CAPÍTULO DIEZ

1631 Words

CAPÍTULO DIEZ Era una de esas noches, reflexionaba Mackenzie, en las que el calor sureño llenaba el campo como un gigante invisible, deseoso de pisarlo todo. Sus pisadas en el pavimento eran suaves y, aun así, sonaban increíblemente ruidosas. Hasta las ranas y los grillos se podían escuchar claramente, casi como un ruido extraño y falso que estuviera saliendo de un altavoz imposiblemente sonoro. Estaba caminando cerca de los edificios que había por la calle, haciendo lo que podía por mantener su cuerpo lo más alejado posible de las escasas farolas. El atardecer se había tornado noche hacía una media hora, confiriendo a las calles del pueblo un estado de quietud que era casi místico. Sin embargo, la quietud era la principal razón de que él estuviera aquí—en fin, quizá no la quietud en sí

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD