Capitulo Siete

900 Words
Washington DC, Estados Unidos. La base secreta de ONUDM, Organización de Naciones Unidas del Mundo, se encuentra camuflada bajo la simple fachada de un museo histórico. Dentro se lleva una vida dura y agitada, políticos de todos los países se reúnen a dialogar con temor sobre los metahumanos, estos seres que han aparecido desde hace algunos años. Momentáneamente son sólo seis pero, ¿Y si hay más allá afuera? ¿Son una amenaza? Éstas preguntas se tratan con frecuencia pues deben tener el siguiente paso a seguir una vez estén reunidos y dispuestos a cooperar. —Srta. Wallace, ¿Qué hará una vez estén todos aquí? Eso si ellos deciden cooperar— dice el presidente de la Nueva Italia. —Tengo mis trucos bajo la manga, por el momento sólo necesitan ser vigilados. Para ello tengo aquí a mi ayudante Jenna, ella se encargará de hacerles saber que en este mundo no mandan ellos— la mujer sonríe. Saluda al resto de los políticos y militares, se retira seguida de la muchacha que presentó. Jenna camina a paso firme, ya sabe qué debe hacer, tiene sus instrucciones listas.  La castaña de ojos verdes toma en sus manos la información necesaria para ir en busca del grupo metahumano, cuando estén reunidos y listos ella será su peor pesadilla. Está dispuesta a cumplir su misión, no dudará en asesinarlos.   Berlín, Alemania. –-Veo que aún no te has cambiado Liesse–- señala la madre de la muchacha. -–Tranquila mamá, tengo tiempo, llevo cinco años en el internado. Conozco todos los horarios–- responde la chica sonriendo. -–Te ayudaré –- Emma toma el cepillo y comienza a pasarlo por el largo cabello rubio de su hija. –- ¿No crees que debes cortarlo ya? Lo llevas por las caderas Rapunzel. -–Me gusta así, y además está bien cuidado–- ríe la muchacha. –-Es cierto, bien te haré una larga trenza, así no tendrás problemas por llevarlo suelto. –-  Emma comienza su trabajo. -–De acuerdo, entonces has la famosa "trenza cocida" -– Liesse observa por la ventana.-– Es mi último año, ya quiero terminar para que podamos estar juntas, solo tú y yo. –-Lo sé cariño, lamento que tengas que estar aquí. Pero es un lugar seguro y te brinda los conocimientos necesarios para que te prepares. –- Emma abraza a su hija y suspira-– Todo lo que he hecho es para prepararte, debes saber defenderte. Tarde o temprano vendrán por ti. -–Estaré lista mamá, sé muchos idiomas y demás cosas que me permitirán escapar si algo malo sucede. –- la chica voltea y comienza a colocarse el uniforme del internado. –-Estoy tranquila con eso. Debes estar dispuesta a dejarme atrás. -– dice la mujer suspirando. -–Mamá...-– jadea la chica entristecida. -–Al menos éste año han mejorado el uniforme, me agrada bastante–- Emma toma una fotografía a su hija. Liesse creció en Berlín, alejada de su lugar de nacimiento y de su padre a quién no conoce. Por años su madre la mantuvo segura y le enseño a ser precavida con sus habilidades, para cuándo la niña cumplió doce años ya tenía la edad suficiente para ingresar al colegio mixto de Berlín. Allí aprendería lo suficiente, desde idiomas, artes, defensa personal, política, sociología, como conducirse en distintos medios y demás asignaturas exóticas. –-Será mejor que nos apuremos, o llegaras tarde –- replica su madre tomando su bolso. –-No desesperes mamá, Darel nos está esperando en el auto. Él me llevará. –- dice la joven riendo. –-Ese chico es un peligro, aun no entiendo por qué son tan amigos–- ríe Emma rodando los ojos. Darel Wirrpanda viajó desde Australia a Alemania debido a que con su arduo esfuerzo consiguió una beca en el prestigioso colegio. Su madre falleció dos años antes debido a un cáncer que no pudo aguantar, su hermano Heng lo culpó de ésto y dejó de hablarle e incluso se marchó de la ciudad de Perth y nadie ha sabido nada sobre él en todo éste tiempo. Una vez dentro de la institución pudo socializar con todos los alumnos conociendo así a Liesse, ambos entablaron una excelente relación de amistad y se hicieron inseparables. A los dos años de haber entrado descubrieron que eran aún más parecidos de lo que creían, ambos tenían habilidades especiales y no dudaron en mostrárselas al otro. -–Buenos días Liesse, Sra. Shwartzendruber.-– dice Darel sonriendo. -–Buenos días Darel, confío en que mi hija llegará bien al internado-– Emma lo observa seria. -–Por supuesto madame, no tiene de qué preocuparse.-– el chico sonríe y procede a subir al auto. –-Estaremos bien madre-– Liesse sube sus maletas al coche. –-Tu madre me odia-– susurra el rubio conteniendo la risa. –-Claro que no, sólo es... Cautelosa–- responde su amiga sonriendo. Darel y Liesse son buenos amigos, conocen la historia del otro de memoria, de atrás para adelante. Como amigos se llevan muy bien, son el complemento del otro. Mientras Liesse es más seria y reservada, Darel tiene el papel de payaso tierno en su divertida amistad siendo también quién se concentra mejor a la hora de estudiar pues en lo que concierne a la rubia ella se pierde en sus pensamientos constantemente. Tienen suerte de haberse conocido en buenas circunstancias, porque a pesar de todo ellos viven en un mundo que no les representa peligro por el momento. –-Creo que ya es hora-– dice el joven observando su móvil. –-De acuerdo, será mejor que nos vayamos-– Liesse camina hacia su madre. Ambas mujeres, madre e hija, se despiden con un abrazo; saben que volverán a verse al final del año educativo y luego podrán marcharse lejos. O eso es lo que piensan.
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