comer? —insiste mi hijo. —¿Por qué tanta insistencia de ustedes? No lo entiendo, ¿No pueden ver que no puedo tener nada con él? —dije elevando un poco mi voz. —Porque él solo tiene ojos para ti, porque tus hijos lo aceptamos, aunque se lleven tanta diferencia de edad. Tu nos enseñaste que el amor es muy importante en una relación y eso es lo que siente Aitor por ti. —Argus, eso es imposible. Aitor está muy joven aún, no sabe lo que quiere. Que ya haya hablado contigo sobre eso, no quiere decir que después de obtener algunas cosas de mí; me dejará o se aburrirá. A mi edad no tengo nada que ofrecerle. El es un muy buen hombre con ustedes y se lo agradezco, pero lo nuestro es imposible. —Esta bien, te dejaré de insistir si…, me contestas esta pregunta —lo miré con la ceja alzada. —¿Qué sientes por él? —una pregunta muy simple, pero super complicada de responder. —No siento nada por él, solo me parece un joven muy inteligente, y necesitaría tener un problema con mi vista para decir que no es guapísimo. Me encanta como es con ustedes y como ha sabido respetar mis negativas. Me gusta cuando hace bromas y de cierta manera me hace falta cuando se va para su universidad. Su mirada es muy intimidante y su voz bien imponente… —guardo silencio pues no me di cuenta de que mientras acomodaba las cobijas de mi cama hablé de más. Mi hijo sonríe, saca el teléfono de su bolsillo. —No se tu Aitor, pero eso que acabas de escuchar terminó en suspiro —Abrí mis ojos al máximo, al darme cuenta de lo que acaba de hacer. —¡Argus! —grité, mientras el sale apurado de mi habitación al verme tomar una almohada. Salí detrás de él y suspiré cuando cerró con cerrojo su puerta. —Mañana seré hombre muerto, apareceré en primera plana de los diarios... —hizo silencio y concluyó—. De acuerdo, hasta mañana. Deseaba poder tocarle la puerta y decirle un sinfín de cosas, pero no deseo hacer un escándalo, de lo que ya pasó. Mañana no se me escapará decirle su par de cosas. Entré de nuevo a mi habitación y me quedé pensando en lo que acaba de pasar. Mis hijos, me están empujando a tener una relación con Aitor, pero ¿porque no pueden ver las diferencias abismales en nosotros? «Yo creo que es hora de aceptar lo que sientes» —¿Qué es lo que siento? —me pregunté en voz alta y negué al verme en el espejo. Tratando de encontrar que era eso tan especial, o increíble que Aitor miraba en mí. Me acerqué aún más, levanté un poco el mechón de cabello que siempre decora la mitad de mi frente; ocultando una pequeña cicatriz de las muchas que mi cuerpo posee por culpa de Andrew. La cubro de nuevo y voy hasta el baño a refrescarme para poder dormir más cómoda. Durante la ducha analizo lo que ha sido mi vida a lo que al “Amor” se refiere. La verdad que no he sido muy bendecida en esa área. La única persona que si me quiso y sin importar que era el hijo de la mujer que ayudo a mi madre a criarnos, por designios de la vida se fue para jamás nunca volver. Sufrí demasiado, para que unos años despues llegara Andrew con promesas de hacerme feliz, bajándome el cielo, sol y las estrellas. Yo caí redondita ante él y no dudé en entregarme a él, completamente, cuando lo único que obtuve de el fueron desgracias. Ahora que analizo muchas cosas. Andrew desde el principio me utilizó. No fue hasta que se casó conmigo que nos mudamos a Malib donde era un hombre “respetado y rico”. Por otro lado, mi situación con Aitor es muy diferente. No puedo negar que estar cerca de el se siente muy bien. Me encanta ver la complicidad que ha creado con mis hijos, pero a la misma vez me asusta todo lo desconocido que podría ser una relación con alguien menor que yo. Por mas que quise sacar ese pensamiento de mi cabeza, me fue imposible. Durante la noche tuve toda clase de sueños, soñé con una persona con la que jamás había soñado, Lin Hoo. Recuerdo lanzarme en sus brazos y llorar de emoción al verlo. Me compró un helado