Un par de horas después nos encontrábamos en el bar, mientras la música sonaba estruendosa y la gente parecía estar eufórica. Hacía mucho tiempo que no salía de noche, al menos no de juerga, y jamás lo había hecho con Emmett. Jamás creí que él fuese de ese estilo, en realidad, pero por la sonrisa que me dedicaba cada vez que nuestras miradas se topaban, él parecía estar más que contento, y los demás también. —Vamos, una ronda más de tequila, por favor. —Anunció Caspian mientras le daba un golpe a la superficie de la barra. —Oh, no, no... Creo que estoy bien —respondió Emmett, devolviendo su vaso. —Clara que no. Estuviste en coma por un año, hombre. Necesitan embriagarse un poco, viven a unos cuantos kilómetros. Si luego no pueden ni ver, entonces caminan y mañana vienen a buscar el auto