Capítulo 1

1377 Words
"El gran Bastian Rieu se vio nuevamente involucrado con dos angelitos de Victoria's secret. Te estarás preguntando cuál es la verdadera sorpresa, pues que esta vez hay fotos de él con ambas entrando al hotel, durante una fiesta privada que tuvo este misterioso trío y otras al salir cada uno por su lado. Bastian siendo Bastian, el irresistible mujeriego del..." Apago el televisor, bufando. Chismerío barato y sin esfuerzo alguno. Prácticamente les doy de comer en la boca con las cosas que hago porque claro que no me esfuerzo en ocultar mis hazañas. No tengo por qué hacerlo, no hago mal a nadie. Bueno, tal vez sí a mi fandom. Como sea. Me levanto pesadamente del cómodo sofá de mi habitación y me encamino escaleras abajo hasta llegar a la cocina. —Buenos días, nana —digo dejando un beso en su cabello como suelo hacer desde que tengo memoria. Ella se aleja de mi, bufando cual toro enfadado. Alzo las manos en forma de defensa y suelto una pequeña carcajada, girando hacia el refrigerador. —No me toques, sucio —espeta volviendo a su actividad—. ¿No te da vergüenza aparecer en las noticias por tal barbaridad? Paso la lengua por mis labios, en un acto de puro nerviosismo. Actúa tal y como mamá lo haría. —¿Cuál barbaridad, nana? Ni siquiera hay fotos de nosotros teniendo... ¡Ay! Me cubro la zona donde fui golpeado salvajemente. —Cierra la boca, niño. No quiero más información —frunce el ceño de forma divertida—. Espero que hayas lavado esa boca pecadora. Río saliendo de la cocina y dirigiéndome al comedor, dónde encuentro mi desayuno. Antes de probar un bocado, tomo una foto del manjar y lo subo a mi red social más activa; i********:. Al instante recibo varios mensajes, unos cuantos logro ver pero otros no y me concentro en mi desayuno. Mis seguidores se alteran un poco cuando ver actividad en mi perfil, son algo intensos pero es el precio de la fama. Antes de poder comer un poco, el móvil suena indicando una llamada. La tomo y resoplo al ver el identificador. —Hola, mamá —saludo desganado. Ya viene la charla. —Nada de "hola mamá" —resopla claramente—. Cariño, ¿cuándo vas a dejar de darme esas desagradables sorpresas por los canales? Paso una mano por mi rostro, evitando que una maldición salga de mi boca. —No mires entonces, mamá. Lanza un gritito indignado. —¡Eres un...! Me reservo mi no santo comentario, Bastian Rieu. Sonrío divertido. Mi madre es la mujer más exagerada, dramática, celosa y molesta del planeta pero también es la mujer que más amo. De verdad no hay nadie que se compare con Lydia Rieu. —¿Vendrás a cenar hoy o tienes algún otro encuentro no santo? —cuestiona con cierto reproche en su voz. —Tengo planes con Drew —respondo recordando al instante que debo confirmarle que nos veremos. —¿No me mientes? —susurra. Suspiro cerrando los ojos por unos segundos. ¿Ya dije que era dramática? —No, mamá, no lo hago. El fin de semana puedo ir a verlos. —¿El fin de semana? ¡Hoy es domingo! ¿Recién la próxima semana vendrás? —no me deja responder cuando agrega —. No, es inaceptable. —Mamá... —Puedes tener veinticinco años pero mientras vivas seguirás mis reglas —exige. Ruedo los ojos y aún masticando mis frutas escucho su verborrea—. Y eso implica ver a la familia cuatro, mínimo tres, veces a la semana. ¿Oíste, jovencito? Respiro hondo, en busca de paciencia. —El martes iré a almorzar, ¿contenta? —Satisfecha —me corrige—. Debo irme, cariño. Tu padre y yo tenemos clases de yoga. —Me alegra oír eso, lo ayudará con esos dolores de espalda que tiene —sonrío de lado. —Eso espero, no nací para ser masajista —ríe y provoca con una sonrisa en mi rostro—. Adiós. Te amo, cariño. —Y yo a ti, mamá. Suspiro. Me salvé de otra incómoda charla. Inspecciono mis r************* cuando escucho