para que me calmara. Nos sentamos fuera de la heladería como cuando los dos éramos jóvenes. —¿Por qué tienes tanto miedo? —me pregunta. —Tengo miedo a sufrir por amor de nuevo. No quiero que otro hombre me destruya como tu o como Andrew lo hicieron en su momento. A ti te perdí para siempre y es un dolor que recordaré para siempre. Con Andrew fui yo quien se perdió al permitirle que me utilizara para su beneficio desde un principio. Ahora entiendo que posiblemente jamás lo amé. Tu eras el hombre perfecto para mí. —Entiendo… Tengo que irme, solo puedo decirte que la tercera es la vencida. Ten paciencia, se valiente como siempre lo has sido y serás muy feliz Diosa, sé que lo serás. Busca en él lo que te gustaba de mí. Si yo fui tu hombre perfecto, posiblemente alguien ande muy cerca de ser como yo. Adiós, Diosa. Me desperté con lágrimas en los ojos, muy agitada y con la garganta seca. Tratando de recordar y analizar sus palabras, mas solo puedo recordar “la tercera es la vencida”. ¿Sera algún tipo de mensaje subliminal para que me de una oportunidad con Aitor? La pregunta saltó en mi mente. Luego me negué a aceptarlo. No soy mujer para él, el necesita de alguien sin pasado o historia una mujer de su edad que le pueda prometer estar a su lado para siempre. Yo no puedo ofrecerle mas que mi amistad, no puedo, no es correcto. Miré el reloj y ya era mi hora habitual para despertar, las 5 de la mañana. Hago la rutina de todas las mañanas, meditar y un baño. Luego bajo a hacerme un te de jengibre para levantar mis defensas y energías naturalmente. Me dirigía a despertar a los chicos para que se prepararan para su jornada escolar. Cuando escucho que tocan la puerta de la sala sutilmente. Por un momento pensé que era Alan, pero despues de ver por la mirilla supe que se trataba de Aitor, quien traía unas bolsas consigo. Instintivamente me acomodé el cabello y mi ropa. Dándome cuenta de que estoy en un pantalón para hacer yoga y camiseta. «Que fachas, pero eso se ganó al venir a esta hora» Abrí la puerta y lo que me recibió del otro lado fue una sonrisa. —Buenos días, mi bella Diosa —ahí estaba nuevamente esa palabra, Diosa. —Buenos días, ¿Qué te trae tan temprano por aquí? —cuestioné con algo de vergüenza recordando lo que pasó con Argus la noche anterior. —Traje desayuno y me gustaría poder hablar contigo despues de lo que pasó ayer con Argus —menciona sin dejar de sonreír acercándose a la puerta y por ende a mí. Por todo el bambo del mundo que, este chico quiere que me de un infarto. Puedo sentir mi pulso acelerarse por culpa de su cercanía. Sin mencionar lo alto que es dejando mi cara muy cerca de su pecho. Aclaré mi garganta y me alejé. —Muchas gracias —dije tomando las bolsas de su mano—. Pasa. Caminé hasta la cocina y podía sentir su mirada en mi al venir unos pasos detrás. Para mantener mi atención en otras cosas preferí hablar para no tener que verlo mucho a la cara. —Jia, se que no soy el hombre que tu crees correcto para ti, pero deseo serlo. No quiero dejar ir esto que siento en mi pecho sin antes haber podido darle una oportunidad. Solo quiero conocerte y que tu hagas lo mismo conmigo. ¿Te apetece ir a tomar un helado hoy por la tarde? —¿Un helado? Me quedé como una estatua despues de escuchar su propuesta. Ya van dos cosas que solo, Lin Hoo había hecho y ahora Aitor. —De acuerdo. Hoy no tengo que ir a la casa de modas. —Perfecto, dejamos a los chicos en la escuela y te tengo todo el dia para mí —dijo con evidente entusiasmo. Se miraba tan emocionado que hasta me contagió y le sonreí. Sentí que se estaba acercando mucho a mí, al voltearme pegué mi espalda con la encimera de la cocina. Me sentía acorralada como un conejo, completamente cautivada, hipnotizada por esos ojos verdes que me descontrolan. —Eres hermosa, la mujer mas bella que he visto. La mujer que, al verla por primera vez, se ha robado mi corazón —confiesa. Me tenso