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2025 Words
Después de eso, estaba la muchacha buscando la manera de calmarse. Porque sentía que el asunto no salía de su cabeza, ella quería realmente olvidarse de todo y pensar en positivo, pero era inevitable volver a lo mismo, porque ese proyecto realmente era muy importante para la morena. Había puesto todo de su parte para dar lo mejor de ella, pero ahora no tenía nada, y por esa razón se sentía de esa manera. De inmediato, sin perder otro minuto más, no tardó en ir a vestirse, no es que quedara poco tiempo, pero de todos modos ella estaba evitando el retraso a toda costa, algo que no le gustaba y afortunadamente no llegaría tarde. Siempre había sido una chica muy puntual, en todos los sentidos, algo que la había ayudado muchísimo en su crecimiento. Su madre, seguía abajo, así que le preguntó por qué no se había marchado. —Mamá, pensé que ya te habías ido. No entiendo. —Hoy quiero que vayamos las dos juntas, por eso te esperé, además no es la primera vez que aguardo por ti. Creo que me veo en la necesidad de estar un poco más cerca de ti, porque veo que estás haciendo poco más triste, algo que entiendo muy bien, porque estando en tu lugar, que me quiten mi trabajo, eso también me habría dolido, pero ánimo, que todo pasa. —Sí, pero lo odio mamá, Marcus realmente se ha pasado esta vez, no es necesario que me lo diga a la cara para saber que él tuvo mucho que ver en la decisión de ese señor poco serio. Quien no debió llevarse con facilidad, digo, los negocios son algo importante y él se lo tomó como un juego, eso es lo que me enfada mucho, mamá —le expresó y ella suspiró. Rosa era alguien que le dolía cada vez que algo malo ocurría a su familia, pero se trataba de los Kingman y por eso se limitaba a ello nada más, no quería sentirse pésima porque su corazón estaba destrozado, era un gran proyecto, pero no era cualquier familia. Muchas cosas ya habían pasado con esa familia, por eso, era mejor dejar las cosas así. Llevar todo con tranquilidad era la mejor decisión. —Hija, lo sé, sé que eso te duele mucho, pero debemos dejarlo en el pasado, ya vendrán cosas mejores. No era ni la primera, ni serás la última. Míralo así —añadió con dulzura y le besó la frente. —Mamá, ya no soy una niña, eh —apuntó y su progenitora no pudo evitar extender una sonrisa. Rosa sabía que su hija había logrado grandes cosas que a pesar de presentarse dificultades en su camino, jamás había cruzado por su cabeza rendirse, ella en su lugar avanzaba siempre, porque era una persona perseverante, así que no estaba en ella quedarse en un solo sitio, ahora mismo estaba pasando una situación, que podía dejarla un poco tristeza realmente ella también se sentía un poco así, porque no era justo para su pequeña hija, perderse un proyecto tan grande como ese. Había sido testigo de las cuantiosas noches sin dormir, de el estrés enorme que había sentido todo ese tiempo porque sentía que debía hacer un trabajo extraordinario para lograr lo mejor, por eso, ahora ser testigo de lo que le había pasado, la dejaba un poco dolida. La vida no debería de ser así, pero esas cosas también sucedían y debía estar lista para aceptar todo ello, incluso si resultaba ser algo complicado y en lo que debía estar lista para asumir. Aún así, Daniela demostraba que eso no la iba a dejar tirada, ella se estaba poniendo en pies para seguir adelante, para eso, era muy importante que olvidara todo lo malo que había pasado, era la única forma para que ella pudiera avanzar y no quedarse enredada como siempre; —Eres mi pequeña, siempre los eras. No puedes evitar que te trate tan dulce, como lo estoy haciendo ahora, ¿de acuerdo? Y ya deja la tristeza aquí, necesitas transmitir esa seguridad y tranquilidad a los demás. ¿No lo crees? —expresó y ella asintió con la cabeza a sabiendas de que su mamá tenía toda la razón del mundo. Tenía que dejar todo lo que pasó atrás, eso no quería decir que dejaba de odiar a ese imbécil. La verdad es que ahora sentía que lo aborrecía con más fuerza por lo que había hecho, era inevitable no sentir todo eso por aquel tipo, quién todo el tiempo había hecho hasta lo imposible por mantenerse más arriba que su familia. Y al verdad es que la en la actualidad su familia se había posicionado como la mejor, ahora estaba sobre la suya y ella se sentía demasiado molesta por eso. Por esa razón es que ni podía sentir otro sentimiento por él, que ese de ahora, en serio detestaba a una persona que actuaba tan egoísta, eso iba más allá de todo lo que hacía cualquier persona en su misma sociedad, que siempre se había manejado por estar en una posición social excelente. Ese era otro asunto, que siempre tenía que encontrarse a ese hombre en las fiestas, y no le gustaba en lo absoluto la idea de verlos allí. Pero ni modo, no podía hacer nada para cambiarlo, sino aceptarlo, pero en cada evento, ella a toda costa evitaba algún encuentro aunque ese día no pudo, como siempre. A pesar de todo eso, sentía que debía ir a las reuniones y todos esos extravagantes sitios, a los que siempre había que asistir. Ya Daniela había perdido la cuenta de todos esos lugares a los que había ido, incontables. La verdad es que no sabía todas esas veces en las que fue a una reunión sin tener otra opción que asistir. Incluso cuando no eran lugares en los que se sentía totalmente cómoda para dar una buena imagen de la compañía y de su padre, tenía que ir y quedar bien de esa forma. De manera que así daba una buena impresión. ... Finalmente la señora Rosa y su hija Daniela habían