el nombre de mi mejor amigo en la tv. "¿No han escuchado la nueva canción de Drew? ¡Ve ya mismo a youtube! Hay un pequeño adelanto y, ¡vaya que nos dejó con ganas de más!" No estaba enterado de esto. Sonrío emocionado y decido marcar a mi amigo, quien contesta al segundo tono. —Pero miren nada más, si es el casanova —saluda. Ruedo los ojos. —Cállate que me produces dolor de cabeza. Oye, no sabía que lanzabas un nuevo sing —comento distraído, cambiando los canales. —Creo que ha sido sorpresa para todos. De todas formas eso era una de las cosas que quería hablar contigo cuando nos veamos. Frunzo el ceño, confundido. —¿Qué quieres decir? —pregunto, deteniéndome en un canal donde están pasando el último comercial en el que participé. Se trata de un anuncio de perfume para hombres que había salido hace menos de un mes. Salgo malditamente precioso, nene. —Necesito tu ayuda y de tus dotes como actor. Bueno, ahora sí estoy confundido. —No te preocupes. Lo hablamos cuando nos veamos, hermano —dice, anticipando mi silenciosa pregunta. Suspiro. —De acuerdo, creo que será lo mejor. ¿A qué hora quieres que nos encontremos? Subo el volumen en la parte en la que digo la línea del producto. Uff, me encanta revivir ese momento. —¿De nuevo viendo publicidades donde apareces? Ya deja el amor propio para el resto del mundo, viejo. —Tu envidia está hablando y me halaga —respondo con sarcasmo. Suelta una carcajada que me hace sonreír. —¿Quieres que nos veamos para almorzar? —pregunta al dejar de reír. Miro el reloj frente a mi y compruebo que me he levantado bastante tarde. Anoche terminé realmente cansado. —Al mediodía en Cristy's —propongo y él acepta al instante. Luego de terminar la llamada, devoro el plato de frutas y tomo el café junto con las tostadas. Junto las cosas y las llevo a la cocina para luego meterlas al lavavajillas y correr hacia arriba. —¡Te dolerá la panza si corres sin que la comida haya bajado, Bastian! —exclama nana. Sonrío divertido. No tengo a mi madre en casa pero tengo a su nana que desde que nací pasó a ser mi nana. Me independicé muy joven de mis padres. No sería gran sorpresa decir que ninguno de los dos estaba de acuerdo con dejarme ir de casa pero me dieron su voto de confianza y no los he defraudado. Tenía diecinueve años cuando mis ingresos en el banco superaban los ingresos de mi padre y desde ese momento aceptamos en conseguirme un mánager. Él se encargó de hacerme aún más conocido y de triplicar mis ingresos. Fue entonces cuando decidí comprar mi propio departamento e invertir, varios meses después, en un auto. Todos los mánager que he tenido se encargaron de llenar mis bolsillos más de lo que alguna vez pude imaginar. Me tomo un tiempo para pensar y decido que puedo tomarme el día libre de gimnasio. Entonces en menos de media hora ya estoy listo para salir. Claro que estoy llegando tarde pero eso no es novedad. Tomo mi móvil y bajo corriendo. —Vuelvo más tarde, nana —exclamo desde la entrada buscando la llave del auto que quiero usar hoy. Me decido por uno de los Audi. Al entrar, me comunico con el jefe encargado de mi seguridad; le informo dónde me dirijo y del resto se encargan ellos. Con el pequeño mando, abro las grandes rejas de mi propiedad y un tumulto de sanguijuelas con micrófonos se abalanzan contra mi bebé rojo. Respiro hondo y luego de conectar mi teléfono al comando del auto, me encamino al encuentro con mi mejor amigo. ________________________________________ Hola a todos Les traigo una nueva novela, realmente espero que sea de su agrado. No se olviden de seguirme en mis r************* , donde publico contenido casi diario. En i********: estoy como: @loslibrosdemica Muchas gracias a todos Saluditos
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