EL CHICO TE PONE NERVIOSA

2231 Words
NARRA JIA Mi pequeña hija cayo en un coma profundo. Cada día que pasaba era muy difícil de sobre llevar. La preocupación aumentaba ya que seguía sin dar señales de querer despertar. El día que llegué al hospital tuve un fuertísimo altercado con los padres de Alan. Quisieron echarle la culpa a mi hija del sufrimiento del bebé por no haberles dicho sobre su embarazo, un par de palabras que dijo Cecilia ofendiéndonos y exonerando de culpa a su hijo. Adjuntando al mismo tiempo de que ellos no se llevarían el bebé con ellos. Primero pensé que era por falta de interés hacia con el niño y se los hice saber. Sin embargo, cuando llegué a casa con ese pequeño osito todo cambió. Iván había comprado muchas cosas para él por más que se ofreció, no le permití comprar cosas para nosotros. No deseo deberle más a esa familia. Que por la actitud de Cecilia saldrá a la luz en algún momento. No importaba lo que hiciera o pensara la familia paterna de mi nieto. Estaba en casa con nosotros y estábamos muy felices de tenerlo aquí. Ese mismo día por la noche llegó Alan y aunque no quería dejarlo ver a mi nieto. El pequeño pareció sentir la presencia de su padre. Porque lloró y lloró hasta que su padre lo cargó. Esa noche Alan me explicó lo que pasó y la metida de pata que tuvo con mi hija por culpa de un mal entendido. Lo único que pude pensar era en lo mal que lo debió haber pasado él también. Es triste cuando hay heridas en un corazón y este se llena de desconfianza, temor y mucho más dolor que antes cuando provoca heridas en un corazón ajeno. No era nadie para juzgar así que, decidí, no entrometerme entre Alan y mi nieto. Él se mudó al edificio así que era más fácil alternarnos con los horarios del cuidado tanto de Khoa como de Susy. Alan venia por las mañanas a cuidar del bebé o venia su abuela para poder cuidarlo. Yo tenía que partirme en varios pedazos para no descuidar de nada. Mis hijos y el ir y venir con ellos de sus escuelas, visitas a Susy y atender mis compromisos con mi trabajo. Todo iba drenándome poco a poco. Todo empeoró cuando mi Susy li despertó y ver su condición, nos destrozó. Ella podía sentir sus extremidades, pero no las podía mover tenía hacer muchísimo esfuerzo para poderlo hacer. Ver a mi hija sin poder recordar, atrapada en su cuerpo; fue duro. De igual manera estaba segura que íbamos a salir victoriosos de todo este proceso. Mi hija es una guerrera y una de las mujeres más valientes que conozco. Los días fueron pasando y se podían ver avances enormes en mi hija. Como el haber recuperado su memoria y hablando por silabas. Como era de esperarse no deseaba a Alan cerca de ella o de Khoa, el con dolor lo respetó. —Muchísimas gracias, señora Jimena. Susy, nos veremos por la tarde cariño —me despedía, tenía que llevar a mis hijos a la escuela y a entregar unos diseños muy importantes el día de hoy. —No te preocupes Jia, yo me encargaré de ellos hoy, ve tranquila –me contestó la adorable señora. Una vez llegué a la casa de modas, saludé a Aitana como siempre y fui hasta mi lugar de trabajo. Estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo hasta que, miré entrar al chico que miré en el hospital con Alan. Me llamaba mucho la atención su manera de vestir tan peculiar para un chico de su edad. Ignoré su presencia y me concentré en seguir con mi trabajo, debía terminarlo antes de que terminara la jornada escolar de Tiam. Podía sentir la mirada de ese chico sobre mí y un calor recorría mi cuerpo. «El chico te pone nerviosa» No era una mentira, sus ojos verdes eran algo imponentes y cautivantes. «¡YA BASTA! Deja de pensar disparates» Me regañé internamente con la mirada en mis diseños. Intercambian un par de palabras con Aitana y para mi sorpresa ella lo deja encargado de la tienda. Actualmente solo atendíamos por cita. Aitana les dio vacaciones a las otras chicas que trabajaron sin parar