—¡Mejor amiga para ver My little pony!—desde mi habitación puedo escuchar claramente el grito de Sesshomaru y una boba sonrisa se posa en mis labios.
Termino de peinarme haciéndome dos trenzas y mirando lo bien que me queda el jeans ajustado talla alta. Me maquillo un poco mientras escucho a Ayumi gritar de felicidad y diciendo cosas tontas que me hacen rodar los ojos.
Termino de arreglarme y salgo mirándolos dar saltos mientras se abrazan, o a Sesshomaru abrazarla fuerte mientras le da vueltas y Ayumi grita extasiada de felicidad. Estos dos están locos, pero los adoro a ambos así.
Él la baja mientras sale y entra con un peluche de pony y Ayumi grita besándolo en la mejilla. Mi risa los alerta a ambos. Sesshomaru me mira de arriba abajo para luego lamerse los labios y una sonrisa se posa en ellos. Parpadeo un poco y en menos de un segundo lo tengo besándome suavemente, tan suave que me sorprende. Le sigo el beso de manera pausada mientras sus manos se colocan en mi cintura y las mías se entrelazan en su cuello.
Me separo de él y antes de terminar de alejarse deja un casto beso en mis labios. Ayumi nos mira con sus ojos brillando.
—¿Ya te puedo llamar mi cuñado favorito?—pregunta ella viendo como Sesshomaru me abraza por la espalda. Es como si él no pudiera mantener sus manos lejos de mi cuerpo. No me quejo porque a mí me encanta que sea así. Mis manos siempre quieren estar sobre su cuerpo.
—Te llamaría mi cuñada favorita, pero ese puesto ya lo tienen—Ayumi se ríe encantada con él.
—Está bien, seré tu mejor amiga para ver My little pony—le dice y Sesshomaru de manera distraída acaricia mi cintura.
—Por supuesto—responde él sonriendo.
—Ayumi ¿ya estás lista?—pregunto separándome de Sesshomaru para quitarle de la comisura de su labio un poco de salsa que tiene Ayumi.
—Sipi—responde tomando su cartera. Miro a Sesshomaru.
—No sabía que venías y ahora tengo que ir en busca de un vestuario para una reunión importante que tengo hoy—hago una mueca con mis labios—lo siento, tenías que avisar—él niega con una sonrisa.
—Puedo acompañarlas—acerca sus labios a mi oreja—tal vez tenga suerte y me dejes verte desnuda mientras te pruebas la ropa—respiro hondo asintiendo—además te tengo que preguntar dos cosas—me besa la frente y este acto me derrite.
—Está bien, vamos—comienzo a caminar dejándolos atrás ya que vamos en mi auto.
—¿Estaba divertido República Dominicana?—escucho que pregunta Ayumi antes de cerrar la puerta de la casa con seguro—Rin llegó caminando raro luego de estar allá—dice divertida—espero que se protegieran, todavía no quiero muchos tú pequeños—me atraganto con mi propia saliva.
—¿Si caminó raro entonces hice bien mi tarea?—pregunta Sesshomaru divertido.
—Creo que sí, sonría como boba, casi pensé que estaba consumiendo drogas—Sesshomaru se ríe fuertemente.
—¡Ayumi!—chilló sorprendida—calla lo que dices por Dios, ahora me siento tímida—ellos me miran antes de reír a carcajadas y entrar en el auto.
—¿La señorita que solo sabe hablar de sexo ahora está tímida?—pregunta Sesshomaru desde el asiento del copiloto.
—Yo también tengo mis momentos de timidez—le aseguro encendiendo el auto.
—Sí, si—dice restándole importancia mientras habla con Ayumi de pony.
Conduzco hasta el centro comercial escuchando a Sesshomaru burlarse de mí. Ya que en el avión me confundieron con una actriz porno y él chico rogaba tomarse una foto conmigo mientras me agarraba una teta.
—Es aquí—le muestro la imagen a Sesshomaru.
—Disculpa—un chico que cálculo de algunos 16 o 17 años me mira sonriendo—¿Me puedo tomar una foto contigo?—lo miro entrecerrando mis ojos. Luego recuerdo que soy periodista y debió verme en la televisión algún día.
