La edad que nos separa

¿SUCEDE ALGO?

NARRA AITOR

—Estas bromeando… ¿Verdad? —cuestiona Alan con la ceja alzada.

—Hablo muy enserio, querido hermano. Esa mujer será mía y si, será para llevármela a la cama, pero para toda la vida. Marca mis palabras, mira la fecha y hora. Esa mujer será mi esposa, ¿Cómo se llama?

Después de unas duras semanas miro a mi hermano sonreír por fin.

—La declaras tu esposa sin saber nada sobre ella y su vida. Es la madre de mi mujer. Abuela de tu sobrino, sabes que es un imposible para ti.

No le quise dar importancia a su comentario. Sabía que sería tarea difícil, pero no voy a desmayar hasta poder llegar a ella. Recuerdo que cuando nos enteramos del accidente de Susy. Mi abuela y mi madre mencionaron que se llamaba Jia.

—Se llama Jia ¿verdad? —cuestioné y él no me contesto.

Los días fueron pasando y visitaba el hospital con mi hermano a diario. Miraba ir y venir a esa mujer que yo tenía categorizada como mi diosa. No por la errónea teoría de la belleza que poseen. Si no porque ella se volvió mi religión, era completamente devoto a esa mujer. Cuando Susy salió del hospital fue muy difícil dejar de verla como me gustaría. Pues en más de una ocasión visitaba la tienda de Aitana solo para verla.

—¿Otra vez tu por aquí? —preguntó Aitana con la ceja alzada.

—Si otra vez yo querida prima. Sabes que no soy de aquí y al estar de vacaciones no tengo nada que hacer. Mas que venir a molestar a mi prima adorada.

—Voy a decirte que esta bien querido primo. Ya que lo mencionas, ¿Te importaría quedarte al frente hoy? Una amiga esta de cumpleaños y me gustaría invitarla a comer —comenta y no puedo tener tan perfecta oportunidad para poder abordar a la belleza que esta allá atrás dibujando.

—Por mi encantado, ve a divertirte que yo te cuido el negocio —ella se queda con la boca abierta.

—Vaya, pensé que al decirte esto, me dirías que deseas acompañarme o algo así.

—¿Por qué pensaste eso? —pregunté con la ceja alzada.

—Porque es mas que obvio que te encanta conocer carne fresca —negué, viendo hacia la única carne fresca que deseo.

—No prima, esos días ya pasaron. Despues de lo que pasó con Susy y su proceso. La verdad que es un buen jalón de oreja para dejar de hacer muchas cosas banales que venia haciendo. Es hora de sentar cabeza —confesé y la verdad que no dije ninguna mentira para querer impresionar a la mujer detrás de nosotros.

Lo que le había sucedido a Susy, solo me reafirmo que vida solo una. Que hay que ir por lo que te hace feliz. Amar y disfrutar de todo lo bonito que este mundo tiene que ofrecer. Saber que Susy no puede hablar, no puede mover sus extremidad. Me hizo valorar el poder hacer todas esas cosas para el bien y dejar de andar causando problemas.

Aitana viene se acerca a mi para tocar mi frente, toca mi mejilla con preocupacion.

—Ay, me asustaste, pensé que tenias fiebre —dice soltando unas carcajada. Yo la miró con la ceja alzada.

—Tienes razón. Susy es un bello ejemplo de vida y perseverancia —asentí.

—Bueno, soy nuevo aquí. Así que explícame que deseas que haga —ella comenzó a explicarme lo poco que necesito saber antes de irse.

—Si tienes algún problema. Jia, por favor me lo ayudas —dice y ella asintió.

—Ve tranquila, tu abuela Jimena esta con Susy y Khoa por lo que aquí esperaré a Argus para irnos a buscar a Tiam.

—Perfecto, yo no creo tardarme mucho. Por cierto, la cita con la señora Sagastume es en una hora, vendrá a buscar el único vestido del perchero. Es la única cita que tenemos hoy. Si tienen algún problema me llaman.

—Adiós prima —dije casi empujando a la puerta. Ella se fue y al voltearme le sonreí a Jia. Ella no me correspondió la sonrisa, se concentro en lo que estaba haciendo. Mantuve mi distancia, esperamos y atendimos a la clienta que había mencionado Aitana. Al ver que solo debía estar sentado esperando, me aventuré a ponerme de pie a ver que hacia mi diosa.

—Hola, creo que no nos han presentado. Mi nombre es Aitor Galeano. Soy hermano de Alan —le ofrecí mi mano, ella levanto su mirado de papel y bajo levemente su cabeza. Como lo hacía Susy, solo recibí una leve reverencia, pero no dijo nada. Lo que yo quería era escuchar su voz. Al ver que no estaba interesada en hablar, puse atención a lo que estaba haciendo y me quede asombrado al ver como esta belleza tiene la capacidad de hacer una obra de arte en un vestido.

