A la mañana siguiente me encontraba en casa de papá, guardando las cosas de Elliott mientras él preparaba el desayuno y atendía al niño. —Parece que la juerga del bar estuvo intensa —comentó papá al verme bostezar por cuarta vez desde que había llegado. —Sí, bueno... Ya sabes cómo es Caspian y, además, estaba Marie también —comenté sonrojándome de inmediato, porque lo cierto es que Emmett y yo no habíamos permanecido en el bar ni siquiera dos horas, y era un hecho que mi falta de descanso la noche anterior no tenía nada que ver con esa fiesta. Me mordí el labio al recordar lo que había pasado en los viñedos. Aquel recuerdo me acompañaría eternamente, no solo por el fogoso encuentro que tuvimos, sino por la conversación que tuvimos después. No se habían dicho cosas comprometedoras, pero