al sentir el calor del dorso de su dedo acariciar mi mejilla. Sentía mis piernas perder la fuerza y mi corazón iba como caballo en carrera. Definitivamente este hombre será mi perdición. Alguien aclara su garganta. Aitor se aleja y así me doy la vuelta. Para respirar y calmar el calor que ha provocado ese simple contacto. —Buenos días, hijo —saludé para disimular—. Aitor trajo el desayuno. Expresé volteándome hacia él ansiosa con una sonrisa en el rostro. Al voltearme ver Argus solo sonríe. —Voy a ver si Tiam ya se despertó —dije para irme de ese lugar. Ayudé a Tiam, a Susy y Khoa como todas las mañanas. Subí a cambiarme. Cuando bajé todos ya estaban desayunados y podía dar inicio al dia que me espera con Aitor. «Solo es a conocerse nada más, “Nada más”» —Gracias por acompañarme a dejarlos —comenté cuando dejábamos a Tiam en su escuela. —Es un gustó. Si deseo estar con su mamá lo correcto de hacer es enamorar a sus hijos primero. —¿Te a servido la estrategia? —Asintió. —Es la primera vez que la utilizo y hasta ahorita veo resultados —suelta dejando salir una sonrisa ladina. —¿A dónde iremos? —cuestioné al ver que se estaba alejando de la ciudad, dirigiéndose a las montañas. —Vamos a ir a la montaña donde caminaremos y podemos hablar con más calma y antes de ir a buscar a los chicos iremos por el helado. —De acuerdo —llegamos al estacionamiento del parque y nuevamente me quedé anonadada. Lin Hoo no puede encarnar en alguien más ¿o sí? Aitor estaba haciendo que le comenzara a tener miedo. ¿Tantas casualidades en un solo dia? Recordando lo que me dijo en mi sueño. No hay manera de que esto lo sepa alguien. Sonreí, está bien, me dejaría llevar por lo que sea que sienta por Aitor. Caminamos por el sendero y el me contó de sus planes a futuro despues de graduarse, de sus experiencias por el mundo, su familia, me hacía preguntas sobre mi cultura y mi familia. Hasta que llegamos a la historia que viví con Andrew. Aitor me hizo sentir muy cómoda, no me intimidó, ni me insinuó nada para que pudiera tener libertad para hablar. —Mi vida fue un completo desastre con Andrew, desde un principio. Me embarace de Susy muy joven y sin haberme casado. Al ser la hija mayor de mi padre y su sucesora, como lo hizo saber en el evento donde conocí a Andrew. Me corrió, despues de decir que era una completa decepción para él y que tenía demasiadas expectativas de mí. No tuve opción, tuve que irme con Andrew. Luego en Malib vivimos muchos años bien. El se enfoco en sus asuntos y yo me entregué a la casa. Hasta que… —me debatí en si contárselo, pero sabía que él debía saber eso de mi pasado. El busco mis manos y las tomo entre las suyas. —Esta bien, si no deseas contármelo. No te esfuerces aun si no estas lista para expresar lo que viviste con él —menciona haciendo que lo vea a los ojos, yo negué. —No es eso Aitor, es solo que hay cosas que no se si Argus ya te a contado. Sobre Tiam —el me mira con extrañeza y niega. —No, con Argus solo he comentado mi interés por ti, luego le enseño un poco de francés. ¿Esta todo bien con Tiam? No lo he visto enfermo. —No, no es eso. Tiam no es hijo de Andrew y antes de que pienses lo peor de mí. No, no lo engañe por voluntad propia. —¿Qué pasó? —preguntó sorprendido. —Fui drogada, y Andrew fue quien me entregó al rey de Malib no se a cambio de que. Tiam es un príncipe ilegitimo de dicho lugar. Debido a que la reina se enteró todo fue de mal en peor para nosotros. Fuimos expulsados como delincuentes de ahí cuando se comenzó a rumorar el origen de Tiam. Luego vivimos el infierno que ya sabes —sus ojos están por salirse de sus cuencas. Yo estoy con lagrimas en mis ojos. —Hijo de Puta, agradezco que ese hombre ya esta muerto, porque si no lo matara yo mismo. ¿Cómo pudo hacerte algo así? —No lo sé, pero lo descubrí que fue el quien lo hizo. A cambio de no se cual beneficio porque nunca lo recibió. Él se acercó a mí, tomo mi