Ataraxia

Capítulo 2

Mi vida se había vuelto un caos desde que tomé el papel de aquel el personaje principal de una serie de hombres lobos. En ese momento, todo cambió.

Drew Smith es mi mejor amigo desde un concurso de talentos donde ambos perdimos a las pocas rondas de haber comenzado, pero no nos rendimos. Con solo quince años cada uno buscó su camino y lo encontramos, él con la música y yo con la actuación.

Por medio de blogs en youtube ambos nos hicimos conocidos, él por su magnífica voz y yo, supongo que por mi belleza y carisma. No puedo negar que poseo algo de talento, sino no podría continuar en este mundillo. Al poco tiempo de haber conseguido la placa de plata por los cien mil seguidores, nos contactaron un par de compañías y ahí comenzó nuestra travesía.

Éramos unos chiquillos haciendo cosas que nos divertían y que luego eso nos llevó a cosas mucho más grandes.

Crecimos, las responsabilidades se volvieron más que solo el tener que actualizar los videos, los gustos se volvieron más que solo hacer reír a los seguidores y claramente los problemas se volvieron mucho más que solo pasar por una bronca con algún hater.

El mundo cambia drásticamente cuando creces, las cosas se vuelven más serias, el mundo entero te juzga de otra manera y no saben lo frustrante que es tener que vivir en este mundo.

Olvidando esa pequeña desgracia que viene atado al mundo del espectáculo me doy cuenta que la tercera canción termina perfectamente cuando estaciono frente al restaurante. Antes de bajar, me equipo totalmente con una gorra que oculte parcialmente mi cabello, lentes de sol que escondan mis ojos y una sudadera que evite que mis tatuajes se diferencien. Todo este camuflaje para un simple almuerzo con mi amigo.

En el momento en que percibo que una mujer sale de una camioneta con un micrófono me arrepiento de salir de mi casa y me doy cuenta que el camuflaje ya no sirve de nada. Niego con la cabeza, decidido. Soy una persona normal, merezco salir y vivir mi vida.

Veo a mi seguridad actuar rápidamente y cubrir mi cuerpo hasta que por fin puedo entrar al lugar.

—Pero miren quien es, nada más y nadie menos que Bastian.

Volteo y sonrío al encontrarme con John, el jefe de seguridad de Drew.

—¿Qué tal todo, John? —golpeo suavemente su hombro.

Únicamente asiente en forma de saludo.

—Drew está en la mesa de siempre —informa, señalando con la cabeza hacia una dirección.

Robert, mi jefe de seguridad, saluda a John, distrayéndolo de nuestra conversación. Sin mediar más palabras me dispongo a buscar la castaña cabellera de mi amigo y cuando por fin lo encuentro me dirijo hacia él.

—¡Felicidades por el nuevo sing, hermano! —exclamo llegando a su lado, sobresaltándolo.

Se incorpora emocionado y me abraza fugazmente.

—De verdad muchas gracias —me golpea en la espalda, sonriente—. Felicidades por... ¿el trío? No lo sé, hermano.

Suelta una carcajada y me dejo contagiar. Me encojo de hombros, aparentando inocencia.

—Logros son logros —respondo, guiñándole un ojo.

Niega con la cabeza y vuelve a tomar asiento. Lo imito, sentándome frente a él.

—Acabo de pedír tu plato favorito —dice, alegrándome al instante.

Comí hace menos de media hora pero nunca se es suficiente comida en un organismo.

—No sé para qué quiero novia si te tengo a ti, hermano.

Drew, quien en ese momento se encontraba con sus ojos fijos en el teléfono, levanta su mirada para observarme con cierto aire de ironía.

—Tú no quieres una novia —difiere.

Suelto una risa por lo bajo y asiento con diversión.

—Siempre tienes la razón. ¿Para qué quiero una si hay tantas mujeres en el mundo?

Él rueda los ojos negando con la cabeza, y yo me abstengo de bufar, simplemente sonrío. Estos temas no son muy del agrado de mi romántico amigo y eso me recuerda algo.

—¿De qué trata la canción? —cuestiono, acomodándome en mi asiento, listo para escuchar su verborrea romántica.

Drew me observa sonriente, casi como si estuviera esperando esta pregunta.

—De mi ex —responde emocionado, borrando mi sonrisa al instante.

—¿Qué? ¡Oh, por favor! Dime que es broma, Drew.

Niega con la cabeza.

—Sabes que la mejor historia de amor que tengo es con ella —suspira, echándose hacia atrás en el asiento—. Aún la amo, y las canciones con sentimientos verdaderos siempre alcanzan un buen número.

