Adara despertó con una suave caricia en su rostro. Ella no había abierto sus ojos aún, pero sabía quién era. _ ¿Qué demonios haces en mi habitación? _ Vine a darte los buenos días, ya que dudo que te hubieras presentado a desayunar. Adara se cubrió con la sábana y le dijo. _ Eso es por que no quiero verte, así que lárgate de mi vista. Liam abrazo a Adara, quien estaba envuelta en la sabana. _ No quiero. _ Suéltame antes de que te rompa la nariz. _ No lo haré, no te soltaré, ni me iré de aquí. Adara le dio un cabezazo a Liam, ella pensó que lo esquivaría, pero no lo hizo, recibió el golpe. Sus frentes quedaron juntas. _ Puedes pegarme, morderme , arañarme o hazme lo que quieras, pero no me iré de aquí hasta que arregle el malentendido de ayer. _ ¡¿El que te llevaras a mi hermana