Capitulo Seis

910 Words
Más explosiones por doquier, correr no es una opción y el caos se ha sembrado de manera absoluta; Jamie y Darel ayudan a los civiles a salir de debajo de los escombros, a huir del bombardeo y ponerse a salvo. Los oficiales de justicia comienzan a invadir las calles con protocolos de seguridad, de evacuación y también para luchar contra lo que sea que los esté atacando. —¡Ayuden a todos los que puedan!— dice Misael corriendo. Carlos crea una especie de cama con sus ráfagas sosteniendo en el aire a personas que caen de un edificio, Jamie saca a varios niños de debajo de unos escombros y ayuda a Darel– proporcionándole la energía necesaria– para poder destrozar los edificios que quedan y evacuar. —¿Qué es lo que ha pasado?— pregunta un oficial de rango. —No lo sabemos con exactitud— Responde el ruso. —Es por ustedes, fenómenos, nos ponen en riesgo siempre.— el oficial se aleja dejado al muchacho con una amarga sensación. El grupo rebelde observa la situación sin hacer nada, parecen divertidos con la escena e incluso se ríen de ello. No es extraño que hagan eso, y podrían asegurar que son los culpables de las explosiones y la destrucción en la Ciudad de México pero, ¿Cómo probarlo? No hay manera de saber a ciencia cierta. Mientras tanto, la noticia ha dado la vuelta al mundo causando controversia con el atentado metahumano en México; la polémica ya comienza a hacerse presente y con ella las discusiones morales y éticas sobre que hacer con los culpables.  Florencia, Maribelle, Caín y los demás están al tanto de la situación, desde Svalbard han intentado comunicarse con sus amigos sin ningún resultado; la preocupación en Ciudad Emma es grande ya que existe gran probabilidad de que les atribuyan semejante desastre. —¿Qué haremos?— Maribelle pregunta. —Es una situación delicada y complicada.— Francis asegura. —No tenemos más opción que esperar a que Misael se contacte con nosotros.— Víctor suspira.—Si decidimos por nuestra cuenta nos arriesgamos a poner en peligro lo que hemos construido éstos dos años. —Coincido contigo.— Caín toma asiento.—A esperar se ha dicho. Luke y sus rebeldes caminan por los pasadizos de la ciudad, conocen la zona de memoria ya que llevan meses explorando todo. Cuando el grupo se enteró que los primeros metahumanos habían hecho desaparecer a Maritza Wallace, pensaron que quizás podrían conocerlos y unirse en la batalla. Pero poco después Svalbard se hizo presente, creció la idea de una ciudad para su r**a y con ella la esperanza de muchos que sólo deseaban la paz; no era el caso de éstos chicos y eso los llevó a iniciar su propio camino, quizás de mala manera. —Ya comenzó todo.— Luke toma asiento, la enorme mesa frente a él tiene lugares para todos ellos. —Ellos no se unirán.—habla Amir.—Están satisfechos con su vida pacífica. —La situación los obligará eventualmente, van a ayudarnos o su ciudad desaparecerá a manos de los que tanto quieren la paz con ellos.— Luke luce serio. —Ellos son asombrosos, sus habilidades realmente son maravillosas.— Miguel habla. —Nosotros también tenemos buenas habilidades.— Susan sonríe.— ¿No crees? —Pues, sí, son buenas pero no como las suyas.— se encoge de hombros.— Piensa, tú tienes un grito sónico, Clara genera ácido. No es muy sorprendente. —Ismat tiene la habilidad de genera y controla campos magnéticos, Amir es capaz de manipular el sonido también llamado ecoquinesis— dice Luke sonriendo. —Y tú tienes fuerza sobrehumana y visión láser.— Clara ríe observando al centro americano.— Estamos bastante bien. —No olvidemos a Rebekka Wells.— Luke se pone de pie.—Ella controla los metales y pronto estará con nosotros. Liesse y Micaela recorren lo que queda de la ciudad, buscan algo que les dé una pista de qué es lo que sucedió realmente, quién fué el causante y más importante, porqué. —Oye, te he notado algo triste.— Micaela habla. —Estoy bien, no te preocupes.— sonríe la rubia. —Me gusta tu collar, Caín es muy talentoso.— sonríe la castaña pícaramente. —¿Cómo...? No importa.— sonríe.— Fué mi regalo de cumpleaños. —Me alegro, parece que se llevan muy bien, creo que deberías darle una oportunidad Liesse. No sé qué pase por tu mente pero deberías dejar de esperar a Misael.— la castaña voltea a verla.— No digo que lo olvides, pero tampoco olvides ser feliz tú. —Lo pensaré, gracias Mica.— sonríen. —Sólo quiero verte bien amiga, además te shippeo— suelta una carcajada. —¡Micaela! ¡Definitivamente eres igual a Carlos!— siguen caminando. Misael y Carlos terminan de preparar todo para su regreso al archipiélago, deben poner en marcha un plan para defenderse en caso de ser atacados y también para poder entablar conversación y/o alianza con los demás países. —Joven Misael, ¿Partirán de regreso?— Thomas se acerca. —Así es, ya debemos volver.— responde sonriéndole. —Por favor, lleven con ustedes a mi nieto, aquí corre peligro.— el hombre se ve bastante preocupado. —¿Bastian? ¿Por qué?— pregunta Carlos sorprendido. —Bastian tiene un singular talento, omnilinguismo. Es capaz de entender cualquier idioma, los sabe a la perfección.— explica el hombre. —Un políglota natural.— Misael comprende. —Luke quiere entrenarlo, es sólo un chico de seis años, no puedo permitir eso.— el hombre toma un sobre y lo extiende.— Allí están todos sus papeles y documentos, sé que en Svalbard estará a salvo. —Lo cuidaremos, y en cuanto podamos usted irá a vivir con él.— asienten ambos. Saben que si Thomas se marcha ahora con el niño de seguro lo seguirán y tendrán graves problemas. Lo mejor es la separación por el bien de ambos, suben con cuidado al pequeño que duerme plácidamente, entre los papeles se encuentra su documento de identidad; Bastian Schulz, como lo dice su nombre es nativo de Alemania, quizás Liesse pueda ayudar.
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