rostro entre sus manos y con sus pulgares limpio las lágrimas que caían por mis mejillas. —No era mi intención hacerte recordar algo que te lastima, y mucho menos hacerte llorar. Agradezco la confianza que me das al decirme esto, ya no llores Diosa, ven —Se acercó a mí y me rodeo con sus brazos a la altura de mis hombros, yo rodee su cintura con los míos. Su olor era increíble y el calor que me daba llenaba mi corazón. Sentí un beso en mi frente y cerré mis ojos. ¿Esto es amor? —Jóvenes, vayan bosque a dentro, aquí no —dijo una anciana caminando a nuestro lado. Nos separamos y nos reímos ante la propuesta indecente que sugirió la señora. —No te llevaré bosque adentro, pero si a comer y a tomar un helado. ¿Nos vamos? —asentí y eso hicimos, compartimos un poco más, hablamos en mandarín. Me enamoraba su acento y su perfección al hablarlo. Era increíble, no cabe duda de que es el hombre perfecto, pero no el indicado para mí. La tarde terminó cuando llegamos a casa con los chicos. Tiam lo invitó a ver una película con él y Argus quería que lo ayudara con su tarea. Por un momento me sentí un poco atribulada mis hijos estaban viendo a Aitor, como un padre y eso me aterraba. Porque ¿qué pasaría si él más adelante ya no sea parte de nuestras vida? Los días pasaron se llevó a cabo la fiesta de cumpleaños de Khoa en esta casa. También que cada vez más Aitor estaba mas metido con nuestra casa. Una noche Aitor y Alan estaban en casa, ya era tarde y había despachado a dormir a mis hijos. Me fui a sentar al patio con un vaso de vino mientras admiraba el cielo despejado, con una brillante media luna. —¿Puedo acompañarte? —cuestiona Aitor desde la puerta corrediza. —Claro que sí —respondí, pero el extendió su mano para invitarme a ponerme de pie. Sonreí y le entregué mi mano. Me lleva al centro del patio y me hace dar una vuelta para luego pegarme a su cuerpo y poner una mano en mi cintura y con la otra entrelaza nuestros dedos. Mueve nuestros cuerpos como si estuviéramos bailando sin música. —Aitor —reprendí, pero me dejé llevar. —Solo le hacemos una danza a la luna, Diosa. —A veces creo que estas loco —digo poniendo mi mejilla en su pecho. —¿Por qué hermosa? —Por tu manera de ser, tu manera de tratarme, como sabes hacer que uno se sienta bien y especial. —Solo intentó demostrarte lo enamorado que estoy de ti. Que así es como se debe cortejar, cuidar y amar a una mujer. Realmente deseo estar contigo. Quiero más que tu amistad, Jia. Quiero y anhelo ser mas para ti —su confesión me hizo levantar la mirada y quedar hipnotizada por esos ojos verdes que me matan. Mi atención va a sus labios cuando pasa su lengua sutilmente por ellos. Yo hago lo mismo con los míos, al querer saber a que saben y que se sentirá probarlos. Como si mi mente y la suya estuvieran conectadas avanzamos hacia ellos casi al mismo tiempo. Dejé que fuera el quien marcara el ritmo y no puedo negar lo divino que es besarlo. Escuchamos un ruido y nos apartamos al no ver a nadie lo invité a ir a escondernos a los arbustos. Donde nuevamente me besó sin dejar de apretarme a su cuerpo. Nos separamos porque nos estábamos quedando sin aliento. El trajo su frente a la mía y tomó mi rostro entre sus manos. —Los mejores besos de mi vida —y me dio uno mucho mas corto—. Debo irme, no quiero que nos apresuremos y creas otra cosa de mí. —Un chico juicioso, me agrada. Esta bien —lo acompañé hasta la puerta y se fue, despues de darme un corto beso en mis labios. Dejándome como una adolescente tocándome los labios después de ese beso. —¡Hasta que por fin! —exclama alguien a mi lado asustándome y haciendo que mi cara de torne carmesí. —Yo… — no sabia que decir si decía eso es porque vio el beso que Aitor y yo nos dimos. —No tienes que dar explicaciones. Me basta con verte feliz y ese beso si que te puso muy feliz. Me alegra mucho por ti madre. Ahora si voy por el agua que venia a buscar. Lo abrazo