A la mañana siguiente, Adara despertó sintiendo un dulce aroma en el aire, cuando abrió sus ojos, pudo ver que su habitación estaba llena de margaritas blancas, había tantas que ella se preguntó de dónde las habían sacado. _ Esto no puede ser real, seguro aun sigo durmiendo Dijo mientras frotaba sus ojos, pensando que aquello era una ilusión, pero no lo era, su habitación parecía haberse convertido en un invernadero. _ Mi querida prometida, te gustan las flores. Adara no se había percatado de la presencia de Liam hasta que le escuchó hablar. _ ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ?! Gritó mientras se cubría con la sábana, ya que su camisón era ligero porque el verano acababa de empezar. _ Estoy intentando descubrir cuales son tus flores favoritas. _ ¡¿ESTÁS LOCO?! _ No, solo quiero descubrir