Mientras me mantenía encerrado, hablaba con Becky por videollamadas, hablábamos mucho, tenía que asegurarme de que sus ánimos estaban bien y no darle tiempo para pensar en tonterías. Lo que me preocupaba ahora, era aquella gran y enorme estupidez que se le ocurrió a mi hermano. ¡Ir a una clase de fiesta de boda con los Mckenzie! ¡Llevar a Millie con él! ¡¿Por qué diablos tenía que ir?! ¡¿Por qué?! La parte que más me angustiaba era que se llevaba a Millie allí. ¡No la quería cerca de esas personas! ¡A ninguno de los dos! Entre tanto, como Becky se negaba a decirme un nombre, allí estaba yo, intentando conseguir los videos de las grabaciones de aquel día donde Becky vio a Bastian, pero una personita no solo me prohibió a mí meterme en problemas, sino que al darse cuenta que yo estab