Ahora estábamos en silencio, luego de una corta discusión en la que él insistía que le diera el apellido de Bastian para poder ayudarme a encontrarlo y yo me negaba, mientras él exigía que le explicara porqué. ¡Porque no quería involucrarlo! —¿Te vas a quedar callada durante toda la videollamada?—preguntó molesto. —¿Quieres colgar? Si gustas, termina la llamada. —¡Quiero verte la cara mientras hablamos! —¡¿Por qué te enojas tan rápido, David?! —¡¿Yo?! ¿Enojarme rápido?—era obvio que antes de esta llamada ya él esta molesto. Se notaba más claro que el agua. Era un hombre con un rostro muy expresivo, no solo decía lo que pensaba, también se dibujaba en su cara. —¡Estás muy irritado! Se nota, no dejas de fruncir el ceño, tus labios te tiemblan, pareciera que tu mirada está muy oscur