CREO QUE ME HE ENAMORADO

1907 Words
NARRA AITOR GALEANO AMADOR —Quédate conmigo esta noche —me propone la hermosa mujer cubriendo su desnudes con las sábanas. Yo tenía una ley y esa era no crear vínculo afectivo con nadie. Lo mío era solo sexo por placer y necesidad, pero estaba reservando mi corazón para la indicada. —No lo creo profesora Sanders. En este edificio viven muchos de sus colegas, ¿Qué dirán si me ven saliendo de su habitación por la mañana? —comenté persuadiendo su deseo y por lo visto funciono; ya que asiente. Se pone de pie dejando ver su cuerpo desnudo y me da un beso mientras su mano intenta llegar a mi m*****o de nuevo. Tomo su mano con delicadeza y la retiro. —Tengo cosas que hacer profesora, no puedo quedarme, mañana debo regresar a mi país —ella parece molestarse y coloca su bata rápidamente. —¿Por qué no te quedas? Llevamos 4 días acostándonos y siempre es solo esto —replica molesta. —No es mi intención hacerla sentir mal, pero desde un principio dejamos muy en claro esta situación, establecimos que solo sería sexo. No puedo ofrecer más que eso. Sin mencionar que su esposo y sus hijos esperan por usted mañana —comenté y eso si pareció afectarla; su cara cambia por completo. —No tienes que recordármelo, estoy más que clara en eso. Solo me gustaría poder amanecer acurrucada sobre tu pecho. —Lo entiendo, pero esto es precisamente lo que teníamos que evitar. Crear un vínculo mucho más afectivo. Lo siento mucho profesora, pero lo mejor será no volver a vernos. Me duele lastimarla con mis palabras y acciones en este momento, pero usted debe regresar con su familia. Yo me siento honrado por haber estado con una hermosa mujer como usted, pero no podemos cruzar esta barrera —concluí. Ella suspira pesadamente, se deja caer sobre la cama y asiente. —Si, es lo mejor, te agradezco por estos deliciosos y hermosos días. Gracias por hacerme sentir deseada, poderosa y viva. Hace muchos años no me sentía así —me siento a su lado y acaricia mi mejilla—. La mujer que te tenga de por vida será muy afortunada, estar contigo entre sus piernas todo el tiempo… mejor me detengo, porque desde ya la envidio. Ambos nos carcajeamos ante su comentario. Le di un beso y me separé de ella. —Le comentaré algo que he aprendido a mi corta edad. Las mujeres con la edad van perdiendo su identidad, ya sea por la rutina, trabajo, hijos o su misma pareja. Usted profesora, es la mujer más sexy con la que he estado, pero se esconde detrás de esos lentes, ese moño y esos enormes abrigos. Debe liberarse en todos los sentidos. Una mujer debe cuidarse siempre y no me refiero a su figura y alimentación. Debe cuidarse de no perderse a si misma; de jamás olvidar que es lo más hermoso que existe sobre la faz de la tierra —Sus ojos se llenan de lágrimas. —Eres muy sabio, serás un abogado muy exitoso Aitor. Creo que esto es la despedida. Cuando me veas en los pasillos al menos salúdame —comenta y yo asentí. —Así será profesora, pase una muy feliz navidad —Nos dimos un abrazo y salí con rapidez del edificio. Después de manejar un par de minutos; llego de nuevo al departamento y me encuentro a mi hermano Alan sirviéndose un vaso con agua. —Andar de cama en cama te pasará factura. Estoy seguro que cuando la indicada llegue a tu vida no te hará caso por ser un promiscuo —comenta y le doy tres toques a la silla de madera a mi lado. —Se agradecen tus deseos querido hermano —le dije arrebatándole el vaso de agua que estaba por llevarse a la boca. —Siempre hablamos de mis problemas y relaciones, pero por primera vez, ¿Podemos hablar de la tuyas? —pregunta sacando de mala gana otro vaso del estante. —¿Que más deseas saber de mi querido hermano? —pregunté acomodándome en la silla al otro lado de la encimera. —Fuiste a terapia para saber si tu preferencia por las mujeres mayores no era algo enfermizo ¿verdad? —cuestiona y aunque él sepa muchas cosas de mí. Eso no lo había querido hablar a profundidad. Tome terapias para saber que pasaba conmigo y mis gustos. No fue algo que mi madre sugiriera, fue algo que yo quise hacer. Quería saber porque desde que era pre adolescente tenía un enamoramiento platónico por Lorena Kawas, la amiga de mi madre y esposa del primo de mi padre. En ese momento lo creí temporal, pero los años fueron pasando y cuando estaba con alguien de mi edad no disfrutaba, sentía que todo era un acto mecánico. Todo cambio en mi último año de colegio: la profesora de educación física un día al finalizar la clase, me pidió que la ayudara a acomodar las colchonetas de nuevo en la bodega. Recuerdo que traté de reprimir cualquier pensamiento o deseo hacia ella; durante ese años que fue mi maestra y sí que fue difícil. Ella tenía 27 años y yo apenas tenía 17, estaba por cumplir los 18 años. -RECUERDO- —Galeano, ¿Podría ayudarme con las colchonetas? —preguntó la maestra Lisa. —Si, pero tengo clase con el profesor Salomón. Usted sabe cómo es de complicado. —No se preocupe, le haré un pase excusándolo —Al ser así no me negué. Comencé a llevar las colchonetas de dos en dos. Tenía uno de los mejores físicos entre mis compañeros. Me encantaba exhibir mis músculos utilizando camisetas manga cortas. Estaba llevando la última colchoneta cuando ella me siguió con la bolsa de balones de baloncesto. Cerró la puerta de la bodega detrás de ella y me miró de pies a cabeza. —¿Sucede algo maestra? —cuestioné al ver como se acercaba a mí, era como ver a un león acorralando a su presa. —Me gusta, Galeano. Me gusta mucho —confesó. Por un momento me quedé sorprendido por sus palabras, pero me recuperé. Trague con dificultad y todo mi cuerpo reaccionó cuando sus manos apretaron mis brazos. —No es correcto esto, profesora, podríamos meternos en un enorme problema —fue lo que dije; sin embargo, ella hizo caso omiso a mis palabras. Rodó mi cuello con sus brazos para atraerme hasta ella y besar mis labios. Lo siguiente que pasó fue algo que cada fibra de mi cuerpo me pedía hacer. La tomé entre mis brazos y la senté sobre las colchonetas que acababa de ubicar una encima de la otra. —Solo es sexo Galeano. No se enamoré —Esas palabras me retumbaron en lo más profundo, pero no lo suficiente como para arruinar el momento. Saqué un preservativo de mi billetera y se lo mostré cuando me estaba separando de ella. —Joven, pero no estúpido. Apresúrate. —Usted dice que no me enamoré maestra, ahora seré yo quien le diga eso —Saqué mi m*****o orgulloso y su rostro era digno de fotografía. —Eres todo un hombre, debes sentirte orgulloso. Ponte esa cosa ¡Ya! —Así lo hice y no le di tiempo de nada. La emoción me ganó, pueda que en ese momento haya mostrado mi inmadurez y emoción al no ser delicado. Sin embargo, fue la primera vez que disfrute de verdad tener sexo. -FIN DEL RECUERDO- —Desde ese momento supe que lo mío no era un problema psicológico era más un gusto personal. El psicólogo me dio a entender que era algo normal. Así como existen los fetiches, la homosexualidad y un sinfín de gustos. Este es el mío, solo espero que la indicada este algo cerca, porque cada vez me estoy desesperando. Al mismo tiempo que siento que ya no puedo andar de lagarto suelto por la vida —concluí mi historia. —No cabe duda que el dicho que dice “Cada loco con su tema” y “Cada cabeza es un mundo” están muy pegados en los genes de la familia. —¿Y tu? ¿Estas listo para volver a ver a Susy? —pregunté, Susy era la pequeña ayudante de cocina que contrataron mis padres. Ella y Alan tuvieron historia, pero sabía que habían detalles en los que no me puedo involucrar. Alan ya es adulto y tiene que hacerse responsable de sus actos. —No lo se. Rebeca ira con nosotros —Eso fue como una patada en mi estómago. Esa mujer Rebeca, es compañera de clase de Alan, pero no es de mi agrado. Utilizó una treta muy gastada haciéndole creer que se acostó con el cuándo estoy seguro que nada pasó entre ellos. La mañana siguiente llegó y volamos camino a casa. Decidí poner mi asiento algo retirado de ellos porque no deseo estar viendo como esa mujer está encima de mi hermano. Sabía que lo que sea que haya tenido con Susy; no se podía borrar de la noche a la mañana. Llegamos a Zaragoza y para nuestra sorpresa, Susy ya no trabaja en la casa de nuestros padres. Jamás esperé que la navidad se convirtiera en un campo de guerra donde era un todos contra uno, y ese uno era mi hermano Alan. Nunca me imaginé hasta que instancia había lastimado a Susy. Gracias a una llamada de mi prima Aitana, explicándole a mi madre lo que estaba pasando es que nos enteramos que el imbécil de Alan había dejado a Susy con una enorme responsabilidad sobre sus hombros. Un hijo de los dos y que corría peligro junto con ella. Después de que se llevara a cabo una fuerte discusión con nuestros padres, mis hermanas y mi abuela salimos rumbo a Bella Vista donde se encontraba Susy y mi nuevo sobrino. «¡Soy Tío!» No lo podía creer, ya tenía a quien malcriar. Me dolía verlo en esa incubadora y sin su madre que lo ayudará a salir de esta crisis. Las semanas pasaron y me limité a no hacer, ni decir nada más que apoyar a mi hermano. Por la puerta del hospital ingresó una delicada y hermosa criatura. Que toda su aura gritaba preocupación y desesperación. Su ansiedad era bastante evidente. Alan se acercó y no necesité nada, más que juntar uno mas uno, para saber quién era la hermosa mujer que desestabilizo mi respiración, corazón y cuerpo. La mujer que tanto había esperado estaba frente a mí en este momento. Me sentía como un adolescente. Tenía un sinfín de emociones solo con verla. Nuestras mirados chocaron por un momento, pero rápidamente se alejó. Ella junto con sus hijos dejaron el área donde estábamos, después de discutir fuertemente con mi hermano. —Por favor, dime que esa diosa no es la madre de Susy —le pregunté. —Ni se te ocurra Aitor —me advirtió Alan. —Lo siento hermano, pero creo que me he enamorado. ---------------------- Bienvenid@s a esta nueva historia llena de muchas emociones. Esta historia se actualizará con un día de por medio. (DIA SI Y DIA NO) Por lo tanto nos leeremos el jueves. Por aquí, pero mañana nos leeremos en “LAS LEYES DE UN AMOR INCONDICIONAL” -------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2307154839257
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