y quiero darle un beso en la mejilla y me esquiva. —No, no quiero saliva a Aitor en mi mejilla que asco —dijo el muy insolente soltando una carcajada. Algunos días mas siguieron su curso y los besos con Aitor siguieron incrementando el pobre tenia que salir corriendo de la casa y yo sabía por qué. Mas no podía comentarle nada y a la misma vez no sabia como me hacia sentir eso. —Di que sí, sé que me deseas igual que yo —Susurraba en mi oído mientras metía la mano por mi vestido. Hasta llegar a mis bragas pasando sus dedos por esa área. —Si —respondí Rápidamente me dio la vuelta, me levantó separando mis piernas, rodeando su cintura mientras sus manos toman mis glúteos. Sus dedos acarician mi centro haciendo que gima en su oído. —Mas alto hermosa, quiero que todos te escuchen gritar para que sepan lo mucho que lo estas disfrutando —pide soltándome en la cama. Donde nuevamente me despierto con la respiración acelerada, mi entrepierna humedecida y con una enorme culpa por querer desear más. ¿Era normal desear de esa manera a Aitor? «Llevas soñando esto 5 veces» Si, definitivamente me estoy volviendo loca. Ese dia era como cualquier otro, recuerdo ir con los chicos al supermercado, Aitor estaba en Zaragoza en un evento familiar. Hay cosas o situaciones que por más que deseemos evitar, no hay manera de hacerlo. Vivimos en un mundo donde el peligro te respira en la nuca todo el tiempo. La mala fortuna o las malas personas nuevamente volvieron a golpear la vida de mi hija y mi nieto. Mi pequeño Khoa fue secuestrado por la ex novia de Alan y no pudimos prevenir dicha situación. Sin embargo, mi hija logró recuperar la movilidad en sus piernas. Alan resulto herido y llevado al hospital. Tuve que avisarle a Aitor lo que sucedía ya que había llamado a Cecilia y a Iván y ninguno atendió. Esa noche fue larga, pero con un final feliz, habíamos recuperado a mi pequeño nieto. Lo único malo es que el peligro había quedado suelto. No pudieron capturar a la mujer que causó todo esto. Para mi sorpresa, la persona menos esperada había llegado a ayudar, mi exsuegro, Romeo Libón. Junto con el vino la paz para mi hija, pero eso significaba irnos de aquí y no deseaba alejarme de Aitor, pero posiblemente sea lo correcto. Insistí a Susy para que hablara con Alan. No deseaba que se fuera mal con el padre de su hijo. Ellos son dos chicos inmaduros que no saben expresarse bien y eso los lleva a tener malentendidos y mucho recelo. Todo pasó muy rápido, 2 días despues y todo estaba listo, nos iríamos a Londres. Será algo muy nuevo para Argus y Tiam, un nuevo idioma y demás, pero la oportunidad de apoyar a su hermana fue mayor para ellos así que; felices se despidieron de sus compañeros y amigos. La ultima noche en la casa y todos vinieron a despedirse de Khoa y Susy. Aitor lo hizo de mi y no pude evitar soltar un par de lágrimas despues de ese beso que nos dimos al despedirnos. Eventualmente nos volveríamos a ver ya que Khoa es familia en común y porque estaba segura de que Alan y Susy despues de sanar sus heridas volverían a ser felices juntos. La mañana siguiente en el Aeropuerto. —¿Aitor? ¿Qué haces aquí? —exclama Tiam emocionado viendo detrás de mí, me abstengo de dar la vuelta, pero la sonrisa de Susy me invita a voltearme. Al hacerlo ahí está el con sus gafas oscuras y su sonrisa viniendo hacia nosotros. —Yo me iré a Londres con ustedes. ---------------------- Disculpen la tardanza, pero por lo que verán hubo muchísima información en este capítulo. La foto de Jia estará en mis ¡nsta… Feliz día... nos leeremos por la noche en “LAS LEYES DE UN AMOR INCONDICIONAL” ---------------------- Esta historia se actualizará con un día de por medio. (DÍA SI Y DÍA NO) Por aquí, pero mañana nos leeremos en “LAS LEYES DE UN AMOR INCONDICIONAL” -------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2307154839257
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