salido de la casa para luego dirigirse rápidamente al auto y abordar, de otra forma iban a llegar tarde al trabajo y ese día tenía muchas cosas que hacer como para desperdiciar otro segundo allí. Daniela sabía que sería un día largo y por eso se preparo mentalmente para esa jornada muy ardua de trabajo. La verdad es que ella no quería seguir pensando en el mismo asunto de este proyecto que había perdido por culpa de aquel hombre, pero el nombre de Marcus se agitaba fuertemente en su cabeza y no lo dejaba de pensar. Ella estaba segura de que una vez llegara a la compañía y se metiera en su oficina iba a seguir con ese tema dando vueltas y vueltas sin parar dentro de su cabeza. No era fácil olvidar semejante asunto puesto que no se trataba de cualquier cosa sino de un proyecto muy grandísimo que pudo haber sido demasiado exitoso y beneficioso para ella, quién estaba creciendo y quería darse a conocer en el mundo tan competitivo en el que habitaba como ese y demostrar que era una de las mejores. Ahora mismo con todo lo que pasó se ponía a dudar de sus capacidades y fortalezas. Pero también tenía ese lado positivo que la seguía animando a seguir adelante y a no rendirse, porque vendrían cosas mejores como bien había mencionado su madre, por esa razón no tenía que darse por vencida o renunciar a todo. A diferencia de otros días en esta ocasión su mamá Rosa ir a quién estaba conduciendo hasta la compañía y ya queden y la prefería esta mañana quedarse de copiloto y observar un poco el exterior en la ciudad para tener ese sentimiento de angustia y molestia que sentía en su interior desde anterior. Eugenia, quién era su nueva asistente, estaba allí para para entregar su itinerario y ponerla al tanto de todas las cosas que tendría que hacer ese día, siempre había algo que hacer y ese día no era la excepción. De todas maneras se sentía bastante cómoda en el trabajo. —Eugenia, por favor ponme al tanto de cualquier otra solicitud que sea el día de hoy. —Por supuesto, eso haré, señorita Jones. De manera que la mujer se retiró de la oficina y otra vez Daniela se volvía quedar a solas en su despacho, suspiró profundamente antes de clavar los ojos en la enorme pantalla de su computadora, y tan pronto como comenzó a leer un documento, había dado inicio a la jornada laboral de ese día. Ese día también tenía que trabajar bastante y estaba consciente de que probablemente tendría que irse a casa muy tarde, acabaría agotada después de haber perdido ese proyecto tan importante, ahora tenía una lista de otros más y cómo eran varios tendría que decidirse por uno que mejor le pareciera, puesto que no era factible tomar la decisión de elegir a todos, ya que eso era la peor decisión y se llenaría de mucho trabajo y no terminaría a tiempo. Al rato estaba desesperada ya que se encontraba en la indecisión. No sabía si tomar el trabajo para la señora Thomson o elejir a Beatriz neumann ambos proyectos sonaban demasiado interesante y ya se le venían a la mente varias propuestas pero solo tenía que decidirse por una para tomar la mejor decisión y lo más adecuado en ese instante, decidió marcarle a través del interfono a su madre quien de seguro estaba dentro de su despacho, terminando alguna de sus labores también. De mediados su progenitora le había contestado. —Cariño, dime qué necesitas en este momento, me encuentro terminando de ayudarle a tu padre con algunas papeles. Ya sabes qué son demasiadas cosas y siempre necesita a alguien que le eche una mano, pero cuéntame y explica qué es lo que necesitas en este momento a ver si te puedo ayudar —le expresó y ella suspiró. —Mamá, es que me han llegado varias opciones y no sé que proyecto tomar. Así que pensé en ti y podrías darme una opinión acertada para decidirme por el correcto... ambos proyectos son grandes no como el que perdí, pero sí desde mi punto de vista importante y me podría permitir desarrollar unas cuantas ideas que están surgiendo ahora mismo, pero solo debo escoger uno, recuerda que no es una buena idea decidir tomar varios trabajos a la vez, a menos que una de las dos partes puede ser paciente y darme una fecha más lejana de la que pide. —Oh, bueno en ese caso, me gustaría saber quiénes son las personas que te están ofreciendo la oportunidad de llevar a cabo sus grandes proyectos —le expresó y su hija suspiró profundamente. —El señor Thompson y la señora Beatriz Newman, no son los únicos pero si solo ellos quiénes me están haciendo una gran propuesta, las dos son bastante buenas, por eso me encuentro ahora en este instante en la indecisión y no sé cuál escoger, ¿podrías ayudarme? Tengo toda la información en la oficina, no está de forma digital por lo que podrías venir un momento a mi despacho y te entrego la carpeta para que le eches un vistazo, ¿de acuerdo? —inquirió a su madre. Incluso cuándo Rosa estaba abarrotada de trabajo, siempre tenía tiempo para su hija y mucho más ahora ya que había pasado por el desafortunado de perder un proyecto grande pero la vida siempre también te daba cosas buenas y justo en ese instante tenía varios trabajos sobre mesa. Opciones... —Vale, dame solamente unos minutos para terminar de ver algunas páginas que me faltan, de inmediato iré a tu despacho —le había prometido y la muchacha le agradeció mucho a su mamá por eso. En contados minutos ya estaba su mamá allí, y Daniela comenzó a buscar las carpetas y cuando las tuvo en sus manos, se la dio a su mamá para que le echara un vistazo y la ayudara a tomar la decisión acertada.
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