Aún no abría mis ojos y ya tenía dolor de cabeza con solo pensar las cosas que tenía que hacer hoy.
Lo que más me agotaba eran las grabaciones de la serie en la que trabajo hace casi dos años y gracias al cielo falta poco para terminar la última temporada. Aunque no puedo quejarme, gracias a esa serie fue que me hice completamente conocido, junto a esto se hizo más fuerte mi carrera. Ser el protagonista atleta trae muchos beneficios.
Giro la cabeza hacia un lado para ver el reloj en mi meza de luz y gimoteo al ver lo temprano que es.
Estiro mis músculos y en eso, alcanzo el control remoto para abrir las persianas y así poder levantarme más rápido.
Luego de higienizarme y ponerme un short junto con unas Nike negras, camino unos pasos hasta dar con el gimnasio que instalé en la casa cuando entendí que no podría salir sin que me persiga la prensa.
Los lunes no viene el entrenador personal por lo que me dedico a hacer cardio y un par de ejercicios localizados de pecho y espalda. Demasiado por ser las seis de la mañana. Soy una de esas personas que odia hacer ejercicio, odio esforzarme tanto y tan temprano pero luego veo los cambios, y me doy palmadas de felicitación en la espalda. Una espalda bastante musculosa, claro que sí.
Me obligo a dejar la pesa en su lugar cuando oigo mi móvil sonar. Bajo el volumen del equipo de música y atiendo.
—¿Por qué molestas tan temprano? —digo al contestar.
Drew resopla.
—Sé a que hora te despiertas, idiota —responde al instante—. ¿Nos vemos esta tarde para comenzar la búsqueda?
Veo lo entusiasmado que se encuentra mi amigo por la situación. Yo también lo estaría si no tuviera la presión encima de elegir correctamente y no dejarme guiar por mi amigo de zona sur de mi cuerpo.
—Tengo grabación hasta la una de la tarde. Supongo que paso por ti cuando termine —propongo.
Él acepta inmediatamente y terminamos la charla.
Ni siquiera logro dejar el teléfono en la mesa cuando la puerta se abre.
—¿Quieres explicarme qué significa esto?
Volteo y me encuentro con Kyle. Mierda, ya me había olvidado de todo el lío de ayer.
—¿Qué parte quieres que explique? —me desentiendo de la conversación volviendo a la máquina para seguir con las repeticiones.
Kyle camina frustrado hacia mi y se detiene en mi frente.
—¿Es que no entiendes que eres un influencer importante en el mundo del espectáculo? No puedes estar mostrando estas cosas —espeta tirando la revista a mis pies.
Es ahí cuando leo el título.
"¿Qué tan lejos está el personaje de la realidad?"
Maldita sea. Hablan sobre mi personaje el cual es un amante fenomenal, un chico malo en toda regla y un despreocupado totalmente de las opiniones del mundo, y lo comparan con mi real personalidad.
Hago una mueca. Nada muy lejos de la realidad. No dicen nada que no sea verdad pero espero que esto no repercuta sobre la serie.
—Al punto, Kyle. ¿Qué ocurrió? —cuestiono cayendo un poco en los problemas que acarrean mis acciones.
Él suspira y pasa la mano por su cabello, preocupándome.
—Están evaluando si quieren tenerte aún en el programa.
Abro mis ojos, sorprendido.
—No pueden sacarme estando tan cerca de los últimos capítulos. No es algo que nos convenga a ninguna de las dos partes, no tiene sentido.
Asiente pero aún no quita su semblante de preocupación.
—Pueden hacerlo porque en poco tiempo termina el contrato. Pensábamos renovarlo pero con todo esto, ya no lo sé.
Suelto la pesa creando un ruido molesto y suspiro.
—¿Puedes arreglarlo?
—Lo intentaré —susurra en respuesta—. Mientras tanto mantente lejos de las faldas.
Frunzo el ceño. Es injusto.
No hago nada malo. Soy un hombre que quiere disfrutar de su sexualidad. ¿Acaso estoy matando a alguien?
—No, no matas a nadie pero ensucias el nombre de la serie con esos encuentros fortuitos que tienes los fines de semana —dice y me doy cuenta que pensé en voz alta.
Respiro hondo. Todo esto es un drama totalmente innecesario.
Es una serie adolescente, lo entiendo, pero esos niños están peores que antes. Lo que yo hago, ellos lo ven por páginas en buscador secreto.
—¿Qué se supone que haga ahora? ¿Me quedo sin diversión? —digo sarcásticamente.
—Tienes dos manos, tú eliges cuál usar mientras arreglo esta mierda —sentencia y se retira dejándome completamente iracundo.
Pateo la pesa con fuerza, dejándome llevar por el enojo.
Maldita sea la maldita buena imagen que la prensa espera de mi.
Decido dar por terminada mi sesión de gimnasio. Tomo una ducha rápido y en menos de una hora ya estoy camino al set de grabación.
Kyle se comunica conmigo y me informa que por el momento debo hacer como si no supiera nada. Claro, como si no supiera que me quieren correr a la calle lejos del set.
Saludo a todos al llegar, sin dejar de tomar sorbos de mi café. Busco el camión-camerino con mi nombre en el y al entrar, se disponen a maquillar sutilmente mi rostro.
Ya con el vestuario listo voy hacia el director y me dispongo a comenzar a trabajar.
—Hola, precioso —susurra alguien detrás de mi.
Giro y me obligo a no expresar mi semblante al verla.
—Bárbara —saludo y continúo leyendo mi guión.
—¿Solo eso dirás? —pasa su uña por mi cuello descubierto, creando una sensación conocida—. Debería estar reclamándote por lo que vi que hiciste el domingo.
Resoplo y me alejo forzosamente de su toque. Intento respirar hondo para evitar aclararle a gritos nuevamente que no somos ni seremos nada.
—¿Un día que no estoy contigo y me reemplazas? Estoy segura que tuviste que hacerlo con dos porque una no te satisfacía como yo lo hago —murmura y su aliento me calienta la nuca.
Mierda, espero que se aleje de mi si no quiere que la estampe contra la pared y nos perdamos del set hasta bajar mis ganas.
Tomo su cabello y la acerco a mi rápidamente. Sonríe y sabe que esa sonrisa diabólica me pone a mil.
—No estoy cuerdo en estos momentos asi que te conviene dejarme en paz —la suelto lentamente sin dejar de observar sus ojos color chocolate—. Yo te llamo, Bárbara.
Me alejo de ella con un tremendo dolor de hombría.
Este día será largo.
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