—Claro—me levanto y Sesshomaru me mira con una sonrisa.
—¿Puedo agarrar una de tus tetas?—pregunta él sonriente—soy fanático de tus películas, tienes un culo espectacular—me dice sonriente.
—¿Qué mierda?—pregunto confusa mientras acomodo los lentes de lectura que Sesshomaru me colocó hace unos quince minutos.
—Kakita Riaco—me dice—una de las mejores actrices porno del momento, me masturbé muchas veces viendo tus vídeos. Mi sueño siempre ha sido grabar contigo alguna vez—me mira—se cobra bastante bien según he escuchado, soy malo en la escuela, creo ese sería un buen trabajo. Además, estas más buena de lo que recordaba—mis labios están abiertos.
—Amigo, tú porque no la has tenido desnuda, la mejor en la cama—apoya Sesshomaru riendo divertido.
—¿Has trabajado con ella?—le pregunta el joven mirándolo como un soñador.
—La nueva película, saldrá pronto al mercado—respiro profundo entendiendo que este joven me está confundiendo con una actriz porno.
—¿Es cierto que eres la reina de los tríos fuera de pantalla?—pregunta con una sonrisa.
—Yo no...
—Mierda, tienes una voz hermosa, quiero oírte gemir—se pone de rodillas y muchas personas nos están observando—gime solo para escuchar lo sexy que eres—miro a Sesshomaru quien se agarra de su estómago riendo. Ese maldito debe disfrutar al ver mi cara de sufrimiento.
—Creo que ya está bien...
—Oh Dios, puedo tener un orgasmo escuchándote—grita llamando la atención de todos—quisiera grabar una película contigo. De verdad que me masturbo a tu nombre siempre. Mi novia me dejó por eso—abro los ojos con sorpresa.
—Joder—gimo con dolor, esto me está incomodado mucho.
—¡Mierda!—grita—hazlo de nuevo que ya estoy semiduro—abro los ojos.
—Sesshomaru haz algo—chillo molesta.
—Ella me la levanta muy rápido amigo—dice riendo.
—¡Oh escuché que eres la reina de las mamadas!—todos me miran y veo bastante miradas lujuriosas de hombres y las mujeres me miran con odio, aunque algunas me observan con interés—quiero esa foto tomando una de tus tetas—Genial, aparte de tríos ahora soy la reina haciendo mamadas. Genial Rin.
—¡Que no soy una jodida actriz porno niño!—chillo cansada—soy la periodista que no ves por estar masturbándote a cada segundo mientras ves vídeos porno—me quito los lentes—le recomendaría a tu madre que veas un puto terapeuta, ahora desaparece de mi vista—él chico me sonríe como idiota y lo miro confusa.
—Mierda, eres calientes, veré tu programa y ahora me masturbaré mientras te escucho decir cosas inteligentes—el chico se aleja y Sesshomaru está llorando de la risa.
—¡Oh esto ha sido épico!—dice riendo.
—Porque no es a tu nombre que estarán sus pajas—digo rodando los ojos.
—Vamos a esa tienda Rin, una compañera de trabajo me dijo que hay ropa muy buena—me comenta Ayumi y veo que la tienda queda lejos.
—Sesshomaru—le digo besando su mejilla—¿me subes a caballito?—él rueda los ojos y se baja un poco para que yo suba. Lo hago—¿por qué tus manos están en mi culo?—pregunto divertida.
—Porque es un bonito culo—me dice y sonrío.
—Eres un idiota—Ayumi suspira y casi puedo ver estrellas saliendo de sus ojos. Ella a veces da algo de miedo.
—Vamos—dice Sesshomaru caminando y acaparando muchas miradas por sus manos en un lugar muy lindo de mi cuerpo.
Al llegar me bajo y entramos. La tienda es sencilla y veo varios vestuarios muy bonitos.
—Es muy linda—comento y veo a Sesshomaru tomar un vestido amarillo chillón que podría hacer tus ojos doler. Una joven que trabaja aquí se acerca a nosotros.
—¿En qué le podemos ayudar?—pregunta con una sonrisa.
