Capítulo 6

732 Words
  Tobias se veía especialmente atractivo rodeado del grupo de hombres de traje y zapatos de cuero, pues era el único que llevaba un cortavientos gris oscuro, el cual resaltaba su esbelta y bien proporcionada figura.   Sus rasgos faciales parecían haber sido delicadamente esculpidos en su rostro con extraordinaria habilidad. Sus ojos eran profundos y de él se desprendía un aura impresionante y sobresaliente.   Las personas que entraron con él, lo rodearon como estrellas que se aglomeran en la luna. A pesar de ello, parecían tener miedo de ofenderlo, por lo que no se acercaban demasiado a él.   Sus actitud imponente era tan majestuosa como la llegada de un rey.   De repente, mientras estaba patrullando la finca de café, hubo un ruido repentino.   Tobias frunció el ceño y aceleró su firme y elegante paso.   Cuando se acercó al origen de la conmoción, descubrió que una mujer yacía inconsciente en el suelo.   El cuerpo de la trabajadora estaba completamente cubierto con su ropa, y llevaba una máscara en la cara que solo permitía ver sus ojos a los espectadores.   Mientras miraba sus ojos cerrados y sus pestañas, las cuales tiritaban como alas de mariposa, Tobías sintió inexplicablemente que había visto ese par de ojos antes.   Frente al repentino desmayo de aquella trabajadora, todos estaban en estado de pánico y no sabían qué hacer.   Tobias la levantó de repente. "¿Hay algún lugar con sombra cerca?", preguntó.   "Sí, claro que sí, Sr. Whitlock. Hay una oficina al costado", respondió rápidamente el gerente de la finca de café, el Sr. Larson.   "Pídale a alguien que traiga un medicamento para aliviarle el malestar y llame al médico", ordenó Tobias.   Entre todos, él era el más tranquilo, así que se convirtió en alguien en quien podían confiar.   Tobias entró con la mujer en sus brazos a la oficina junto al cafetal.   "Continuén trabajando", comunicó el gerente Larson a los empleados que estaban detrás de él, y luego se apresuró a llamar al médico.   Sebastian dudó un momento antes de seguirle los pasos, pero finalmente fue tras él.   Cuando vio que había colocado a Natalie en el sofá y que ahora le estaba desabotonando la ropa, no pudo evitar alzar la voz, pues temía que este hombre se aprovechara de ella.   "¿Qué estás haciendo?".   Los certeros ojos de Tobias recorrieron a Sebastian.   Era obvio que esta mujer había tenido un golpe de calor, así que le estaba desabotonando la ropa para que pudiera refrescarse.   Pero evidentemente, no tenía ninguna necesidad de explicarle esto al tipo que tenía enfrente.   Tobias ignoró su pregunta y continuó, quitándole el sombrero y la máscara.   Sebastian quiso detenerlo, pero por más que lo intentó, no pudo dar un paso adelante. Era como si estuviera clavado al suelo.   La mirada de aquel hombre era totalmente imponente, como el cielo antes de una tormenta. De alguna manera sintió que le había quitado el aire de los pulmones.   Al estar frente a este hombre con un aura tan fuerte, realmente sintió que se había encogido físicamente.   Por otro lado, Tobias le quitó la máscara a la chica, revelando un rostro pálido y puro.   Aquel rostro era único, pues aunque parecía puro, había un toque de pasión escondido en sus cejas.   "¿Acaso es ella?", pensó él atónito.   El gerente Larson se apresuró a venir a la oficina con un médico, quien le dio a Natalie un medicamento para bajarle la temperatura corporal.   "Tranquilos que no es nada grave. Seguramente su cuerpo estaba débil, y el sol abrasador agravó su condición. Se pondrá bien después de un tiempo", dijo el médico.   Tobias frunció el ceño y se sintió extraño al mismo tiempo.   ¿Cómo pudo haberse encontrado dos veces con la misma mujer?   La primera vez fue una oportunidad que ella había creado voluntariamente, pero la visita a la finca de café por la tarde fue una decisión totalmente improvisada.   "¿Quién es ella?", preguntó seriamente Tobias.   El gerente Larson se sorprendió, pues pensó que su pregunta se debía a que aquel repentino incidente había perturbado su inspección.   "Sr. Whitlock... Lo siento mucho... Créame que no sé por qué esta persona se desmayó de repente si nosotros...", explicó el Sr. Larson con voz temblorosa.   "No digas tonterías. ¡Díme quién es!", lo interrumpió Tobias; "¿Quién es ella? ¿Cuál es su nombre?".   Frente a esto, el gerente Larson se quedó atónito.
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