mientras yo no estaba. El intercambio de miradas y su cercanía conmigo, me tenía muy incómoda. Cada vez que elevaba mis ojos él estaba mirándome. Se presentó conmigo, no sabía que decir era como si me hubieran quitado la capacidad de hablar. Me sentía cohibida de tenerlo al lado. No sé porque este joven me hacía sentir así y eso me tenía muy nerviosa. No quería darle a conocer mi nerviosismo, por eso solo asentí a todo lo que el decía. Agradecí cuando mi Argus llegó en el momento justo en el que terminé de trabajar. Salimos casi corriendo después de que Aitana llegó no deseaba estar cerca de él más tiempo. Sin embargo, nos siguió hasta la calle, se ofreció a llevarnos. Ante la eminente lluvia y la insistencia de Argus no pudimos rechazar. Recogimos a Tiam y nos dirigimos al departamento. Mis hijos fueron los primeros en bajarse del auto después de despedirse de Aitor. Él me tomó de la mano y lo miré con extrañeza. Al preguntarle que sucede, sus palabras me descontrolan. —Es mejor que no digas esas cosas y nos tratemos con respeto. —Solo estoy diciendo la verdad eres una mujer muy bella —adula con su sonrisa. —Agradezco tu comentario, pero es mejor que este sea el primero y el último. No es correcto que me hables así. Gracias por traernos —dije y el asintió soltando mi mano. —Lo siento, pero cuando quiero algo no me gusta desistir. Pasa una feliz tarde —confiesa estremeciéndome, estaba por decir algo cuando. —¡Aitor! —grita alguien detrás de nosotros. —Abuela, ¿Cómo estas preciosa? —la saluda dándole un beso en la mejilla. —Muy bien hijo. Lo siento que me vaya así Jia, pero es que mi esposo me necesita. Mañana vendrán los de la mudanza para llevarlos a su nueva casa. Hijo, talvez nos puedes ayudar mañana a llevarlos a la casa del centro. Por obvias razones no se lo puedo pedir a tu hermano y nosotros debemos volver a Zaragoza —dice la señora entre miradas a mí y a su nieto. —Sera un placer poder ayudar —comenta sin dejar de verme. —Esta bien, ¿Me llevas? Tu abuelo me trajo, pero tiene dolor de estomago y no deseo que salga así. —No te preocupes, yo la llevo bella dama. —Tu siempre de encantador mi niño. No sé a quién saliste tan hermoso —comenta ella acariciando su mejilla. —A los genes de mi bellísima y hermosa abuela, es claro —él le ofrece su mano, le abre la puerta y cuando la señora entra en el auto; se despide de nuevo moviendo su mano. Antes de caminar hacia el lado del conductor Aitor me mira de nuevo quedando frente a mí. —Hasta mañana, Diosa —me guiña el ojo y sonríe. Entra en el auto y se van. Me quedé parada viendo el auto hasta que desapareció en el horizonte. «Diosa» Me llamó de la misma manera en la que Lin Hoo me llamaba. Un escalofrió me recorrió al recordar a mi primer amor de adolescente. El murió a los 17 años después de ser atropellado por un auto bus. No había vuelto a pensar en él hasta hoy. —¿Mamá? —me llama Argus desde la puerta. —Si, si, ya voy. Debemos terminar de empacar. Así fue pasando el tiempo. Aitor aprovechó cada oportunidad que tenía para acercarse a mí y a mis hijos con la excusa de visitar a su sobrino y Susy. Me sentía muy tranquila cuando se iba a la universidad, pero debía admitir que hacía falta con sus chistes y bromas con mis hijos. Habían pasado ya 8 meses desde ese primer encuentro y Aitor tenia a mis hijos en la bolsa. —Mamá, Aitor es increíble, sabe jugar todo tipo de deportes —expresó con una sonrisa mi Tiam, después de volver con Aitor y Argus de pasar toda la tarde en el parque. —Si, me gusta todo lo que piensa y sabe; es muy inteligente —le sigue Argus. Aitor me mira con una sonrisa y por primera vez decido devolvérsela. «¿Hay algo que no sepas hacer?» Saltó la pregunta en mí. Nuevamente puse mi rostro serio al recordar su edad y quien es; Sin embargo, cada vez que me llamaba Diosa, sentía muchas cosas. —Voy a servir la cena por si deseas quedarte a comer —ofrecí, sea como sea debía ser amable al portarse tan bien con mis hijos. —Claro que sí —contestó, para luego ser llevado por Tiam hasta el comedor. La cena pasó en un abrir y cerrar de ojos entre pláticas graciosas de los hombres y mis miradas con Susy. Mi hija poco a poco, como era de esperarse iba recuperándose con la ayuda de terapias físicas muy dolorosas, pero que han dado resultado. —Deberías de darle una oportunidad —me dice Susy cuando llegué a su habitación para ayudarla con Khoa. —No digas tonterías Susy, eso no pasará. —Pues tus ojos no dicen eso. Vi como lo mirabas maravillada hablando con mis hermanos, te gusta —dice y le lanzo una mantita de Khoa escandalizada. —No, no sigas. Sabes que eso es un imposible hija. Él es un joven que todavía no sabe lo que quiere, eventualmente desistirá de estos intentos y seguirá con su vida. —Si, y tu quedarás triste cuando eso pasé. No digo algo descabellado. Tu eres una mujer muy joven aun madre, no me gustaría que sigas desperdiciando tu belleza y juventud esclavizada a nosotros. Deseo verte feliz, viviendo enamorada —dijo ella con pesar. —Cariño, entiendo lo que dices; pero Aitor no es una opción. Es muy joven para mí y aunque me parezca muy atractivo, encantador, y ver su cercanía con tus hermanos me pone feliz. No quiero complicarme la vida con todo lo demás —dije sin pensar. Susy pone una amplia sonrisa en su rostro. —¿Eso quiere decir que si te gusta? —no contesté su pregunta. Solo me dediqué a acomodar a Khoa a un lado de su cama y a dejarle todo lo que necesita para atenderlo durante la noche accesible a ella. —No es un crimen enamorarse de un hombre o una mujer más joven mamá. Sin mencionar que me parece muy extraño lo diferente que es Aitor a Alan. Aitor, puede ser más alegré cuando se requiere, pero también puede ser el más sabio e inteligente en su momento. Para mí es como un viejo en un cuerpo de un joven. ¿Ves cómo se viste? Solo en personas mayores lo había visto, mas no puedes negar que eso hace que él se vea mucho más atractivo. No te digo que tengas una relación con él. Solo date la tarea de conocer un poco más de Aitor y que el conozca a Jia Park Lee —negué más sin embargo sus palabras se filtraron en mi mente. —Ya es tarde, es mejor que descanses por su Khoa se despierta durante la noche —Salí casi corriendo de su habitación. —Susy, tiene razón —dice alguien a mi espalda sacándome un susto ya que el pasillo estaba oscuro. —No Argus. Tú también no —dije caminando hasta mi habitación. —¿Por qué no? Me agrada Aitor para ti. Él ya me ha pedido el permiso para poder cortejarte. Durante todo este tiempo me ha hecho saber su interés por ti. Mira, tú ni la hora le das y el ahí está pendiente de nosotros y de ti —dijo siguiéndome hasta mi habitación. —Argus, ya te considero un hombre. Ya tienes 17 años y como hace años te platiqué de mi vida lo vuelvo hacer. Aitor podría ser mi hijo. Así que lo nuestro es un imposible. Sin olvidarnos de todo el que dirán —después de mis palabras Argus me miró igual que Susy, sonriendo. —Lo que significa que si sientes interés por él aunque sea un poco. No me mientas mamá, basta con ver como lo miras. —No voy a hablar sobre esto ya. Susy y tu deben sacarse esas ideas de la cabeza. Aquí no importa lo que yo sienta, lo que importa es que él es el cuñado de Susy, tío de tu sobrino, 18 años menor que yo. Basta solamente con saber la edad que nos separa para saber que no es correcto lo que sea que sintamos Aitor y yo. (La vestimenta de Aitor esta en la foto que acabo de subir en mi !nsta) ---------------------- Disculpen la ausencia, hoy tendremos 2 capítulos, el otro estará en un rato más. Esta historia se actualizará con un día de por medio. (DÍA SI Y DÍA NO) Por aquí, pero mañana nos leeremos en “LAS LEYES DE UN AMOR INCONDICIONAL” -------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2307154839257
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