—¿Crees que este vestido combine con mis ojos?—pregunta Sesshomaru en un tono gay que casi me hace orinarme de la risa al escucharlo—¿con cuales tacones me vendría bien?, ¿hay alguno de mi talla?—la chica tiene los ojos bien abiertos mientras se atraganta y tose sin control—¿estás bien cariño?—Ayumi está riendo en una esquina mientras las lágrimas caen por sus ojos. Y yo, pues yo estoy golpeando un banco mientras lloro de la risa. Estamos llamando la atención de varias personas, pero no me importa. Sesshomaru me ha agarrado desprevenida con lo que hizo y siento que tengo ganas de orinar por lo que me ordeno calmarme.
—Joder—susurro poniéndome de pie y secando mis lágrimas—de verdad estás loco—él me abraza y la chica nos mira con interés.
—Solo quería conseguir un vestido—chilla y sonrío divertida.
—Estamos bien, iremos a ver si algo nos gusta—ella asiente mientras se mantiene en el mismo lugar.
—¿Eres gay?—pregunta ella sin aguantárselo.
—Pregúntale a ella, le di tan fuerte que caminaba raro, ¿responde eso tu pregunta?—la chica se sonroja y se aleja casi corriendo.
—Ya grita que tuvimos buen sexo—él deja un beso en mi cuello.
—Me gusta tu aroma Rin—confiesa en mi cuello.
—Chicos, me tengo que ir, una amiga me necesita con urgencia—dice Ayumi—¡que se diviertan!—besa mi mejilla y la mejilla de Sesshomaru y ambos la vemos irse con el celular en la oreja.
—Ella no sabe disimular que nos quería dar un momento a solas—comenta Sesshomaru divertido.
—Ella es muy inocente aún—respondo mientras comienzo a buscar algo que ponerme para la reunión.
—Mira esto Rin—me muestra un pantalón de tela y una camisa que seguro me quedarían bien—creo que este pantalón haría ver tu culo más sensual—ruedo los ojos tomando la ropa y entrando al vestidor.
Me despojo de la que llevo y me pongo la que Sesshomaru me consiguió. Él no mentía. El pantalón hace ver mi culo más grande y la camisa no es manga larga, es una solo estás en mis hombros y es cómoda. Además de que me gusta como se ve.
Salgo y Sesshomaru aplaude mientras yo sonrío y me doy vuelta como si esto es una pasarela. Sesshomaru me grita que me veo bien y agradezco que solo haya una mujer mayor la cual ríe al vernos actuar como idiotas.
Entro nuevamente el vestuario y me quito la ropa quedando solo en la interior que llevo. Saco la cabeza y miro a ambos lados, la señora mira algo y no hay nadie. Bajo los tirantes de mi sujetador y Sesshomaru permanece mirando algo en su celular. Silbo un poco y su mirada se levanta. Miro a la señora y como está pendiente a lo que hace le muestro mis tetas desnudas a Sesshomaru quien jadea y sonriendo victoriosa le guiño un ojo y entro a cambiarme.
***
—¿Quieres helado?—me pregunta cuando lo hago cargar con la bolsa.
—Sí, me sentaré en esa mesa, dame la bolsa y ve a buscar esos helados que muero del calor—él enarca una ceja y ruedo los ojos—solo dame la bolsa y ve por esos helados—él me la pasa y camino hasta la mesa donde me siento y mis piernas agradecen ya que luego de comprar lo que iba a usar a Sesshomaru se le ocurrió que sería bueno caminar mucho.
Lo veo venir y una sonrisa se posa en mis labios. Este hombre está haciendo cosas locas con mis pensamientos y mis sentimientos. Me pasa el helado de chocolate y él uno de vainilla. Tomo la cuchara y adentro un poco en mi boca.
—¿Está bueno?—me pregunta comiendo.
—Obvio, es chocolate—digo rodando los ojos—por cierto, dijiste antes que tenías dos cosas por decirme, ¿qué era?—él me sonríe.
—Quiero una cita contigo y quiero que me acompañes a Grecia con mi hermano y su novia—dice como si fuera lo más normal del mundo—¿aceptas?—mis ojos se abren al ver que no bromea.