CAPÍTULO SEIS Se instalaron en el bar del hotel justo cuando el tráfico de la cena empezaba a ceder. Aunque la perspectiva de una copa de vino era en efecto prometedora, Kate encontró que estaba un poco más ansiosa por la hamburguesa que había ordenado. Usualmente, cuando estaba en un caso, olvidaba almorzar, lo que la dejaba hambrienta llegado el final de la jormada. Al hundir su boca en la hamburguesa para darle el primer mordisco, vio una pequeña sonrisa en DeMarco. Su primera auténtica sonrisa del día. —¿Que? —preguntó Kate con la boca llena. —Nada —dijo DeMarco, hundiendo el tenedor en su ensalada de pollo a la plancha—. Es tranquilizador ver una mujer de tu edad y estatura comer así. Mientras tragaba el bocado, Kate asintió y dijo, —Fui agraciada con un asombroso metabolismo. —O