Lo observo totalmente impasible. Paso la mano por mi rostro, en busca de tranquilidad.

—Hermano, se te cayó la hombría en el suelo. Levántalo antes que alguien la pisotee aún más —digo seriamente.

—¡Bastian! —exclama con el ceño fruncido.

La comida llega justo en el momento en que me encontraba listo para jalarlo del cabello. Tanta laca aparentemente pudrió su cerebro.

Suspiro y decido olvidar el tema por el momento.

—¿Cuándo sale a la venta?

—En cuanto salga el video —responde decaído.

Suspiro y decido modificar el humor que yo mismo me encargué de cambiar.

—Drew, sabes que esa mujer no es santo de mi devoción y no puedo evitar ponerme así cuando de ella se trata. Lo siento, ¿sí? —él asiente—. Tus sentimientos son puros, no puedo decir lo mismo de ella pero... —me observa ceñudo, interrumpiéndome—. ¿Acaso miento?

Sacude su cabeza, aparentemente cansado de la verdad.

—Como sea. No te cité para hablar de ella.

Sonrío con los labios apretados.

—Sí, mejor celebremos esto —digo, alzando mi copa con algo que parece ser vino tinto.

Drew me imita pero no con tanta emoción.

—En realidad quería saber si quisieras participar del vídeo —anuncia sorprendiéndome.

Bajo lentamente la copa, observándolo con duda.

—¿En un video romántico con la mujer que más odio en este mundo? —cuestiono con sarcasmo.

Agita su mano, quitándole importancia.

—Ella no va a estar en el video.

Bufo, cruzándome de brazos.

—¿Entonces quieres que esté en un video romántico cuya letra está basada en la mujer que más odio en este mundo? —corrijo al instante.

Rueda sus ojos. Toma un sorbo de su copa, desesperándome. ¿Cómo puede tomarlo con tanta tranquilidad y yo aquí ardiendo de ira? No exagero cuando digo que aborrezco a esa mentirosa y embustera mujer.

—Supéralo, hermano. Yo ya lo hice.

Abro los ojos con falsa sorpresa.

—Claro que lo hiciste, por eso la canción, ¿no?

—Me quedé con las cosas bonitas que viví con ella y ya.

Masajeo mi frente con los ojos cerrados y dejo escapar un suspiro. Nunca un almuerzo con Drew tuvo tanta tensión.

—De acuerdo —apoyo mis brazos sobre la mesa para observarlo más fijamente—. ¿Qué exactamente quieres que haga?

Sonríe satisfecho a sabiendas que aceptaré su propuesta por el simple hecho de que se trata de él, mi mejor y único amigo.

—Quiero que actúes como si fueras yo, que seas el protagonista de la canción.

Lo pienso unos segundos. No encuentro nada malo en hacerlo.

—Hablé con tu manager y aceptó anticipadamente sabiendo que nos viene perfecto a ambos. Tú sigues llamando la atención de los medios y yo estoy en pleno ascenso, es de mutuo beneficio —continúa ante mi silencio.

Si Kyle lo piensa así, le da otra perspectiva al asunto. Aún siendo nuevo como mi manager, confío en su visión.

—¿Y con respecto a la mujer? —pregunto aún sin dar el brazo a torcer.

De repente su sonrisa crece. Frunzo el ceño. ¿Qué se trae entre manos?

—Me ayudarás a buscarla.

Me sorprendo al instante.

—¿Disculpa?

Drew adopta la misma postura que yo, con los brazos apoyados en la mesa.

—El video tiene un poco de baile. Entonces buscaremos una bailarina a la que te sientas atraído y esa será la elegida.

Hago una mueca.

—No será difícil encontrarla —lo pienso mejor y corrijo—. Creo que será difícil seleccionar una. Me gustan todas las mujeres, ¿recuerdas?

—Pues entonces se hará una pequeña selección en cuanto elijamos a las mejores.

Me echo atrás y retiro la vista, posándola en el ventanal frente a nosotros, observando a los reporteros que no pueden vernos a nosotros.

—No lo sé, viejo. No creo que salga bien.

Veo de reojo como sonríe divertido.

—Tengo otro presentimiento sobre esto —da por terminada la conversación y se concentra en su comida.

¿Cómo puede estar tan tranquilo? Esto puede durar meses, mis rangos de atracción son amplios y si nos basamos en esto puede se retrase todo.

O tal vez heredé de mi madre el drama.

Cualquiera sea la razón tengo el extraño pensamiento de que esto puede darme muchos dolores de cabeza.

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