–Es una lástima que solo haya podido ser mi abogado en este divorcio. La señora o mejor dicho ahora actual señorita McAdams había enfrentado un divorcio con un exesposo conflictivo. El hombre le había sido infiel en su propia casa con la niñera mientras ella estaba de viaje, había llegado antes para darle una sorpresa a sus queridos ni.ños y la sorpresa fue para ella, el hombre aparte de infiel le quería quitar todo lo que tenía, pero su querida vecina Darla le había dado el número de Barry que de vez en cuando le encantaba hacer trabajos particulares, especialmente si se trataba de rubias sexys despechadas por el amor de su vida. –Pensé que estaría feliz por haberle ganado a su esposo, eso no es una lástima. –Por supuesto que usted hizo un trabajo magnífico –bajó su mano y tocó la