Likan. Son las siete de la mañana y ya salimos con los hombres a llevar el ganado a pastar a tierras más bajas donde la nieve aún no se acumula, miro a Lucia que está abrigada hasta los dientes, pero la porfiada quiso venir aunque le dije que no lo haga o que espere a que el clima mejore en unos meses, pero se puso en modo berrinche hasta que ganó y le dije que si, que me acompañe. El sol ni se asoma aún, faltan al menos dos horas para que salga, pero debemos llevarlos a tierras más bajas si o si porque a donde teníamos pensado llevarlos está repleto de nieve y va a ser forzar a los caballos para nada, porque no debe haber nada para que coman. Lucia está con un calzoncillo térmico mío y un pantalón buzo de ella, un par de medias de polar y unas normales con botas de invierno, arriba llev