—Es muy hermoso —le dije y nuevamente solo hizo una leve reverencia.

—Lo siento si mi insistencia es un poco molesta. Deseo ponerse en su disposición. Si necesitan algo no duden en hacérmelo saber —dije y esta vez ella me miro.

—Muchas gracias, pero, estamos bien —comenta a la defensiva. No deseo ser muy insistente y la verdad es que, por primera vez, no tengo idea de como entrar en una conversación con ella. Sus gesto y caras me detienen de cualquier intento.

La campana de la puerta se escucha y es un joven con uniforme escolares. Ella se pone de pie y lo recibe. Comienzan a hablar mandarín entre ellos. Para su mala suerte soy capaz de entender absolutamente todo lo que están hablando. Ella le pregunta como le fue en la escuela, él le dice que tiene que participar en un debate que es sobre las leyes que hablan sobre el medio ambiente.

—Wǒ kěyǐ bāng nǐ (Yo puedo ayudarte) —dije y ambos me quedaron viendo sorprendidos.

—Vaya, hablas otro idioma —pregunta el chico. Asentí.

—Hablo 5 idiomas —confesé y esta vez. Mi diosa asiática me miraba con curiosidad.

—¿Enserio? Debes de ser muy inteligente —comenta y yo encogí mis hombros.

—Lo soy, pero tú también los puedes aprender. Lo único que debes tener es determinación en querer hacerlo. Mi lengua natal es española, pero cuando mis primos que viven en Estados Unidos venían de visita y hablaban en ingles me molestaba no poder entenderles. Así que lo aprendí. Visitábamos mucho Francia e Italia. Por lo que también me determiné en aprender el idioma de dichos lugares y mandarín lo aprendí en el colegio —concluí y ambos se quedaron anonadados.

—si que eres muy inteligente, ¿Enserio puedes ayudarme con mi proyecto? —asentí con una sonrisa.

—Claro que sí, si tu madre está de acuerdo. Yo podría ir a ayudarte con la tarea —le guiñe un ojo.

—No deseamos molestar más de lo que ya hacemos —expresa con algo de vergüenza, sonreí.

—No es una molestia será un gusto para mi guiarlo en lo que debe buscar y hacer para su proyecto.

—Le agradezco, pero debemos irnos, mi otro hijo espera por nosotros. Asentí y saqué una de mis tarjetas para entregársela al joven.

—Cuando estes listo solo házmelo saber —el asiente tomando la tarjeta.

—Así será —responde el con una sonrisa.

—Muchas gracias, Aitor. Debemos irnos Argus —dice mi Diosa. Argus así se llama. La puerta se abre y es Aitana con otra mujer de su mismo edad. Aitana se acerca a mi y me presenta a su amiga. La saludo con amabilidad y puedo ver que Jia se dirige hasta la entrada.

—Te vere mañana Aitana —se despide y Aitana hace lo mismo.

—Bueno prima hermosa, creo que yo tengo que irme —dije apurándome a la entrada del local.

—Ok, nos vemos luego. Gracias… —contesta. Miro a ambos lados de la calle y hacia mi izquierda puedo ver las dos figuras caminando. Entre a mi auto y los seguí. Antes que pudieran llegar hasta la siguiente calle, me estacioné enfrente de ellos.

—¿Podría llevarlos? —ofrecí y ella negó.

—NO, gracias, estamos a un par de calles —el sonido de un trueno se dejó escuchar por y un par de ligeras gotas también.

—Mamá, nos mojaremos. Acepta su proposición —dice Argus y ella suspira.

—Está bien —respondió caminando hacia el auto. Entraron rápidamente y me dirigieron hacia donde iban.

Minutos después llegamos a las afueras de una escuela muy pintoresca. Ella se baja y se pierde dentro del lugar. Dejándome con Argus y una conversación sobre cómo le gustaría aprender francés. Esperamos 5 minutos y un pequeño, muy diferente a ellos, sale de la mano de mi diosa. Abrí la puerta del auto para ellos y el silencio abundo en el resto del camino. Llegamos al edificio y los chicos salieron corriendo al lugar. Dejándome solo con Jia.

—¿Sucede algo? —preguntó la mujer en cuestión.

—No, solo me quedé admirando la belleza frente a mí.

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Esta historia se actualizará con un día de por medio. (DÍA SI Y DÍA NO) Por aquí, pero mañana nos leeremos en “LAS LEYES DE UN AMOR INCONDICIONAL”

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Copyright © 2023 Valery Archaga

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Esperaba no volverlo a ver o a encontrármelo porque esto que sentí no es para nada sano. ¡MUCHAS GRACIAS!